Adorno

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Sus pies se tambaleaban en medio de la calle en un esfuerzo inútil de mantener el equilibrio en su cuerpo. No podía ver debido a la caja de cartón que cubría su campo de visión; caja que sostenía en sus manos mientras avanzaba por las calles camino a su vivienda.

La caja se tambaleaba por el peso de los muchos adornos que llevaba dentro con la intención de decorar el árbol navideño de su casa. Hacía años que esos festejos y decoraciones no se realizaban en su hogar y quería que, una persona importante en su vida, viviera esa experiencia.

Tanto fue su propósito que los adornos llegaran a salvo a su destino, que al doblar la esquina su pie se dobló y cayó al suelo junto con la caja y su contenido.

Levantó medio cuerpo del suelo sólo para ver el desastre en que se habían convertido sus adornos navideños. Las esferas, los caramelos, las luces y el resto de decores estaban, literalmente, hechos añicos.

Y Yugi se sintió triste con él mismo por eso. Una lágrima solitaria resbaló por su mejilla.

Porque deseaba que el espíritu del rompecabezas milenario pudiera disfrutar del espíritu navideño. Más veía que su plan se había arruinado.

Su mayor deseo era ver feliz al Faraón.

Sentimientos que nos UnenWhere stories live. Discover now