✨Capítulo 28✨

Start from the beginning
                                    

—Discúlpame, Ryan —Lo taladró con los ojos—. Pero yo sé lo que hago y con quién me relaciono. No quieras arruinar nuestra amistad.

Y sin más, abandonó la mesa.

• ────── ✾ ────── •

Estaba tan sumergida en su enfado que casi se tropieza con alguien. Era Allen. Él vestía una chaqueta roja que contrastaba sensualmente con el color crema de su camisa, su cabello oscuro y ojos volcánicos. Se le secó la boca. Demonios. ¿No podía lucir menos deseable? Debería ser un delito tener ese aspecto.

—¿Qué te estaba diciendo ese de tu amigo? —preguntó con irritación transmitida en su voz—. Nada bueno, ¿cierto?

Allen parecía estar molesto.

Becca negó y apretó los párpados.

—Solo está celoso, de ti —respondió.

Allen esbozó una ligera sonrisa y cruzó los brazos, satisfecho de esa confirmación. Haberlo visto tan cerca de Becca le había molestado, y más al notar que le estaba hablando despectivamente. Y él sabía por qué. Él la quería, y la simple idea le daba dolor de cabeza. Pero no podía culparlo. ¿Quién en su sano juicio no se enamoraría de ella? Estaba por contestar, pero Becca se adelantó.

—Pero claro, él no sabe que entre tú y yo no hay nada muy serio —expresó con cierto coraje antes de darse la vuelta y seguir su camino con la mochila sujeta al hombro.

Allen se quedó inmóvil. Al parecer Becca estaba de mal humor o algo parecido, pero sus palabras no le gustaron. Ellos sí tenían algo serio.

—¿Nada serio? —susurró con los dientes apretados.

Con la oleada de sentimientos que le provocó aquella afirmación salió por la puerta principal del edificio. Necesitaba pensar. Porque el hecho de que ella considerara su relación como algo sin importancia lo hacía sentir mal. Muy mal.

• ────── ✾ ────── •

Las sospechas de Rebecca porque Allen se hubiera marchado antes de la universidad se confirmaron cuando llegó la última hora del día y él seguía sin aparecer. Apenas si se despidió de sus amigos. Aquella ocasión no había tenido más remedio que tomar el transporte público, por lo que llegó un poco agitada a la puerta del departamento de Allen. Estaba a punto de tocar, cuando se dio cuenta de que estaba entreabierta.

La joven tomó una bocanada de aire y entró sin llamar. Pudo ver fácilmente la silueta de Allen recargada en el balcón de su habitación. La luz del sol entraba por esa pequeña puerta y él permanecía de espaldas, a pesar de haber sentido ya su presencia. Parecía estar pensativo, sumergido en sus cavilaciones. Becca no sabía cómo romper el silencio, por lo que solo pudo sentarse en el borde de su cama.

Ella estaba ahí, ajena a la lucha que se libraba en el interior de Allen. Una parte de él le imploraba que se arriesgara a amar, a sentir, a dar y recibir, pero la otra parte, la más insegura, la que tenía más presión y cadenas de miedos, lo rechazaba. Se sentía al borde de un precipicio y ella estaba ahí, tan tranquila en su pequeña habitación.

—Allen... —finalmente se atrevió a hablar—. ¿Por qué te fuiste?

Entonces él miró sobre su hombro y después giró hacia ella, con la mirada más perturbada que nunca. En ella se denotaba todo lo que él estaba experimentando por dentro, la hizo temblar.

El muchacho avanzó hasta recargarse en la pared a unos pocos pasos de ella.

—Me dolía la cabeza.

Becca alzó las cejas y ladeó la cabeza. No le podía creer, pero algo le decía que su ausencia se debía exclusivamente a ella, aunque no iba a obligarlo a confesarlo. Entonces esbozó una sonrisa para aligerar el ambiente y sacó su móvil para teclear un mensaje de texto con rapidez. No había podido detener a Susana con la idea de celebrar con una fiesta su cumpleaños.

—Susana organizará en su casa mi cumpleaños, será este sábado, y estás invitado. Me encantaría que vayas, así que ya te envié la dirección.

Allen dejó de recargarse en la pared y cruzó los fornidos brazos sobre su pecho. Becca contuvo el aliento. ¿Era él consciente de todo lo que su mera cercanía le provocaba? Él era tan bello... Su mirada seguía siendo intensa, pero había perdido el brillo que poseía en la mañana.

—No creo que sea una buena idea... —musitó—. ¿Tú realmente quieres una fiesta así?

Becca asintió y tragó saliva.

—Bueno, no me gustan del todo las fiestas, pero es un regalo de ella.

Allen se acercó cautelosamente a ella y tomó asiento a su lado. Su cercanía la podía sentir en cada terminación nerviosa de su cuerpo.

—¿Y crees que está bien todo esto si casi nunca actuamos como amigos? —preguntó con desesperación en su mirada caótica.

Becca respiró agitada y un nudo de nervios se implantó en su estómago.

—¿Qué dices?

Allen apretó la mandíbula.

—Maldición, no quisiera decirlo, pero estamos en una situación peligrosa; más bien, tú estás en una situación peligrosa —advirtió con la voz llena de tensión—. Aún estás a tiempo de alejarte de mí, antes de que... —su voz se apagó.

—¿Antes de qué?

El muchacho dejó escapar un suspiro de derrota.

—Antes de que no quiera dejarte ir de mi lado.

El corazón de la chica tartamudeó en su pecho y un cosquilleo le recorrió la columna entera. Era una simple frase, pero había bastado para provocarle una erupción de sensaciones en el cuerpo y en la mente.

—Allen, estaré bien, pase lo que pase.

Su corazón latía frenético en su pecho.

—Rebecca, no lo entiendes. No sabes lo que es no poder amar con libertad. No quiero rechazarte, quisiera poder expresarte todo lo que siento, pero no puedo.

La joven no lo entendía por completo, pero en su caso tal vez las cosas eran más devastadoras. Porque los que amaba no se marchaban, ella era la que podría irse para siempre.

Becca asintió y sonrió ligeramente antes de rozar con lentitud una de sus manos. Él no se sobresaltó, solo cerró los párpados, como si disfrutara ese pequeño roce.

—Allen, por favor, no me alejes de ti —masculló con la voz temblorosa y los ojos aguados—. Déjame estar contigo, por ahora.

Después de unos segundos, Allen abrió los párpados con lentitud.

—Lo intentaré —prometió.

Era lo único que podía prometerle.


***

Sígueme en instagram @eberthsolano y en twitter @eberth_solano ❤

No te olvides de comentar, votar y compartir la historia 🙏 

Heridas Profundas Where stories live. Discover now