Capítulo 10: Justo antes de la boda

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Karl Heinz se encargó de la planificación de la boda que sería en la mansión, quería que fuera perfecta. La ceremonia iba a ser privada, osea estarían solo los miembros de la mansión ahí. Ya después se daría a saber a todos los conocidos de los Sakamaki en una gala. Nunca se le había visto tan entusiasmado por ello, pero verdaderamente lo estaba. Los días y noches de los preparativos eran un poco estresantes para algunos de los hermanos pero lo quisieran o no, tenían que ayudar. Literalmente, la mitad de los hermanos cooperaban bien, esos eran Kanato, Reiji y Subaru, el resto, únicamente holgazaneaba o hacía cualquier cosa que no fuese ayudar. Drianna en lo único que le permitían que ayudara era en sus pruebas de su vestido de novia. Ya había hablado con Karl Heinz respecto a su manada, le tomó mucho rato convencerlo pero al final lo logró. Los lobos también eran de ayuda. Por ordenes de Drianna, ellos ayudaban a Reiji en especial, dándole lo que él pedía con sus hocicos por ejemplo. Los hermanos Sakamaki tardaron mucho en acostumbrarse a los lobos, no fue nada fácil.

En un día gris, hacían las pruebas y costuras del vestido de novia de Drianna. No era el típico vestido de novia blanco como el que tenían puestos las novias sacrificadas que Kanato tenía guardadas, era un vestido color negro de corte de princesa por la falda y el corte del torso era strapless. Tenía unos guantes negros que cubrían casi todo el brazo y el velo que era grisiento, estaba colgado al lado del gran espejo donde Drianna podía ver su reflejo. Los sastres estaban cociendo alrededor de su cintura unas bellas rosas rojas hechas de seda como un complemento más en el bello vestido de novia. Ella se veía tan feliz, no solo porque pronto sería la esposa de Kanato, sino porque también sería parte de otra familia y lo más probable era que ella también formara una familia. -Te ves hermosa Drianna- dijo Karl Heinz mientras entraba a la habitación donde los sastres hacían modificaciones al vestido. Drianna lo miró por medio del espejo y sonrió. -Gracias Karl. Vaya que me da nervios pensar que pronto me casaré, nunca había sentido esta emoción.-

-Es normal que estés nerviosa, pero eso ahorralo para la boda. Hablando de eso, vine a decirte que la boda será esta noche, hubo algunos problemas pero todo estará bien-

Drianna se sonrojó cuando escuchó aquello, pero le sonrió y dijo que estaba bien, no había ningún problema con el adelanto de la boda.

-Ah... Y también vine a darte un regalo de bodas.-

Karl se acercó a su futura nuera y de su ropa sacó una cajita roja con un listón blanco con brillantina alrededor. Drianna agradeció por el regalo al momento en el que lo tomó en sus manos. Los sastres se apartaron de ella y salieron del cuarto para que aquellos dos estuvieran un momento a solas, sin importar que el vestido aún tenía unos cuantos alfileres. La licántropa rompió el listón con una garra y abrió la cajita. Dentro de ésta, había una rosa color escarlata hecha de terciopelo con dos hojas de tela negra en un mismo lado. Karl Heinz tomó la rosa que resultó ser un adorno para el cabello y se la colocó a su nuera en el lado derecho de su cabeza. -Este adorno lleva muchos años, esperaba poder dárselo a quien amara pero mira como acabé, con tres esposas. Pero tu caso es diferente. Ahora esta rosa es tuya ahora, aceptala como regalo de parte de quien será tu suegro. Solo espero que con el paso del tiempo me veas como un padre, ya que... Bueno, siempre desee una hija y tuve solo barones.- dijo el majestuoso rey de los vampiros mientras le tomaba los hombros a Drianna y veía a ambos en el espejo. La chica forjó una tierna sonrisa.

-Ya lo veo como un padre desde que me aceptó en su familia... De hecho, hay algo que quiero contarle respecto a sus hijos, en especial con los que nacieron por parte de Cordelia.- dijo con nerviosismo.

Karl Heinz quedó confundido con la mención de su segunda esposa por parte de su nuera. Drianna sabía de alguna manera que era imprudente contarle a su suegro sobre las atrocidades y vulgaridades de Cordelia con sus propios hijos, pero precisamente porque eran eso, tenía que contarle, pues parecía que no estaba enterado de nada. Dio un largo suspiro y empezó a contarle a Karl Heinz exactamente lo que Kanato le contó. Fue algo difícil de entender para el rey de los vampiros. -Espera, me estas diciendo que... Cordelia maltrataba a Ayato arrojándolo al lago, tenía relaciones sexuales con nuestro propio hijo Raito y cuando me engañaba con Ritcher ¿lo hacía frente a Kanato?- preguntó Karl Heinz aún confundido.

Foe Lovers (Diabolik Fanfics de Romance) Vol. 1Место, где живут истории. Откройте их для себя