Mi descontrol y equilibrio (Camren G!p)

Cita (1)

-Créeme que fue lo primero que pensé en este último mes. Y eso haré. Primero iré a darme un baño- beso la mejilla de su madre y corrió a la que aún era su habitación- Te Amo! - gritó subiendo las escaleras.

Se dio un baño, de colocó un pantalón negro, unas botas con tacón, una blusa blanca y su chaqueta negra,  su cabello parecía estar húmedo pero era el brillo que tiene, se lo acomodó y bajó a almorzar con su mamá. En cuanto término se lavó los dientes, tomó las llaves de su Jeep y salió.

Pasó a una florería por unas gardenias. Se apresuró a llegar al hospital guardando en su chaqueta una pequeña caja que contiene una pulsera de oro que vio en Los Angeles que tiene un sol y una luna, y sin dudar había comprado.

Hospital central Miami

Lauren entró a la recepción de urgencias encontrándose con muchas enfermeras. En sus manos tenía las hermosas gardenias.

-Buenas tardes señorita- dijo a la enfermera que se encontraba en el lugar.

-Bue..Buenas tardes, le podemos ayudar en algo?- dijo la coqueta enfermera.

-Que amable, busco a la doctora Camila, Camila Cabello- respondió ella, provocando que la enfermera cambiara su rostro.

-Si, pero se encuentra ocupada, está en una cirugía, quizá salga en media hora o más.

-Oh está bien, esperaré ahí- señalo unas sillas de la sala de espera.

-Claro, pero no le prometo que quiera atenderla.

-No se preocupe, nada pierdo con intentarlo.

Se fue a una silla, se sentó, saco su teléfono y comenzó a jugar "Plantas vs Zombies". Así estuvo casi una hora hasta que unos zapatos blancos se pusieron cerca de los suyos y alzó la mirada.

-Hola, señorita ¿Jauregui?

-Si, ¿me recuerda?

-Por su puesto, además ya vi por televisión su próxima presentación, muchas felicidades no sabía que es cantante.

-Bueno, realmente estoy iniciando, y gracias por la felicitación.

-Y.. a qué a venido? Disculpe la imprudencia.

-No se preocupe ... Ally- dijo leyendo el nombre de la enfermera- vengo a ver a la doctora Cabello.

-Oh, acompáñame yo te llevo, acaba de salir de una cirugía.

-Quizá deba venir en otra ocupación, ella debe estar cansada ahora.

-No! - Ally miro las gardenias "Así que ella fue" pensó recordando las flores que Camila había recibido hace dos meses- No pasa nada vamos acompáñame.

La siguió por el pasillo, cruzándose con varias enfermeras que la miraban con deseo. Ella simplemente les sonreía tímidamente y continuaba siguiendo a la enfermera. Llegaron a una puerta "Dra. Camila Cabello Jefa. Urgencias"

-Doctora Camila - abrió la puerta Ally después de tocar dos veces.

-Adelante Ally y recuerda dime Camila.

-Claro, Camila, tienes una visita, yo las dejo, con permiso- salió de la oficina.
Lauren comenzó dando dos pasos y con su mirada clavada en la doctora que seguía escribiendo en unos papeles.

-En que puedo ayudarle?

-Quería saber si acepta una cita conmigo- dijo Lauren tratando de que su voz sonara lo más firme a pesar de sus nervios. La doctora se extrañó y levantó la cabeza observando lentamente ese cuerpo que estaba frente a ella, esas piernas, esos brazos cubiertos por la chaqueta negra y en medio de estos un arreglo de gardenias, comenzó a sonreír sin darse cuenta y llegando a ese rostro angelical, ese mar de color verde que se encontraba en esos ojos.

-Ho...Hola -"no es momento para tartamudear Camila" se regañó mentalmente.

-Hola- respondió Lauren sonriéndole.

-Vaya, se ve muy bien- le dijo Camila- Me da gusto ver qué se ha recuperado muy bien, parece que siguió las indicaciones.

-Le dije que así sería, y así fue.... Esto es para usted- le dijo extendiéndole las gardenias y ella las tomo sonriendo.

-Muchas gracias- las acercó a su rostro y las olió- están hermosas.

-No de igualan a tu belleza pero sí, son hermosas- sonrío Lauren, pero al ser observada por la Doctora rápidamente su rostro se tornó s sin color rosado pareciéndole de lo más tierno a la doctora.

-Gracias- dijo ella - Por favor tome asiento.

-Gracias, espero no interrumpir su trabajo- comentó observando los papeles que estaban encima del escritorio.

-Ya estaba por terminar, tuve una cirugía de un pequeño de horas para un tabique roto, ya di un chequeo por algunos pacientes que vería hoy.

-¿Entonces está por terminar su turno?

-No, aún me quedan unas horas.

-Oh ya veo. Mmh Doctora me gustaría llamarle Camila, ¿Puedo?

-Claro, dime Camila- sonrío la doctora sabiendo que a partir de ese momento ya no la vería como una ex paciente sino como una persona que quizá comience a conocer.

-Entonces Uhm Camila, me gustaría invitarte a una cita. Si hoy terminas tu turno me gustaría que fuera hoy. No quiero parecer loca o algo peor, pero moría de ganas de volverte a ver- le dijo todo mirándola con tanta ternura.

-Ok, entonces acepto Lauren- sonrío Camila y Lauren parecía iluminada por los dioses. "Dijo que si, maldición y ahora qué sigue".

-Uhm te parece bien que pase por ti o prefieres que nos veamos en el lugar. Sinceramente prefiero pasar por ti.

-Salgo a las 5 de mi turno. Pasaré a mi departamento a alistarme y podrás pasar por mi ahí- ambas sonrieron.

-Eso está excelente- parecía dudar en algo pero tenía que hacerlo- ¿me podrías proporcionar tu número telefónico? Para poder estar en contacto y que me envíes tu dirección, igual si no quieres puedes darme tu dirección en un papel y yo paso por ti, ¿a las 7 está bien? O prefieres más tiempo..-parecía un poco nerviosa y a Camila le precio tierno por lo que decidió interrumpir su delirio.

-Si claro- escribió  en una nota su teléfono y extendió el pequeño papel a la ojiverde- aquí tienes.

-Me encantaría quedarme aquí, pero no quiero interrumpir tu trabajo, te veo más tarde.
La doctora se acercó a la puerta y antes de abrirla.

-Gracias por tu visita.

-Me encantaría que fuera más seguido, espero volver pronto, estaré contando los minutos para volver a verte, nos vemos más tarde Camila- beso su mejilla, mostrándose ambas sonrojadas.

La cantante salió del hospital y cuando estuvo cerca de su auto se puso a brincar como niña chiquita. Subió a su auto con una sonrisa tan grande que al llegar a casa de sus padres le comenzaban a doler las mejillas.

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