El princípe de Ninjago se encontraba sentado en su "trono" que se ubicaba en el patio del castillo, a su lado se encontraba su padre, el señor oscuro, como lo llamaban en las calles. Hoy había sido obligado a salir de su habitación para ver los ascensos de las pobres personas que iban a tener que volverse caballeros bajo el mandato de Garmadon.
La gran mayoría era gente de pueblo que buscaba mejorar su situación de vida actual, esto se debía a que su padre daba una mayor cantidad de beneficios a aquellos que lo apoyaban, especialmente si lo hacían abiertamente y volverse un guardia era la forma más sencilla de hacerlo. Aún así, no podía entender porque tenía que estar presente justo para esta prueba de ascenso.
- ¿Emocionado Leloyd? - Garmadon preguntó.
- No. - Respondió secamente. - Y aún no me has dicho porque estoy aquí. -
- Es una sorpresa. - Garmadon respondío.
Antes de que Lloyd pudiera seguir hablando, el sonido de trompetas forzando la conversación a acabar, las puertas de la arena se abrieron y ahí estaba el desesperado grupo de personas en busca de una mejor vida. Garmadon se pusó de pie dando la bienvenida al grupo.
- ¡Bienvenidos! - Empezó. - ¡Hoy como saben, vienen los ascensos, no solo para aquellos que desean volverse generales, sino que también es la prueba final para los que desean acceder a la orden de caballeros del castillo! - La gente celebró, algunos claramente más forzados que otros. - ¡Pero como saben - Garmadon continuó. - Hay un trabajo especial que se decidira también! ¡Un trabajo que traera honor y beneficios inimaginables! - El rey oscuro finalizó y la gente ahora de verdad se emocionó. Una vez más sonaron las trompetas, dando por inicios las pruebas para aquellos que deseaban unirse a la caballeria real.
En ese momento Lloyd dejo de prestarle a todo lo que estaba pasando enfrente suyo. Seguía sin entender porque debía estar presente y rapidamente empezó a aburrirse. Solo estaba el sonido de metal golpeando metal, gente cayendo y el sonido de las trompetas mientras anunciaban a los ganadores. Probablemente se hubiera quedadó dormido en la silla si no fuera porque cierto nombre le llamó la atención.
- ¡Kai se lleva la victoria! - Anunció uno de los guardias se encontraba supervisando las peleas.
Era la tercera vez que escuchaba su nombre en tan solo media hora, se acomodo en el trono para ver al nombrado más de cerca, cabello cafe claro con ojos verdes, sin duda era apuesto a la vista pero su apariencia no era lo que le llamaba la atención si no la rapidez con la que estaba ganando. Obviamente la gente que conformaba la orden de caballeros no era mala, pero normalmente los novicios dejaban mucho que desear, tenían la motivación pero desde el punto de vista de Lloyd les faltaba talento. No tenían ningun tipo de amor hacia el arte de las batalla lo que les jugaba en contra, pero muchas veces su sed de supervivencia ante el mundo que su padre había creado era suficiente para continuar.
Kai seguía ganando combate tras combate, Lloyd ni siquiera había notado que las pruebas para entrar ya estaban terminando, sin duda alguna Kai quedara dentro de la orden, incluso puede que suba a sargento al poco tiempo. Su padre se paro de su asiento, cuando volteo a verlo noto que su mirada también estaba clavada en el joven.
- ¡Tú! - Gritó, apuntando con uno de sus cuatro brazos a Kai. - ¡Ponte en medio! -
Lloyd miró a Kai expectante, pero el castaño no mostro signos de temor al ser llamado por el señor oscuro mientras que el resto le hacía espacio, moviendose como conejos aterrados para dejarle espacio al joven. Un silencio se formo entre todos los presentes.
- ¿Cuál es tu nombre? - Garmadon rompio el silencio.
- Kai Smith su señoria. - Respondio Kai inmediatamente, ni siquiera se detectaba un rastro de temor en su voz, lo cual Garmadon notó.
El señor oscuro se le quedó viendo unos momentos antes de decir. - Veo que tienes buenas habilidades. - Comentó. - ¿Cuánto tiempo llevas entrenando? -
- Ya llevó 3 años. -
- 3 años... ¿Por qué tardaste tanto en audicionar? -
Lloyd también se lo preguntaba, la verdad es que con tal de tener una militaria más grande y por extensión amenazadora su padre dejaba que casi todos entraran.
- No tengo mucho su señoria. - Empezó Kai. - Queria tener buenas habilidades para alzarme en los rangos. -
- Honesto... eso me gusta. - Una sonrisa se formó la cara de Garmadon. - ¿Cuántos años tienes? -
- 21 señor. -
- Mmm... - Garmadon volteó a ver Lloyd, quien solo alzó la ceja confundido. - Creo que encontre lo que buscaba para el trabajo. - Con eso alzó sus cuatro brazos y grito. - ¡Ya hemos encontrado al afortunado que sera el guardia personal de mi querido hijo, el príncipe Leloyd! -
Lloyd dio un saltó ante el anuncio. - ¡¿Disculpa?! -
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Dark Prince
Fanfiction¿Cómo era posible eso? Sentirse dividido por amor, el Sensei se lo había advertido, pero no hizo caso. ¿Qué se supone que hará ahora? ¿Darle su amor y lealtad al hijo del mismísimo mal en persona o traicionar al chico que tanto ama por sus amigos y...
