-Nada, que tenemos muchas cosas de las que hablar antes de volver a Buenos Aires- repuso Flor-. Y no quiero arruinar lo bien que la estamos pasando hasta ahora. Pero quiero que este viaje nos sirva.
-¿Cosas como qué?
-Como Inés, como yo a mil con el trabajo, como ella yéndose cada vez que nos peleamos, sobre todo a Berlín...
-Bueno- replicó su hermana- Lo de Berlín es lógico, Flor. ¿Que preferís que te mienta y que no te diga que va para allá? Por lo menos sabés dónde está.
-Bueno, pero no quiero que seamos como dos familias paralelas, ¿entendés?
-No exageres.
Flor puso los ojos en blanco:- ¿Ahora yo exagero?
-Por lo menos pudieron encontrarse físicamente. Digo, tener intimidad entre ustedes es importante- Carla trató de calmar a Flor.
-Si, claro- accedió la otra, y repentinamente recordó como Jazmín le había cortado el mambo cuando estaban en el lago esa tarde-. Dios, ¿cuándo se volvió complicado todo?
Alejó el recuerdo acelerando el paso y tomando a Jazmín de la mano, que se había detenido en un puesto de collares y pulseras.
-¿Son lindos, no?- repuso Flor, ahuyentando la bronca por acordarse todas las cosas que todavía no estaban resueltas entre ellas-. ¿Te gusta alguno?
-¿Querés que nos compremos un dije para la pulsera?
Flor le respondió con una sonrisa. Las dos eligieron un dije chiquito con forma de pino y se lo pusieron cada una en la pulsera que ya pesaba de tantas formitas de plata colgando. Jazmín a veces la usaba de tobillera porque era pesada y en la mano a veces le molestaba de tantos dijes que colgaban.
Después de pasear un poco más, las tres se sentaron en un barcito que quedaba cerca de la feria a comer y tomar cerveza.
-Pero vos no te diste cuenta enseguida- le decía Flor una y otra vez-. No seas chota, Carla, no mientas...
-Pero yo sí sabía, Flor, ¡sí!- Insistía Carla-. Se notaba a kilómetros lo de ustedes, era re obvio.
Jazmín se reía porque esa discusión ya la había presenciado muchísimas veces.
-Cuando decías todo el tiempo "almeja con almeja"- dijo Carla, imitándola-. Era re obvio, dale.
Florencia se cruzó de brazos, enojada.
-No seas mentirosa- le dijo-. Fuiste la última en darte cuenta. Hasta Mariano se dió cuenta antes que vos.
Carla insistía.
-Cómo se miraban, como se hablaban, como se daban cuenta de cómo estaba la otra sin ni siquier estar en el mismo lugar... Siempre quise tener lo que ustedes tienen.
-Pero si vos lo tenes con...
-No, no es lo mismo- la interrumpió Carla-. Por eso me encanta que estemos las tres acá tomando una cerveza, en esta noche linda, riendonos...
-Te pusiste sentimental, Carlita- le dijo Jazmín, acaricándole el dorso de la mano sobre la mesa.
Carla le retribuyó el gesto tomandole la mano a Jaz y con la otra, haciendo lo mismo con la de Flor.
-Y pensar que nos la pasábamos discutiendo- le dijo a Jazmín, con una sonrisa amistosa.
Las tres se quedaron charlando hasta largas horas de la noche y cuando el reloj de la Iglesia que se encontraba al otro lado de la plaza marcó la tres de la mañana, emprendieron el camino de regreso al complejo. Se subieron a un taxi. Flor estaba agotada después de pedalear todo el día y meterse al lago. Después de pelear contra sus ojos cansados, cabeceó varias veces hasta que se durmió en el hombro de Jazmín, mientras ésta envolvía sus manos con las suyas y dibujaba circulitos en la palma de la mano de su esposa.
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Nada nos va a separar.
Fanfiction"Si para recobrar lo recobrado, tuve que perder primero lo perdido. Si para conseguir lo conseguido, tuve que soportar lo soportado. Si para estar ahora enamorada, fue menester haber estado herida. Tengo por bien sufrido lo sufrido. Tengo por bien l...
Capítulo XVI: i'm not the only one
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