Un idiota ha recibido su merecido.

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-Así que, ¿cómo va con Hannah?

La clase había comenzado hacia una media hora pero lo único que él había hecho era sonreír.

-Pues, todo bien. Ella...Ella y yo ya estamos en algo. Oficialmente.-me respondió, emocionado.

No pude evitar pegar el típico gritito de una chica cuando está contenta.

-Ja, ja, ja...No vuelvas a hacer eso.-dijo él, riéndose.- ¿Y tú con Dylan?

¿Debía decirle? Era lo correcto, teniendo en cuenta que él no me gustaba.

-Todo...Mal, de hecho. Me dijo que solo me quería como amiga y que sabía que yo estaba enamorada de alguien más, así que no podía salir conmigo.

-¿De alguien más? ¿De quién?-preguntó, desconcertado.

-Ese es el asunto. De ti.

Enmudeció al escucharme hablar y creí que hasta él pensaba que eso era cierto. 

-¿Qué le dijiste tú?-indagó, tomando su lápiz para morderlo ligeramente.

-Que no era así.

-Tiene sentido. ¿No te quizo creer?

-Nop.

-Ugh...Típico de Mirrings. Déjamelo a mí, ¿sí?

-¿Qué vas a hacer?

-Ese ya no es tu problema.-me guiñó el ojo.

La profesora siguió dando la clase y, cuando terminó, ya era hora de irnos a casa.

Salí al pasillo un poco más tarde que Trent porque me había quedado guardando algunas cosas para estudiar que estaban esparcidas por toda mi mesa. 

-¡Oye! ¡Tú! ¡Ven acá, rápido!-me gritó Becca, asomándose por la puerta del salón para llamar mi atención.

La seguí hasta la entrada principal del colegio y me quedé perpleja al ver lo que sucedía.

Era Trent.

Y era Dylan.

Ambos, estaban peleando.

-Mira, idiota. ¡A ella le gustas tú!-gritaba el de cabello oscuro, aún con la marca del moretón en el ojo que se había ganado en su último encuentro con el otro.

-Ah, ¿sí? ¡Pues no lo creo! ¿Sabes lo que dijo de ti aquella noche? "¡Oh! Trent es tan especial...Aún no puedo creer que he conseguido un amigo como él."-terminó la oración imitando ridículamente mi voz.

-¡Cierra el pico desgraciado!

Trent, por increíble que fuera, lo golpeó fuerte en la cabeza y los ojos miel de Dylan se cerraron.

Estaba inconciente.

Mi amigo agitó su puño y se encaminó hacia Hannah, que estaba a unos metros de mí.

-Vámonos de aquí, ¿quieres?-le pidió, señalando su auto con la cabeza.

Comenzaban a bajar las escaleras cuando algo los interrumpió.

-¡Muller! Usted no va a ningún lado.-gritó una mujer mayor que había salido para pararse junto a ellos.

Era la directora.

-Señor Trent Muller...¿puede decirme qué ha ocurrido?

Él cerró la boca, no le respondió.

-Le estoy hablando.

Se dignó de valor y, tomando aire para inflar el pecho, le dijo.

-Un idiota que le ha hecho daño a alguien ha recibido su merecido. Eso es lo que pasó.

La señora Rings (la directora) suspiró.

-Acompáñeme, por favor.-ordenó ella.

Trent caminó a su lado hasta entrar de nuevo al colegio.

-Debemos llamar a una ambulancia.-observó una profesora que estaba sentada al lado del inconciente.

Tomé mi teléfono celular y marqué al 911.

-Hola. Necesitamos ayuda...Hay alguien inconciente...


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