Brazalete Dorado

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Los días transcurrieron con normalidad. Dylan y Hannah estaban cada día más unidos, como era de esperarse. ¿Sentiría alguno de ellos una pizca de amor por alguno de nosotros como para darles celos en el cumpleaños? 

El viernes llegó antes de lo esperado. Saliendo de la escuela, sentí una mano en mi hombro. Al darme la vuelta casi me desmayo...Era Dylan.

-Hey, ¿cómo estás?-me preguntó, mientras caminaba junto a mí.

Él y yo éramos amigos, pero casi nunca nos hablábamos. Al menos ya no.

-Bien, ¿qué hay de ti?-le respondí con dificultad.

-Todo perfecto. Oye, quiero hacerte una pregunta. ¿Vas a ir a la fiesta de Beccy hoy?

¿Beccy? ¿Qué clase de apodo era ese? Me provocaba ganas de reír, pero me contuve.

-Por supuesto. ¿Por qué preguntas?- estaba muy nerviosa.

-Solo quiero un consejo. Si tú tuvieras que elegir el color de un brazalete...¿de cuál sería? ¿Dorado o plateado?

-Supongo que dorado, parece más elegante.

-Sabía que podía confiar en ti. ¡Hay que volver a hablarnos más seguido!-me gritó, mientras se alejaba.

No podía creerlo. ¿Dylan Mirrings, mi crush platónico, acababa de hablar conmigo por primera vez en meses?

Era increíble.

¿Para quién sería la pulsera? ¿Tal vez para...mí? Después de todo, ¿por qué me pediría consejo si no?

Corrí hasta llegar a mi casa y me vestí lo mejor que pude. Me puse a ver televisión hasta que alguien tocó el timbre.

Me dirigí hasta la puerta y, al abrirla, vi a Trent. Llevaba unos lindos jeans oscuros y una camiseta bonita color celeste.

-¡Estás muy guapo!-le dije, mientras lo abrazaba y sonreía.

-Ja, ja, ja. ¡También tú! Te ves preciosa.-dijo, tomándome de la cadera.

Nos miramos a los ojos por un segundo, y no más que eso, para que luego yo separara la mirada, permitiéndome observar su auto.

-¿Sabes manejar?

-Sip.

-Genial...¿Vamos?

-Vamos.

*  *  *

-Oye, creo que iré por un poco de bebida. ¿Quieres?-me dijo, mientras entrábamos a la fiesta.

-Sí, los buscaré a ellos y nos vemos luego.

-De acuerdo.

Me separé de él y crucé el lugar en busca de aquellos bellos ojos color miel que siempre me encandilaban. 

Y allí estaba, sentado junto a Hannah. Parecían mantener una conversación fluida, y se tomaban las manos. ¡Maldición! ¿Por qué se tomaban las manos?

-Volví...Ay no. ¿Contacto físico? Es malo.-me dijo al regresar mi compañero.

Pensé por un segundo y la lamparita en mi cerebro se encendió.

-Creo que tengo una idea, pero debes confiar en mí. ¿Está bien?

-Mh...no lo sé.

-¿Crees que ella sienta al menos una cosa por ti?

-¡Claro! Sé que lo hace, somos amigos muy cercanos y ya nos hemos besado antes...

Eso era.

Besarnos.

-Entonces, manos a la obra. 

Nos pusimos en donde ellos pudieran vernos y yo coloqué mis brazos al rededor de su cuello. Él puso los suyos en mi cintura. Me puse de puntitas de pie para llegar a su boca y vi cómo el se sorprendía cuando sellaba sus labios con los míos. Al dejar de besarlo por un momento, le pedí que me siguiera la corriente.

-Creo que entiendo tu plan.-respondió.

Nos volvimos a besar y, como por arte de magia, sentí una especie de electricidad atravesándome...Era como...Como lo que sentía al ver a Dylan.

Este se separó de mí y miró hacia la mesa en donde estaban ellos.

-Ella...Ella nos está mirando. Actúa normal.

Pocos minutos después pude ver cómo le decía a Dylan que no se sentía bien y se alejaba.

Lo último que miré fue su muñeca, en donde colgaba un bello brazalete dorado...


FRIEND-zoneWhere stories live. Discover now