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Salí de la compañía, mi día de trabajo había terminado, por suerte. Me subí a mi auto, dejé mi bolso en el asiento del copiloto, y comencé a conducir.

Por cierto, me llamo Antonella Nicole Gomez, tengo 19 años recién cumplidos, nací en Cutral Co, Neuquén. Tengo un hermoso hijo llamado Giovanni, el cual tiene 3 añitos recién cumplidos. Me embaracé a los 15 años, nació un mes después de yo haber cumplido los 16. ¿El padre? Mi ex novio, él es 2 años mayor que yo, en realidad 3, pero a los meses cumplo años, asi que cuento como si fueran 2. No se hizo cargo porque ni siquiera le dije que estaba embarazada, el día que iba a contarle, me enteré que él no estaba enamorado de mi, sino que quería solo tener mi virginidad, por lo que me fui corriendo como una pelotuda del colegio. A la semana le conté a mis supuestos papás que estaba esperando un hijo, y ellos me dijeron de todo, menos que estaban felices. Era obvio que tendrían que estar enojados, pero me insultaron, me denigraron y para cerrar, me echaron de la casa. Amigos no tenía, en mi adolescencia era muy solitaria, solo sabian de mi existencia cuando empecé a salir con Tomás, porque él era popular. A quien si conocia era a Lucas, un amigo de Tomás, él siempre se portó super bien conmigo, pero no era mi amigo, así que no quería pedirle ayuda a él. Por lo que recurrí a mi madrina, ella vivía junto a su marido en Buenos Aires, cuando le conté la situación, automaticamente me dijo que arme mis valijas que ella me compraba un pasaje. Y desde entonces vivo en Buenos Aires.

Ni bien cumplí mis 18 años, me fui a vivir a un departamento junto a mi hijo. El marido de mi madrina tenía una empresa de moda, y me dió trabajo y al ganar bien me pude comprar un departamento en Palermo, ya que me quedaba cerca de la empresa. No quería ser un estorbo para ellos, por eso me mudé, pero casi siempre los visitaba en la casa, los considero como mis padres, y ellos a mi como a una hija.

En fin. Estacioné mi auto en el estacionamiento del edificio y subí. Al llegar a mi departamento, abrí la puerta y apenas puse un pie dentro, unos pequeños brazos rodearon mi cintura.

-¡Mami!- Su dulce voz llegó a mis oídos.

-Hola mi amor- Lo alcé y besé su mejilla, cerré la puerta y me acerqué a Lucía. -Hola linda, ¿como se portó hoy?- Le pregunté a la niñera de mi peque.

Ella sonrió y desacomodo el pelo de Giovanni. -Muy bien, como siempre-

Sonreí al escucharla, bajé a mi hijo y de mi bolso saqué plata, y se lo di a la chica, esta sonrió y se fue, ya que tenía otro trabajo.

-Mami, Carlos dijo que iba a haber un nuevo vecino en unos días.- Miré al pequeño que hablaba y fruncí el ceño, habla muy bien para tener solo 3 años, pero desde temprana edad me esforcé en que aprenda a hablar bien.

-¿Enserio?- Asintió y sonreí. -Y bueno, después podemos hacer una chocotorta y darsela, como bienvenida, ¿que decís?-

-¡Si!- Reí y besé nuevamente su mejilla.

(....)

-Mami- Dice nuevamente mi hijo, desde que llegué, creo que aproximadamente me dijo "mami" 45 veces

-¿Que pasa, amor?- lo miré y este cerró su cuaderno

-¿Porque mis amigos tienen papá y yo no?- Me miró y yo me quedé en silencio.

Claramente, mi ex sigue sin saber de la existencia de mi hijo, igualmente nosé que es de su vida.

-Si tenés, pero no está acá- Me levanté y fui hacia la cocina.

Escuché unos pasos detrás mío, y suspiré. -¿Algun día lo voy a conocer?-

-Tal vez, nosé.- Saqué de la heladera una caja de leche y la dejé sobre la encimera.

-¿Por que no sabes?- Volvió a preguntar y suspiré fuertemente.

-Porque no vive acá, Giovanni ya basta de preguntas- Dije en tono seco. Miré a mi pequeño y esté miraba el suelo mientras movía uno de sus piecitos. -Perdón bebé, no quise hablarte así-

-No importa mami, no tenía que preguntar tantas cosas, estás cansada- Iba a decir algo pero él siguió hablando. -Voy a seguir dibujando mami-

Quedé sola en la cocina, y rapidamente la culpa se apoderó de mi, por dos cosas. La primera era que, había tratado mal a mi hijo por algo de lo que no tenía la culpa él. Y la segunda, por negarle la oportunidad de tener padre.

Cada vez que nos invitaban a cumpleaños infantiles, cuando cantaban el Feliz Cumpleaños, estaba el niño o niña, junto a su madre y su padre, y era algo que a él lo hacia sentir mal, ya que cada vez que nos ibamos, siempre me preguntaba que porque el no tenia papá, como pasó hace unos minutos...

En fin, saqué de mi cabeza los pensamientos, y tomé un pequeño recipiente el cual era del hombre araña, puse cereales, y después puse la leche en él. Por último puse una cuchara dentro de este, y fui hacia donde se encontraba mi pequeño. -Acá está amor- 

-Gracias- Sonrió solo un poco, seguía triste, lo noté al instante, y me sentí culpable... Nuevamente...

-Gio, yo, enserio perdón, no quería hablar de esa manera, es sólo que no me gusta hablar de tu padre- Dije sincera, mientras acariciaba su rubio cabello.

-No importa mami- Me abrazo, y en mi rostro se posó una gran sonrisa. -Pero... ¿porque no te gusta hablar de papi?- Y aquí vamos denuevo...

Giovanni (C.R.O)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora