Sola

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Llevaba dos semanas en Alemania, de las cuales no había hecho nada más que trabajar. El fin de semana India la había intentado sacar de casa con mil planes pero ninguno la había convencido. Ni cuando India salió con unas amigas de fiesta María quiso apuntarse. Se quedó en casa sola leyendo el libro de Roy y pensando en Diego. Llevaba mucho sin saber de él, ni hablar con él. Así que un sábado noche, después de haberse metido en el yakuzzi, con una copa de vino y un porro que había encontrado registrando la habitación de Adrián, se armó de valor y lo llamó.

Diego después de haber pasado un tiempo de reflexión en la casa de Dani de Almería y haber follado como un loco para curar su alma e intentar sanar su corazón roto, después de haber pasado las navidades en casa de su madre, se había vuelto a Barcelona dónde había conseguido su trabajo de antes, al que, sin que María lo supiera, no había dejado en su momento, si no que había pedido una excedencia. Así que mientras encontraba piso estaba viviendo en casa de Dani y Dunia.

Cuando María le llamó estaba metido en la piscina de casa de Dani, relajándose después de un largo turno de trabajo. Escuchó el móvil y salió del agua inmediatamente. Vio que era María y se lo pensó un par de veces antes de cogerle el teléfono. Luego respiró hondo y descolgó.

- Hola - Dijo algo más seco de lo que quería sonar pero tal y como ella esperaba que le hablara.

- Hola Diego - Respondió ella cerrando los ojos fuerte. Ambos se quedaron callados unos segundos - He pensado mil veces en llamarte y en todo lo que te quería decir y ahora que lo hago no se que decirte - él soltó el aire que había estado reteniendo en los pulmones y se sentó en una hamaca.

- ¿Estás en Alemania? - Le preguntó él.

- Si... estoy en nuestra casa - Apretó los ojos inmediatamente al darse cuenta de lo que había dicho - bueno, quiero decir, en la casa en la que vivíamos.

- ¿Que estás en el yakuzzi? Oigo el agua...

- Si, con una copa de vino y un porro - Diego sonrió al imaginarla.

- Un buen plan para el sábado noche. ¿Estás sola?

- Ahora siempre - Diego se mordió el labio - ¿Sabes Diego? No se porqué soy así, intento luchar contra mis impulsos pero cuando me doy cuenta ya es tarde. Suele ser así siempre. No quise hacerte daño. Yo te quiero y me importas y....

- Vale María - Le interrumpió - No quiero que volvamos a lo mismo. Yo también te quiero y seguramente lo haga siempre porque sacarte de dentro de mi es tarea muy difícil pero...  te lo dije. Te dije que no iba a jugar más. Que si me iba me iba.

- Lo sé - Dijo entre susurros.

- ¿Pero esto es un todo o nada?

- De momento si - María cerró los ojos y bebió un poco de vino.

- Pues no te molestaré más... - Le colgó y se bebió lo que le quedaba en la copa de golpe. Luego dio una fuerte calada al porro  y se quedó metida en el agua un buen rato.

Diego en cuanto colgó volvió a lanzarse al agua, estaba enfadado y necesitaba un buen polvo para quitárselo de encima. Hizo un par de largos a la piscina, luego salió, se duchó y fue en busca de Dani a preguntarle si le apetecía salir a tomar unas copas. Dunia y él estaban en el sofá viendo una película y ella los miró a ambos. Dani cerró los ojos y respiró hondo. Su amigo le necesitaba pero su mujer se iba a enfadar, porque Dunia estaba un poco celosa últimamente. Así que le hizo un gesto a Diego con la cara que Dunia no vio y se alejó y se fue a su habitación. Entonces Dani ahora que estaban a solas miró a su mujer.

- Cariño - Le dijo y Dunia le miró - Diego lo está pasando mal - mientras le hablaba metió su mano debajo de la manta y la empezó a tocar por encima del pantalón de pijama que llevaba puesto. Dunia gimió y abrió un poco más las piernas. Dani al ver lo receptiva que estaba sonrió - Voy a salir con él, solo serán un par de copas y luego vendré a follarte de nuevo.

En el corazón de María - Trilogía María parte 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora