One last thing [Dark ShikaHina]

IV. Luto

Disclaimer: Naruto no me pertenece, es propiedad de Masashi Kishimoto.

Rating: Va a comenzar siendo T+ pero probablemente suba a M.

Aviso importante: Conforme avance el fic, se van a abordar temas no aptos para todo público, se recomienda que no lean menores de edad o personas sensibles a ítems como violencia, sexo y muerte de personajes.

Se recomienda discreción al lector.

"Sólo una ley, un nuevo comienzo

Cantar una canción que no peca

Y crecer...
Hey, tú sabes

¿Somos las últimas almas que viven?"

Last living souls / Gorillaz

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IV

Nuevos andares

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El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, cuando Kiba llegó hasta el punto donde Akamaru y Shino se escondían.

- ¿Dónde está Hinata? - Preguntó Shino con la tez pálida, Kiba no supo si del miedo o por toda la sangre que perdió.

- Tuvimos que dividirnos... - Respondió de mal humor. - ¿Ahora qué deberíamos hacer?

Shino meditó unos segundos.

- Akamaru, necesito que me ayudes...

Entonces Kiba observó cómo su gran amigo comenzaba a rasguñar la corteza de un árbol. De pronto un grupo de insectos voladores salieron por las aberturas que creó el perro con sus patas y Shino se acercó.

- Pequeños seres, necesito la ayuda de alguno de ustedes, debo encontrar a una camarada y llevarle un mensaje.

Entonces un pequeño insecto se situó en su mano. Kiba ya había visto hablar así en distintas misiones a Shino, pero la diferencia estaba en que ese insecto no conocía a su compañera como para encontrarla.

- ¿Cómo la va a rastrear?

- ¿Tienes algo impregnado con el chakra de ella?

Kiba se quedó perplejo por unos segundos.

- Por supuesto que no, ¿Qué clase de... - Pero entonces recordó que Shikamaru la hizo atacar y entonces ella boqueó algunos de sus ataques con sus manos impregnadas de chakra. - Sí. - Sacó el kunai que tenía un poco de sangre de ella.

Entonces el insecto se situó sobre el objeto, y luego de unos segundos, se fue volando.

- Le pedí que nos confirmara que está viva y que nos trajera su mensaje de vuelta.

Kiba se dejó caer agotado bajo la sombra de un árbol.

- Supongo que no hay mucho que podamos hacer ahora. - Y conforme la adrenalina lo iba abandonando, su cuerpo se fue engarrotando y doliendo a niveles pocas veces conocidos.