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Septiembre, año 2014

—Mi pequeña se va a Londres—dice mi madre con los ojos llorosos.

—Mamá tranquila, volveré en cuanto haya vacaciones, además no sabemos si será permanente, es solo un año.—digo para intentar tranquilizarla.

—Ay, la pequeñaja se va del nido.

Mi hermano me revuelve el pelo para molestarme mientras dice esto, me aparto molesta y me peino con los dedos mirándolo mal.

—Mi princesa se va a vivir a Londres.—murmura mi padre.

—Papá no pasa nada, volveré.—le abrazo—Te quiero.

—Yo a ti mucho más.—responde—Recuerda que siempre serás mi pequeña.

Me reí por lo bajo y me aparté de él, entonces resonó por el aeropuerto el altavoz llamando a los pasajeros para el vuelo a Londres, mi vuelo a Londres, era hora de irme.

—Os echaré de menos.—digo al borde de las lágrimas.

Abro los brazos y nos fundimos en un abrazo familiar, finalmente me separo y me despido con la mano al pensar que si digo una palabra más empezaré a llorar, camino y antes de darles la espalda ya veo a mi madre llorando a mares, les lanzó un beso con una sonrisa para transmitirles confianza. Exhalo un fuerte suspiro y voy por la puerta de embarque para al fin subirme al vuelo.

Mi asiento es cómodo y esta en ventanilla, nos indican que nos abrochemos los cinturones antes de despegar y así lo hacemos, miró como el suelo se aleja y Vigo parece cada vez más pequeño, sonrío con algo de melancolía ya, iba a echar de menos mi tierra.

Me despierto cuando me ordenan que abroche mi cinturón, parece ser que me he dormido en el vuelo-no me extraña, salía muy pronto en la mañana- hago lo que me dicen y en unos pocos minutos ya hemos aterrizado.

Tras recoger mi maleta y hacer lo correspondiente salgo del aeropuerto decidida, tal como he visto al descender Londres me parece precioso aún con el cielo totalmente lleno de nubes que amenazan con llover me siento enamorada con tan solo echar un vistazo, llamo a un taxi y le pido que me lleve a mi calle y a mi edificio correspondiente, según me ha contado mi compañera es un edificio en el que todos son extranjeros, de diferentes países y culturas, por lo que no es raro escuchar idiomas que parecen chino-y puede que sea chino- por el edificio.

El taxi me deja allí y miro la fachada del edificio, la cual tiene un estilo un tanto antiguo, y me siento emocionada, esto iba a ser una gran aventura.

El taxi me deja allí y miro la fachada del edificio, la cual tiene un estilo un tanto antiguo, y me siento emocionada, esto iba a ser una gran aventura.

Entro al edificio y voy directa al ascensor ya que con la pesada maleta sería imposible ir por las escaleras, subo al tercer piso y comienzo a buscar la puerta con la letra B.

—La B... la B...—susurro para mi misma.

Al fin paro ante la puerta con esta letra, tomo aire y lo expulso lentamente, toco el timbre y espero unos pocos segundos a que habran.

—¡Ah!—dice la chica que abre—Tu debes ser... Ais... Ais—dice atascandose en el nombre.

—Aisha—completo yo con tono amable.

—Aisha...—repite para sí misma—¿Por qué no Blue? Es más fácil de recordar.

La miro extrañada, parece una chica muy abierta y sin una pizca de vergüenza.

—¿Blue...?—pregunto extrañada.

Asiente convencida.

—Tus ojos, tu jersey, ¡son azules! Estoy segura de que el azul es tu color.

—Aaah... gracias.

—Ven Blue, voy a enseñarte tu habitación.

Vivir aquí tiene pinta de que será interesante.

━oops, we fell in love |h.s; one direction|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora