🍑JiMinniePoo cocinerito

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Pero lo haría, como siempre, por difícil que pareciera su día, lo cursaría, todo para poder llegar a casa y disfrutar un par de horas junto a su JiMinniePoo antes de descansar.

Si lo pensaba así parecía un gran plan.

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—Y está, uhm... —La punta de la pequeña y rosada lengua de JiMin se asomó por una de las comisuras de sus abultados labios, signo de su máxima concentración y esfuerzo en la tarea que estaba llevando a cabo— ¡Listo! —Exclamó viendo su obra maestra.

— ¿Qué está listo, bebé? —Habló una voz inesperada a sus espaldas, provocándole un brinco de la sorpresa.

— ¡Yah, PinkyPoo! —Chilló medio en regaño, medio feliz, mientras volteaba hacia la entrada de la cocina, a la que antes le daba la espalda y se encontraba de bruces con el pecho del mayor— Me asustaste, malo —Se quejó haciendo un pequeñísimo puchero que iluminó los ojos cansados del pelinegro.

—Lo siento, bebé, pensé que me habías escuchado —Se disculpó con una sonrisa traviesa surcando sus labios. JiMin, por su lado, entrecerró los ojitos con sospecha, ese PinkyPoo Hyung no lo engañaba, no, no, era un malvado, pero de todas formas se merecía un besito de bienvenida, ¿no?

— ¿Hace cuánto estás aquí? —Preguntó el bajito cuando sus labios se separaron, volteándose nuevamente en dirección al mesón de la cocina, donde dos tazas rebalsando crema batida, descansaban listas para ser decoradas.

—Acabo de llegar —Respondió el mayor abrazándole por detrás y apoyando su barbilla en el cómodo hombro del menor, el cual estaba fundido en un lindo y esponjoso sweater color azul bebé, intentando curiosear sobre qué tenía a JiMin tan concentrado como para no escuchar la puerta ser abierta

—Bienvenido entonces, PinkyPoo —Sonrió el menor tiernamente mientras tomaba dos pequeñas frambuesas de un bowl y las ponía con sumo cuidado en la punta de los copetes de crema, uno el cual tenía delgadas líneas de jarabe de ¿manjar? O tal vez caramelo, u otro, el de al lado, que tenía esparcidas muchas bolitas de colores— ¿Quieres probar esto? —Preguntó a la vez que con una cuchara, sacaba un poco del marrón y esponjoso contenido de la taza con jarabe, procurando también tomar una considerable cantidad de crema y agregar otra frambuesita en la porción.

El mayor no tuvo siquiera que contestar, entreabrió los labios con confianza y maravillado, saboreó el trocito de bizcocho de chocolate con crema y frambuesas, estaba muy, muy bueno, y él estaba enserio muy, muy hambriento.

—Wow, está muy bueno, Mochi —Comentó una vez que hubo tragado apropiadamente, respondiendo a la expresión interrogativa del menor.

— ¿Enserio? —Los ojos de JiMin brillaron de alegría y se empequeñecieron casi al instante tras sus dos mofletes colorados de felicidad— ¡Acabo de aprender a hacerlo! ¡Es un PinkyPoo bizcochito de microondas, ¿No es genial?! —Contó emocionado, sin dejar a YoonGi responder cuando ya le estaba contando más cosas— ¡Tarda un minutito en hacerse y no hay que prender la cocina —Enumeró levantando uno de sus regordetes deditos— ni el horno! ¡Es genial! —Auto contestó la pregunta que había hecho hace algunos instantes— El tuyo es el de taza de osito gruñón porque PinkyPoo llega del trabajo como un osito gruñón —Explicó tomando entre sus manos la taza mencionada, la cual en efecto, tenía el diseño de un oso bastante parecido al de Line con las cejas fruncidas y las mejillas enrojecidas— ¿Ves? Así —Demostró inflando las mejillas y frunciendo las cejas y los labios al mismo tiempo, imitando la expresión "gruñona" del oso, ganándose una carcajada de parte de YoonGi porque, ah, diablos, JiMin era tan irresistible— ¡Y el mío es el de fresita! Porque PinkyPoo dice que cuando me sonrojo parezco una fresita —Aclaró esto último con algo de timidez, logrando que su rostro se tiñera de un suave rosado— Aunque me faltan las hojitas, PinkyPoo, no puedo ser una fresita sin hojitas, ¿debería teñirme verde y así ser una fresita por completo? Podría...

JiMinniePoo ❀ YMOnde histórias criam vida. Descubra agora