Capítulo 7

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Capítulo 7

Jane intentaba leer algo en la sala, pero no podía concentrarse. ¿Qué iría a hacer Sara para poner celoso a Johnny? No creía que eso fuera a suceder. Él la odiaba y se lo había dejado claro en muchas ocasiones.

Empezaron a tocar la puerta con desesperación. Jane sintió miedo al imaginarse que podía ser Thomas. Miró por la mirilla y vio que era Johnny y que estaba muy enfadado.

Abrió la puerta y se quedó allí a la espera de que él dijera algo.

Pero él no dijo nada, sino que la hizo a un lado y se adentró en el salón. ¿Por qué estaría allí? Parecía bastante enfadado y no se imaginaba el por qué.

Por dios, ¿qué le había dicho Sara? Ella no sería capaz de haberle dicho lo que ella sentía por él, Sara nunca la traicionaría.

-¿Qué deseas? – le preguntó cuando cerró la puerta y se acercó a él.

Él no dijo nada, se acercó a ella la cogió entre sus brazos y la besó con fuerza. Dios santo, esto es lo que ella estaba esperando durante tanto tiempo. Jane le rodeo el cuello con sus brazos y se entregó a ese maravilloso beso.

Dios, como la deseaba. Tenía un sabor tan enloquecedor que creía que no lo iba a soportar. Ella lo besaba a su vez, le estaba correspondiendo. Si de verdad hubiese querido a ese tal Bill, no le besaría a él de esa manera.

La apartó de su lado y le miró a los ojos. Los tenía vidriosos por el deseo, y sus sensuales labios hinchados a causa del ferviente beso.

-¡Maldita sea! – dijo con fastidio mientras se separaba de ella.

-¿Por qué...? – parecía ser que no sabía que decir.

-¿Me estás preguntando que por qué te he besado? – dijo Johnny mientras se acercaba a ella. Vio que ella afirmaba con la cabeza - ¿por qué crees tú que lo he hecho?

-No... no lo sé

Parecía que estaba a punto de echarse a llorar. Dios, acaso no sabía que estaba celoso.

-Bueno, pues yo te lo diré – la cogió con fuerza del brazo – no vas a ir a esa fiesta para estar con ese tal Bill.

-¿Bill? – parecía asombrada como si no supiera de lo que estaba hablando.

-No te hagas la inocente – volvió a tomarla  por la cintura – si vas a ir a la fiesta vendrás conmigo. No quiero que estés bailando y besuqueándote con otro.

No sabía exactamente lo que estaba ocurriendo. ¿Qué le había dicho Sara para que él estuviera así? No se imaginaba que el pudiera estar celoso. Por dios, eso era imposible. Si fuera así, eso significaría que sentía algo por ella.

-¿Estás celoso? – le preguntó con una sonrisa en los labios.

-Sí, maldita sea – volvió a besarla. Estaba celoso, no se lo podía creer – estoy completamente celoso al imaginarte en brazos de otro.

-Oh bueno, no sé – se separó de mala gana de él – Bill me quiere, es una buena persona....

-No Jane – Johnny volvió a cogerla de nuevo entre sus brazos – si lo que quieres es que te perdone por la bofetada, estás perdonada. Pero vendrás conmigo al baile y sólo estarás conmigo.

¿Johnny le perdonaba la bofetada? Eso era maravilloso y estaría encantada de ir con él al baile. A ella tampoco le gustaría que otras chicas estuvieran pegadas a él como una lapa.

Quizás Johnny estuviera empezando a quererla y ella no tendría que hacer alguna locura como Vanesa. Bueno, ahora sabía que no iba a hacer nada de eso, Johnny la había besado y le había dicho que estaba celoso, eso era un principio.

-Bueno, la verdad es que a mi tampoco me hubiera gustado ir al baile y verte con otras chicas – dicho esto se dio media vuelta y se acercó a la ventana para mirar fuera -. No hubiera soportado verte con otras.

-Eso no va a suceder si accedes a venir conmigo – le dijo Johnny mientras se acercaba a ella.

-¿Vendrás a recogerme? – le dijo mientras se daba la vuelta y le sonreía.

-Sí, vendré a buscarte – le dijo con seriedad.

Volvió a tomarla entre sus brazos y la besó con pasión. Al rato se separó de ella de mala gana y salió de la habitación.

Jane estaba feliz, al final había conseguido que Johnny la perdonara y la deseara. Ahora era solo cuestión de tiempo que llegará a amarla como ella lo amaba a él.

Al día siguiente Johnny se levantó para ir a dar su paseo diario a los acantilados. Pensaba en todo lo que había ocurrido la tarde anterior y se dijo así mismo que había echo lo correcto. Sabía que en parte era culpa suya, había tratado muy mal a Jane cuando se conocieron. Se dio cuenta de que ella solo quería ser amable con alguien nuevo en el pueblo, pero lo que pasaba es que él en ese momento estaba furioso por haber dejado la ciudad para venir a un lugar tan apartado como este.

Cuando estaba llegando vio el caballo de Jane y ella estaba de pie al filo del acantilado. ¿Por qué se acercaba tanto?, podía ser peligroso. Podía resbalar y caer.

Parecía que no se había dado cuenta de su presencia. Se acercó a ella y la cogió con fuerza por la cintura. Jane empezó a chillar y a patear, y Johnny se imaginó que se creía que era ese Redick.

-Tranquila, soy yo – dijo mientras la alejaba de allí -. Es peligroso que te acerques tanto al filo.

Jane se relajó entre sus brazos y él pudo por fin ponerla en el suelo. Cuando se dio la vuelta, ella estaba enfadada.

-Me has dado un susto de muerte – dijo mientras le golpeaba el pecho con el puño -. No vuelvas a hacer eso nunca más. Por dios, creía que era Thomas.

-Sí, me lo he imaginado – dijo mientras le sonreía -. Siento haberte asustado, pero más asustado estaba yo al verte tan al filo.

-Sólo estaba pensando – dijo mientras se encogía de hombros.

Dios, le había dado un buen susto. Estaba pensando en Vanesa, en que ella no había tenido la suerte que había tenido ella. Le daba pena, pero quizás Vanesa debería haber intentado hacer algo para conseguir que el chico se fijara en ella, sacar sus armas de mujer.

-¿Estabas pensando en Vanesa Down? – le preguntó Johnny mientras se acercaba a ella y hacía que le mirara.

-Sí, es una historia muy triste – le dijo con tristeza -. Entiendo lo que esa muchacha sentía, pero quizás no tenía que haberse rendido tan pronto.

-¿Por qué entiendes lo que ella sintió? – le preguntó Johnny con extrañeza.

-Porque a mí me paso lo mismo, solo que yo no me decidí a suicidarme – Jane le toco el rostro con dulzura -. Yo decidí luchar y conseguir lo que quería.

-¿Has conseguido lo que quería? – le preguntó mientras tomaba su mano y se la besaba.

-No lo sé todavía, pero he dado un gran paso – le dijo mientras se enganchaba a él.

-Sí, creo que lo has hecho.

Una vez dicho esto la besó con pasión. Dios, como amaba a Johnny y quizás con el tiempo él también llegaría a amarla.

Un rato después se despidieron y cada uno volvió a su casa.

UN AMOR DIFICILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora