Capítulo 3

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Capítulo 3

Ya habían pasado varios días desde que había llegado a ese pueblo. Todavía no había podido olvidar la bofetada que le había dado Jane. Durante estos días se había encontrado con ella en un par de ocasiones, pero había sido para lo mismo. Habían vuelto a insultarse mutuamente y él no le había perdonado haberle pegado.

Esa mañana no parecía distinta a las otras, Johnny bajó a la cocina a tomarse algo. Era una cocina amplia, en la parte izquierda había una mesa con cuatro sillas, estaba junto a la puerta trasera. Había también junto a la puerta que daba al salón otra mesa un poco más alta con taburetes.

En la parte derecha estaba el mueble con el fregadero, el horno y el microondas. La encimera se encontraba en el centro, formando una isleta.

Johnny se sirvió un café y se sentó en uno de los taburetes que había en la mesa alta.

-¿Has dormido bien ésta noche, Johnny? – le preguntó su padre que estaba sentado en la otra mesa junto con su hermana.

-Más o menos – le contestó con un encogimiento de hombros.

-Bueno, podías ser más específico – le dijo su padre – llevamos ya unos cuantos días aquí, me imaginaba que te habías acostumbrado ya.

-No, y no creo que lo haga.

Su padre no volvió a decir nada, y Johnny lo agradeció ya que estaba empezando a cansarse de verdad.

Cuando terminó el desayuno, Johnny se dirigió junto con Newman a los acantilados. Era una costumbre que tenía desde el primer día.

-Son espectaculares, ¿verdad? – dijo una voz a su espaldas.

Johnny se volvió y vio que Jason se acercaba a él con una gran sonrisa en los labios.

-¿Has escuchado la leyenda que habla sobre ellos? – le preguntó Jason – ¿la razón por la cual le llamaron “Brookster Down”?

-No, pero me imagino que me lo contarás – dijo Johnny mientras se sentaba.

Jason asintió y se sentó a su lado. Estuvo en silencio un rato para pensar en como comenzar la historia.

-Sucedió hace muchos años – empezó Jason – vivía una muchacha llamada Vanesa Down. Apenas tenía 16 años, pero ya se había enamorado apasionadamente de un joven de aquí – volvió a quedarse durante unos segundos en silencio – parecía que para el chico, ella era invisible, no le hacía ni casa. Ellos discutían mucho, y todos creían que se odiaban a muerte, pero era al contrario. Él puede ser que no la quisiera, pero ella lo amaba con toda su alma. Un buen día Vanesa desapareció y cuando la encontraron, estaba muerta a los pies del acantilado.

-Dios, que horrible…

-Pero ahí no acaba todo – le cortó Jason – encontraron una nota aquí arriba en la que decía: “Lo hago por ti mi vida”

-Joder, ¿el chico sabía que era para él?

-Ni idea – le dijo Jason con un encogimiento de hombros.

Permanecieron durante un buen rato en silencio, cada uno absorto en sus propios pensamientos

En ese preciso instante, Jane salía de casa para dar una pequeña cabalgata por los prados.

-Vaya amigo, te estás dando un buen atracón – le dijo Jane abriendo la portezuela del compartimiento en el que estaba su amigo.

Por el camino hacía los prados, Jane no dejaba de pensar en Johnny, “que chico más insoportable” pensó. Durante esos día no había echo más que insultarla y reprocharle por la bofetada que le había dado en casa de Jason. “Se lo tenía merecido por haberla llamado aborrecible” se dijo con furia. Lanzó un pequeño suspiro, dios era tan guapo.

UN AMOR DIFICILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora