—Pero, ¿adónde vas?
—A casa. Estoy cansada. —mentí— Además, le prometí a mis padres que llegaría temprano.
—Si es sábado.
—Sí, ¿y qué? No voy a desperdiciarlo contigo.
En ciertas ocasiones pecaba de impulsiva, y todo venía del orgullo que me caracterizaba desde que tenía uso de razón, un ego tan grande que acababa desbordándose de sus límites en cuanto recibía un mínimo roce o provocación.
—Vika, vamos. Joder, que es broma. —Jungkook intentó detenerme rodeándome desde atrás por la cintura y tirando de mí.
No tuvo que poner mucho esfuerzo para conseguir su objetivo; yo era una floja comparada con su fibroso cuerpo de atleta.
Resoplé, aburrida y desganada. Sabía que no podría librarme de él, pero quería intentarlo. Jungkook enterró su rostro en la curvatura que unía mi cuello con el hombro y comenzó a dejar besitos que acabaron ascendiendo hasta mi mandíbula. A pesar de su acto con claras intenciones lascivas, se asemejaba bastante a un crío buscando atención.
—Jungkook, para... —murmuré abochornada al recordar que no estábamos solos y que, seguramente, estábamos haciendo sentir incómodo a Jimin. Sin embargo y para gran sorpresa mía, cuando puse los ojos en el chico de cabello anaranjado, este nos miraba absorto, mordiéndose el labio inferior.
A pesar de que de primeras mi cerebro no supo interpretar su acción, mi cuerpo sí lo hizo enviando un cosquilleo que se manifestó en mi sexo.
Oh, joder. No podía ser verdad.
—Jimin, ¿me ayudas? —preguntó Jungkook sin apartar los labios de mi piel. Su lengua se unió justo después, creando círculos que amenazaban con sacarme más de un gemido— Creo que no está dispuesta a perdonarme...
En un abrir y cerrar de ojos, Jimin apareció justo en frente de nosotros, pero parecía indeciso, a diferencia del moreno a mis espaldas.
—Vamos, Jungkook, déjala... —dijo, con un ligero rubor en las mejillas.
Kookie gruñó, enviando escalofríos a cada centímetro de mi piel.
—Estoy cansado de jugar al Monopoli —se quejó— Ya se me hace aburrido... Hagamos algo más divertido entre los tres. —arrimó sus labios a mi oreja, pegándolos a ésta prácticamente, y me susurró con un tono juguetón: — Algo que se te dé bien, y en lo que puedas salir ganando...
No se andaba con tonterías, pero siempre le gustaba tantear primero el terreno. Me estremecí con solo pensar en aquella idea que deambulaba por la cabeza de mi amigo, auque todavía me quedaba una parte racional que no estaba dispuesta a ceder ante su seducción.
Escuché a Jimin suspirar y vi cómo se echaba su flequillo anaranjado hacia atrás. Un movimiento tan simple como ese me hizo reflexionar.
Jimin era un chico atractivo, -había que estar ciega para tener el descaro de decir lo contrario- y, más de una vez, me había imaginado cómo sería tener sexo con él. ¿Cómo no hacerlo? Jungkook me había dicho que era bueno haciendo ciertas cosas, aunque no especificó en cuáles para dejarme con las ganas de descubrirlo por mí misma.
—Jimin, no te hagas el difícil ahora. —continuó hablando el menor de los chicos— Tú mismo me dijiste el otro día que te la follarías.
Parpadeé un par de veces, tardando en entender que estaba hablando de mí. Una vez impactada por el dato, miré a mi amigo, cuya sonrisa maliciosa seguía vigente en sus labios, y después dirigí mi mirada al otro chico, arqueando una ceja. Quería una explicación.
VOCÊ ESTÁ LENDO
•Sinners• || jjk! ✔️
FanficUna historia de jóvenes siendo políticamente incorrectos. #SagaTemptations -2-
R (I)
Começar do início
