Capitulo I

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Frente a él la imponente cortina de humo se presentaba renuente a dispersarse a pesar del vigoroso viento y la anticipada lluvia.

Según el informe policial pandilleros locales había provocado el siniestro en aquel viejo almacén. Los incendios "fortuitos" se habían vuelto habituales en ese extremo de la ciudad. Lo usual en un fin de semana -Pensó , hasta que el testimonio de una mujer por la radio lo alertó. Habían visto al Joker.

Hacía unas noches no se tropezaba con los pasos del Joker, pero lo conocía bien y de tratarse de él pronto se asomaría de entre las cenizas para jugarle alguna broma. Esa era la dinámica entre ellos , y aunque anduvo por el almacén no hallo nada, ni pistas ,ni juguetes extraños , ni tarjetas de su excéntrico amigo, nada. ¿De qué se trataba entonces? Al fin se dispuso a marcharse , pero solo dio unos pasos . Bajo sus botas un destello capturo su atención. "Nada mas brillante que el oro " susurró ; pero , ¿Qué tan frecuente resulta encontrar una llave intacta en los escombros de lo que fuese un horno?

El objeto debía de significar algo más que una distracción, algún mensaje o un acertijo y hasta descifrarlo debía ganar tiempo y buscar respuestas.

Se apresuró y aún con las botas blancas por el baño de cenizas ingresó al Batimovil con la única intensión de dirigirse al barrio mas peligroso de Gótica , y único sitio en donde los "joyeros" descifran el origen de las piezas con solo echarles un vistazo.

Anticipándose a cualquier contratiempo trazó la ruta a los suburbios calculando un viaje de ida y retorno no mayor de media hora para así confirmar a Alfred que cenaría en casa. Al encender el motor este puso resistencia, se extrañó ya que en condiciones peores nunca había fallado, y al insistir se percato de un extraño sonido. Supo entonces  el significado del objeto , este había sido una clara advertencia, ni más ni menos, y por subestimar a su enemigo pagaría las consecuencias .

La explosión formó una flama envolvente negándole así la opción a escapar.





















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