Por Cobardía

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Finalmente el sueño me venció, y no sentí cuando me quedé dormido.

Desperté cuando la sobrecargo me agitó fuerte, para ponerme el cinturón de seguridad porque estábamos a punto de aterrizar.

En ese momento caí en cuenta que cualquier acción que quisiera tomar para no perderlo tendría que empezar en los próximos minutos.

Entre la agitación por despertar abruptamente, el nervio del aterrizaje y mi necesidad de llamar su atención a como diera lugar, me empezó un ataque de asma.

Me suceden con tan poca frecuencia, que casi nunca estoy consciente de donde guardo el inhalador.

La sobrecargo se acercó, llamó a otro sobrecargo, otras personas quisieron acercarse pero les gritaron que volvieran a sus lugares.

Alan violó las reglas, se quitó el cinturón de seguridad, se levantó, hizo caso omiso a los gritos de los sobrecargos, buscó mi mochila, la abrió y encontró mi médicamento.

Me salvó la vida.

Se quedó a mi lado mientras recuperaba el aliento y tomó mi mano. Aún le dió tiempo de volver a su lugar para el aterrizaje.

Ya en tierra se acercaron los sobrecargos, y Alan por supuesto.

Les dije que todo estaba bien, que no necesitaba ayuda extra o una ambulancia. Y esperamos a que todos bajaran.

Me ayudó con mi mochila, y me acompañó tomándome del brazo.

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⏰ Última actualización: Jul 29, 2020 ⏰

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Alan Estrada y Yo. Un amor sin reservación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora