• DIEZ •

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Sehun había vuelto a desaparecer y Luhan aborrecía que lo hiciera justo en ese instante, cuando el final para su ilícita relación estaba cerca. La cuenta regresiva había comenzado, y ya no había marcha atrás. Después de tanto tiempo, finalmente –y para mala suerte de Luhan– faltaba semana y medía para la boda.

Luhan se comprometió con Yangyang seis meses atrás, cando buscaba una desesperada forma de salir de lo que llamaba opresión a su persona sin las manos vacías y claro que el tipo fue un pase de salida tras meditarlo aunque se estuviera encadenando a algo nuevo. Sin embargo no todo era malo con Yangyang o al menos no hasta ahora.

Luhan revisó el catálogo de flores para los arreglos florales de la ceremonia junto a su madre para terminar con los últimos preparativos de la boda antes de la ceremonia de ensayo y repaso final de todos los preparativos. Su madre estaba demás emocionada por el asunto mientras él comenzaba a estresarse por tantas cosas que poco a él le interesaban pero que le estaban obligando a tomar en cuenta y prestar atención de preferencia de forma completa.

Su madre fue quien terminó de elegir los arreglos florales cuando Luhan le dijo lo poco que le importaban mientras su prometido al lado ocultaba una sonrisa de bastardo. La madre del menor luego de intercambiar un par de palabras con Yangyang dijo que iría a hablar con el florista encargado de los arreglos marchándose de la sala y dejando sola a la pareja.

Luhan resoplo recostando la cabeza en el respaldo del sofá y Yangyang a su lado le palmeó la rodilla. Luhan cerró los ojos e ignoró al otro que sabía, poco se preocupaba por él como Luhan por Yangyang.

—Ya quiero que todo esto termine —mencionó Luhan con fastidio. El mayor cruzó una pierna sobre la otra sentado en el sofá.

—Parece que estas de mal humor, querido.

—No parecer. En realidad lo estoy. Estoy harto de toda esta jodida cosa de la boda —Yangyang río jocoso.

— ¿Es eso o porque tu amante de cuarta no te esta complaciendo últimamente?

Luhan abrió los ojos mirando de reojo y con mala cara al contrario.

Realmente no deseaba tocar ese tema con su prometido y mucho menos cómo se sentía justo ahora.

Una de las razones por las que casarse con Yangyang no le pareció tan mala idea aparte de que el tipo era atractivo y caliente, era que logró llegar a un acuerdo con él con respecto a toda esa farsa. Después de todo, Yangyang al igual que todos estaba viendo ese compromiso como algo beneficioso económicamente y no por sentimientos de por medio como normalmente la cosa funcionaba cuando se trataba de compromiso.

Yangyang y él habían llegado al acuerdo de comprometerse con todos los beneficios de una persona soltera como lo era tener cuantos amantes quisieran siempre y cuando al momento de finalmente casarse, tener exclusividad completa con el contrario. Yangyang podía aparentar en la espera de desposarse, sin embargo no iba a correr el riesgo de ser la comidilla de las ostentosas personas a su alrededor cuando subieran el último nivel y estuvieran oficialmente casados. De por si Luhan ya tenía una famosa reputación entre las personas de su clase que podría perjudicar su imagen una vez que ascendiera a ser dueño de una multinacional si es que esas relaciones ilícitas siguieran por ambas partes. Después de todo ellos vivían de apariencias o al menos Yangyang de eso lo hacia.

Luhan estuvo de acuerdo con ello, la idea de alargar un tanto su lista de amantes antes de volverse alguien exclusivo le parecía de maravilla, sin embargo y a comparación de Yangyang, terminó “encaprichandose” de una sola persona y lo mantuvo como su único amante en todo ese tiempo porque terminó amando al tipo. Algo que le jodía de muchas maneras, una de ellas, dándole a Yangyang la oportunidad de burlarse de su desgracia.

Jodido Sehun, ¿por qué tuvo que aparecer en ese momento de su vida?

—Vamos querido, ¿tan siquiera vale realmente la pena? —se burlo el mayor, sabiendo un poco la historia de trasfondo sobre su relación con Sehun y no porque Luhan le haya dicho. 

En realidad ni el nombre de su amante le había comentado pero el desgraciado con ayuda de sus estúpidos investigadores se encargó de enterarse de la desastrosa vida de Luhan para saber a que se atenía, según Yangyang.

—Mira, estamos a punto de casarnos y ya sabes lo que eso significa ¿verdad? —Luhan trató de girar el rostro para no verlo más pero el mayor fue más rápido y tomó su mentón, clavando los dedos en sus mejillas para mirarle a los ojos —Así que deja de estar enojado por ello.

Luhan le lanzó una mirada venenosa.

—Quien parece enfadado con el asunto de mi amante eres tú, Yang.

El tipo sonrió de lado, mirando los labios de Luhan.

—Por supuesto que me molesta. Muy pronto serás de mi exclusividad y es terrible que tengas en mente a otro tipo estando conmigo, querido. Además, eres demasiado caliente como para seguirte compartiendo con demás. Sin duda no veo la hora en la que finalmente te dejes de ese jueguillo con aquel tipo.

Luhan odio la forma en la que su prometido se dirigió a él, como si él se tratase de un objeto con dueño.

El menor se alejó de su agarre cuando este intento besarle en los labios y Yang sonrió con amplitud al verlo enfadado. La madre de Luhan volvió a aparecer en la sala y miró a la pareja sonriente.

—Ya esta listo, no tendrán que preocuparse por nada.

—Gracias mamá, no podía dormir de la angustia. —Dijo lleno de sarcasmo, lo que provocó que la mujer le mirara de manera reprobatoria.

Yangyang sonrió y colocó su mano sobre la pierna de Luhan regalándole un suave apretón mientras miraba a la mujer.

—Muchas gracias Sra. Lu.

—Lo hago con mucho gusto, Yangyang. Descuida.

Luhan volvió a cerrar los ojos molesto con todo y una vez más como en esos últimos días, deseó volver a ver a Sehun.

001 | Odio amarte「HH」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora