Aprovechaba cualquier momento para hacerlo. El creía ser discreto, pero varios habían notado su insistente mirada en su asistente.

Incluso Sarah.

En un principio, creía que estaba viendo mal, pero sus ojos no la engañaban. Ehan Hilton no dejaba de mirar a su amiga y eso la molesto más.

No sabía si era interés o simplemente se aseguraba que Hanna hiciera su trabajo, pero esas miradas no le gustaban, ella quería que solo la viera a ella.

¿Era tanto pedir?

Los entremeses fueron servidos y Sarah no evito los celos al ser mesera mientras Hanna era una de las comensales.

Pero Ehan tenía ideas diferentes, ya que no podía sentirse más feliz de tener frente a él a su chica.

Al final de la junta, el trato no se logró cerrar, pero quedaron pendientes un par de propuestas para un segundo encuentro.

Los inversionistas felicitaron a Ehan y Hanna por la buena recepción y alagaron la logística de la empresa.

Nuevamente Sarah espero un par de palabra o una felicitación, pero estas nunca llegaron.

Ehan las felicito a todas por general, pero nunca se dirigió directamente a ella. Salió de la sala con el orgullo pisoteado una vez más. Cada vez estaba más desesperada por reconciliarse con su jefe, pero no encontraba la forma de lograrlo.

Ehan espero a que las chicas del café salieran ya que Hanna seguía digitando un par de apuntes.

Una vez la puerta fue cerrada, el coloco el cerrojo y camino hacia su chica para cerrar la computadora.

— ¡Espera! Me falta poco...

—Después terminas— dijo poniéndola en pie— ahora quiero mi beso.

No le dio oportunidad de pensarlo antes de callar su protesta con sus labios.

Él no podía explicar que tanto le encantaba hacer eso. Sentir el gemido de protesta cada vez que lo hacía le encantaba.

Pero no se comparaba con sentirla abrazarlo para besarlo más profundamente.

Ella abrió la boca y dejo que la lengua de Ehan entrara para probarla completamente.

En un movimiento rápido, el, la tomo de la cintura y la sentó sobre la mesa. Haciendo que su falda subiera dejando al descubierto sus muslos.

—Si prometes hacer esto después de cada junta, te juró... — le dio un beso rápido— que no me vuelvo a quejar, cariño.

Hanna rio al escucharlo y lo halo de la corbata para besarlo nuevamente.

Esta vez ella tomo la iniciativa y enrollo sus piernas alrededor de Ehan para acercarlo más a ella. Pero Ehan se separó unos minutos después con la respiración acelerada.

—No sabes cuánto ¡amo! Cuando haces eso, pero... debemos parar. Estoy a dos minutos de arrancarte la ropa y después no podremos explicar que paso aquí.

Hanna le dio una sonrisa pícara y le dio un último beso antes de susurrarle sobre sus labios.

—Eso de arrancarme la ropa... ¿Debería de Tentarme o Preocuparme?

— ¡Ohhh! Créeme cariño— bajo la voz— ambas.

La tomo de la cintura y la bajo de la mesa antes de arreglarse la ropa, salió primero de la sala de juntas para evitar levantar sospechas por si los veían salir juntos.

Por la noche, los gemelos y Hanna se quedaron en el departamento de Ehan, ya tenían ropa ahí, así que no habría problema.

Hanna no había abordado el tema del matrimonio y se alegraba que Ehan tampoco. Quería que se tomaran el tiempo para disfrutar de ese nuevo comienzo.

Nuestra Segunda Oportunidad. Saga: NYC N° 3Where stories live. Discover now