bad reputation 「나쁜 평판 」v . k

「 b a d r e p u t a t i o n 」

Aún no consigo aceptarlo del todo, aún lo busco, manteniendo su exacta imagen en mi memoria, intacta sin querer dejarla ir.

A lo largo del almuerzo llegue para salir rápido de ese lugar, todos, absolutamente todos me observan, mi decaído rostro se deja asomar y soy consciente de eso, mis pasos no demuestran motivación por seguir su curso, pero los obligo.

Llego a mi casillero sin que nadie tenga el suficiente valor para acercarse a mí y dar sus condolencias, lo sé, es estúpido, tampoco lo necesito. Tomo todos mis libros, esos que alguna vez él mantuvo entre sus manos ayudándome a recogerlos del suelo, los toco con la sensación de que Jungkook sigue aún ahí, quiero auto convencerme de que lo está pero sé que solo son cosas de mi imaginación. Doy la vuelta después de que en mi bolso los guardo, y actuando como un masoquista me dirijo al pasillo donde el suyo se encontraba.

En el camino veo a cada rostro sin nombre observando, asustados, porque saben que si se me acercan o dicen algo innecesario acerca de mi o Jungkook están muertos. Sí, estoy un poco a la defensiva aún. Creo que es como mi escudo ha tomado forma.

Al llegar a mi destino quiero llorar en ese momento, pero no por tristeza. Si no impotencia, impotencia de la hipocresía de la gente en ese lugar.

Mi abuelo una vez me dijo que los muertos reciben más flores que los vivos, porque el arrepentimiento es más fuerte que la gratitud. Ahora puedo entenderlo abuelo, ahora puedo creerte.

El casillero que buscaba si quiera es visible, se encuentra repleto de flores, tanto plásticas como reales de tonos pasteles adornándolo en su tapa, la foto escolar de su lejano rostro reluce en medio en contraste a ellas.

"Lo siento"

"Lo siento"

"Perdóname"

Y decenas de disculpas más de gente anónima se muestran en las pequeñas notas pegadas alrededor de ti Jungkook. Aprieto mis dientes, tan fuerte que mi mandíbula duele, quiero golpearlos, a cada uno. Termino arrancando una por una las notas con una fuerza que sinceramente no tengo idea de donde apareció. Sé que a la lejanía se puede ver como un acto irrespetuoso, pero todos me entienden. Lo sé, puedo percibir la lastima alrededor. Rompo en llanto al realizar mi cometido, tapando mi boca mientras que mi mano se humedece y caigo de cuclillas al suelo. No quiero emitir ruido alguno, no quiero la vista de los demás encima, tan tragicómica.

¿Así es como te sentías? Te pregunto, mirando tu rostro en frente mía. Tan despampanante en aquella imagen de impresión barata.

Entre mis callados sollozos veo que tu casillero está ligeramente abierto, no me había dado cuenta antes. Dudo si ver dentro, tengo miedo bebé, ¿Qué es lo que escondes dentro de él? Me pregunto.

Al abrirlo tan lentamente que hasta yo mismo maldigo a mis manos, observo todo lo que adentro se encuentra. La gente ha cubierto las ralladuras de la tapa con pintura encima, no quiero conocer lo que de verdad decían, supongo que eran cosas horribles. Flores también hay dentro, sus olores me han dejado perplejo. Ramos de amarilis de un tono rojizo llaman mi atención, sé que representan, porque mi madre es una fanática en esto, te lo conté alguna vez. Ellos encuentran que eras precioso bebé, de verdad lo piensan. Hay una pequeña flor de gardenia, de pureza y dulzura. ¿Por qué no había nada de esto antes Jungkook? ¿Por qué tienen que dártelas ahora? Ahora que no puedes admirarlas, que no puedes olerlas. Maldición.

Tus cosas aún siguen debajo de todos los presentes. Con timidez tomo uno de tus cuadernos, lo hago ya que se ve especial, la tapa ha sido forrada por un lienzo negro. Al abrir el texto en la primera página veo uno de tus tantos dibujos, eras tan talentoso con los colores y las estructuras, siempre tuve pasión por el arte al igual que tú. Lamento no habértelo contado. Quizá cuantas horas abríamos gastado hablando sobre Van Gogh o todas esas cosas frikis de artistas. Me gusta imaginármelo.

Las demás páginas son recordatorios, tareas, rayas. Me enfurezco cuando números telefónicos seguido de letras tratándote como una perra salen escritos, ¿Podía arrancarlos? Lo siento pero lo hice sin tu consentimiento, no creo que te molestara de todas formas.

Al cerrarlo y dejarlo dentro, un trozo de papel cae hasta mis pies, al verlo me agacho y lo recojo. Por un lado dice la fecha, mi corazón palpita fuerte al leer que es el mismo día cuando me dejaste, el mismo día que no pude asistir a la escuela por estar enfermo. Lo siento, quizá si hubiera estado para ti cuando te estabas rindiendo las cosas habrían cambiado, quien sabe, podrías estar aquí a mi lado mientras jugamos videojuegos juntos. No lo sé...

Al darlo vuelta me desplomo, incluso si sigo de pie no me siento así. No me siento estable aun cuando no me tambaleo. Leo la pequeña cita escrita por ti, Te amo, pero ¿Por qué me dejaste? ¿Por qué me dejaste como si yo no fuera una razón suficiente para quedarte?

No sabes lo triste que es querer abrazar a alguien que ya no está pequeño.

Salgo del recinto con mis pies arrastrando por el camino, salgo con las palabras en la punta de mi lengua, y el pequeño papel entre mis dedos. Desearía que tu mano estuviera ahí en reemplazo.

Resultaste ser tan fugaz Jungkook, te extraño, no tienes idea de lo mucho que te extraño, si tan solo pudiera mirarte un segundo más, abrazarte, susurrarte al oído lo mucho que te amo —porque si lo hice, lo hice en cada toque de tu piel, en cada pequeño beso que en tus labios almacenabas, pero creo que no fue suficiente para dejártelo claro—, si tan solo pudiera decírtelo ahora, fuerte y claro.

Siento que te llevaste mi alma contigo al cielo, pero no, no quiero mi alma de vuelta, te quiero a ti. Te quiero junto a mí, por favor. Todavía te siento en mis labios, pero los besos que me dan la soledad no son iguales a los tuyos, las caricias de tu recuerdo no son comparables, ver como tu alma ya no tiene rostro me está matando por dentro. Jungkook, me estas matando con el dolor que me dejo tu ausencia.

Siento no haberte ayudado cuando pude bebé, lo siento tanto. He cerrado los ojos para no ver nada, y ahora me doy cuenta de ello. Cerré los ojos en la noticia de tu suicidio, cerré los ojos en tú funeral. He cerrado los ojos para llorar por no verte.

Quiero terminar esto, no me creo capaz de seguir escribiendo, lo siento.

Recuerdo como hace unas horas salía del instituto en dirección a mi casa por última vez, dejándote atrás, o más bien creo que tú te me adelantaste.

Siento la necesidad de detenerme, es demasiado la cantidad de sentimientos que almacenaba en ese momento.

Las escasas nubes son blancas y el cielo azul las acompaña, el viento corre y mece mis cabellos rojizos junto con mi holgada camiseta de color blanco. Sí, estoy usando una de tus camisetas. Es un día primaveral, un día donde las flores de cerezo se mueven entre nosotros, de los que te encantaban. La música sonando por medio de mis audífonos cubren el sonido de los autos pasando y los murmullos de los estudiantes alrededor. No quiero escucharlos, no me interesa.

Recuerdo cerrar mis ojos por un largo periodo y luego leer de nuevo la nota que llevo conmigo, tus letras son tan legibles y bonitas. Pero lo son aún más con el texto escrito en ellas.

"A veces te toca solo ser un momento en la vida de alguien, pero Taehyung, tú fuiste toda mi vida en su momento." Dice escrito. Por favor hazme entender a qué te refieres. Porque aún no aclaro mis dudas acerca de ti.

Tú, misteriosa persona.

Susurré al viento los te quiero que nunca me atreví a decirte, con la esperanza que algún día llegarán a ti.

Jeon Jungkook, seguirás siendo mi estrella favorita, así hayas decidido iluminar otros cielos, otras vidas, otros mundos.

Te quiero pequeño, y muchas personas lo piensan, pero muy pocos lo decimos. Te merecías mucho más y tenías mucho más de lo que creías.

Me encantaría verte sonreír a centímetros de mi boca ahora mismo mientras escribo. Pero no todo es posible si tú no estás.

Yo soy Kim Taehyung, y si, le costé la vida de una persona porque tenía miedo de amarla.