bad reputation 「나쁜 평판 」v . k

「 b a d r e p u t a t i o n 」

Unos segundos más tarde siento pasos acercarse por el otro lado de la entrada, juego con mis dedos sumamente agitado. Mi vista se amplía al escenario en frente y ahí lo veo.

Me abre con una sonrisa de lado a lado, esa que devoraba el mundo por su belleza; mis ojos están enamorados de ella. Dije que me gustaban muchos sus labios, pero la verdad, los amo mucho más cuando esa hermosa curvatura se expresa en él. Esa sonrisa que le hacía ver como un tierno conejo por su dentadura frontal más llamativa que la de detrás, dientes blancos y relucientes iluminan mi perspectiva. Pero eso dura tan poco, porque sé que es falsa, sé que la está pasando mal. Sé que miente. ¿Cómo podía estar tan seguro?

Verlo sonreír me llenaba de alegría, ver como alrededor de sus ojos arrugas se formaban, hacía que todo de mí se sintiera bien. Ameno y estable. Pero en ese momento no, no hubo alegría, no hubo estabilidad, no hubo amenidad. Sentí ganas de llorar. Unas inmensas ganas de disculparme por mi descuido.

Sigo sus pasos mientras me guía a su habitación en un pulcro silencio, como pensé no hay nadie en casa. Solo él, y ahora yo. El salón se ve tan solitario, sin luces que lo iluminen, el ruido inexistente dentro de la propiedad ¿Acaso le gusta el silencio?

Conversamos de cosas ajenas a lo que de verdad deseaba hacer, estaba consciente de que quería evadir todo tipo de comentario al respecto. Lo respeto, me es inevitable no hacerlo. Puedo conseguir sentirme un poco más calmado que antes a su lado, espero que él también sienta igual. Pero llega el momento, ese preciso instante en el que más claro que el agua puedo ver como se hunde en lo más profundo frente a mí.

Él me pregunta: "¿Existe alguna manera efectiva de dominar los sentimientos destructivos?". Su voz sonando temblorosa, la escucho rogando piedad por mi respuesta, como si tratara de decirme algo pero a la vez se rehúsa a aclarármelo.

En el balcón de su cuarto mirando la luna haciendo su aparición junto con las estrellas a su lado me mantengo callado. No sé qué responder; no sé a qué se refiere; no sé qué planea. Me mira, giró hacia mi lado y yo le devolví la mirada, sus ojos son oscuros, el brillo se encuentra ausente incluso si la luna se refleja en ellos.

Restriego las palmas de mis manos por el barandal de madera nervioso, mis ganas de decirle que lo amo aumentan desde lo más bajo hasta lo más grande, pero no puedo, soy cobarde, te veo tan frágil y yo no soy tan fuerte tampoco para mantenerte de pie. Lo siento, lo siento, deseo decirte.

Y rindiéndose al no recibir una contestación por mi parte me contó el daño que le causaron, de cómo le rompieron cruelmente el corazón, de cómo lloraba sin parar tumbado en el piso, rogando que el dolor terminase en mi clara ausencia. No puedo evitar controlar el nudo en mi garganta y lloro junto a él, por segunda vez dejo que la fragilidad tome lugar y se apodere de nosotros. Sus palabras relatándome todo el desastre que ha sufrido son armoniosas, como si un chiste relatará, un chiste tan cruel que hasta él mismo derrama lágrimas riendo por su incompetencia.

En mi cabeza le ruego que por favor no se rinda, que me tiene a su lado. Que no se convierta en un recuerdo.

Luego de un largo silencio sin alejar mi vista de él, quien intacto se mantiene cabeza gacha, tome los mechones castaños de pelo junto a sus delgadas hebras que tanto me encantan y lo aparte de su húmedo rostro, las innumerables pestañas de sus luceros son largas y empapadas de su propio llanto, me hacen hipnotizar incluso si mi vista se encuentra nublada. Acaricio su mejilla, delineándola con mi dedo por la marca en ella, dibujando un trazo formado de estrellas, el cierra pausadamente los ojos ahogado en angustia, entregándose a mí completamente.

Con esa imagen de panorama asimilo que no tengo idea de cómo enamorarle, que no lo quería perder, pero tampoco sabía cómo cuidarlo.

Sus labios me invitan a besarlo, y los míos no pueden sentirse tan ansiosos. Necesitaba el sonido de ellos chocando en contra de mí, siendo todo lo que quería oír.