bad reputation 「나쁜 평판 」v . k

「 b a d r e p u t a t i o n 」

Después de aquello, el deseo en mi interior de protegerlo aumentó de una forma agigantada.

Sin importar que del tono de su voz ajeno yo era idee una forma de acércame, fingiendo tropezar frente a él bote todos los libros que sostenía, y como espere se acercó sin vacilaciones a apoyarse sobre sus delgadas rodillas y recogerlos frente a frente, un acto bastante cliché si me pongo a pensarlo.

No baje la mirada ni el más mínimo segundo, pues quede hipnotizado por el deseo de querer abrazarlo al ver sus tristes y relucientes pupilas, que en suaves pestañeos se movían en un patrón desconocido mientras me ayudaba, y no puedo detenerme de imaginar que algunas lágrimas probablemente de sus ojos habían caído hace pocos minutos.

El pasillo se encuentra vacío hallando mi oportunidad. Posando una de mis manos sobre la suya le obligo a que suelte el grueso texto de sus finos dedos, seguido de esto me acerco rodeándolo con uno de mis brazos y con el otro poso su cabeza en mi hombro. Puedo percibir clara su incomodidad y escuchar su afinada voz preguntándome la razón de mi cercanía. Al separarnos me presento frente a él, pronunciando mi nombre a la par que alucino por su buen aspecto, llegando a presenciar incluso con detalles las rasgaduras en sus labios junto con el tono lechoso de su piel y la poco notoria cicatriz en su mejilla izquierda. Somos casi de la misma estatura, me digo cuando nos levantamos simultáneamente.

Los días pasaban en el instituto y las veces en que sus inigualables ojos levantaban después de retirar las cosas de su casillero y se encontraban con los míos ya clavados en él, una expresión de extrañeza formulaba mientras agitaba su mano tímidamente imitándome, sin embargo lo entiendo. Hasta yo mismo puedo asimilar que es extraño ese sentimiento que nace desde mi pecho, de querer saber más acerca de ese chico envuelto en polémica devastadora, de querer acobijarlo y ser capaz de callar a la gente que lo lastimaba, porque se veía un alma que a simple vista se destrozaba en pedazos.

Nunca imaginé que eso le molestará, hasta un día lunes que al ingresar al baño y Jungkook presente dentro me confrontó apenas saludarlo. Me preguntó si me burlaba de él a lo que me negué rotundamente, me llamo por mi nombre completo. "Kim Taehyung" dijo, para luego preguntar sobre qué es lo que pretendía con una voz temblorosa y desgarradora. Quise abrazarlo como la otra vez pero mantengo mi distancia, consciente de que la situación empeoraría si aquello llegara a suceder, lucía plenamente arisco en ese momento.

Le contesto con otra pregunta que me carcomía realizar. "¿Puedo ser tu amigo?" pronuncio, sintiéndome como un tonto al sonar tan infantil, y de nuevo cuestiona la razón de mi comportamiento mientras observo como sus manos tiemblan pero su rostro presenta determinación. Le digo que no me importa lo que "ellos" digan sobre él, que puede hablar conmigo lo que quiera y yo me dispondré a escucharlo, pues no tengo la suficiente confianza en mí mismo para proporcionar consejos a gente que de verdad los necesita. El no responde ni presenta motivación de hacerlo, pido disculpas avergonzado y me dispongo a retirarme cabizbajo, sin embargo debido a mi torpeza junto con todo el nerviosismo del momento tropiezo por mis propios pasos, casi cayendo de no ser porque logré recuperar el equilibrio. Y esa fue la primera vez que pude escuchar una ligera risa siendo liberada por medio de sus labios, un sonido que me hizo experimentar un sentimiento de libertad a cierta presión. Admito que aún lo tengo grabado en mi memoria. Me retiré con las mejillas rojas como carmesí, queriendo morir deseando que la tierra me tragara.

La relación se fue estrechando hasta el punto donde pude escuchar cada vez que llamaba a mi nombre la palabra "hyung" saliendo de sus labios nívea para luego dirigirse hacia mí, quien a su lado caminábamos por las frescas calles de la ciudad después del horario de clases debido a que nuestras casas a mismas direcciones se encontraban. En ese entonces no tenía ni idea que mentía, y la dirección de su hogar a través de ese camino más lejana era. Sin embargo al mencionarle mi confusión de su atajo largo no recibí respuesta alguna.