—La última vez me operé la nariz gracias a ti— La compuerta se abrió, ella se dio vuelta, miró su rostro y una risa llena de diversión escapó de su boca.

Sigues igual de feo

Y tú sigues igual de enferma. Cállate ya, camina— Rió sin gracia alguna sin más opciones que obedecer al militar, el pasillo estrecho del mismo gris de su celda la guió hasta la habitación de la tortura, el militar abrió la enorme puerta de metal y la empujó con la culata del arma hasta dentro.

Buen día Molly— el doctor Sakir sonrió apenas, Molly conocía el camino hasta la camilla y así lo hizo. Se sentenció a su propia tortura sin esperar ser invitada, extendió el brazo y aguardó a que la aguja metálica perforara una vez más su brazo, Molly odiaba la sensación y ese día no pudo soportarlo mucho tiempo. Las luces se encendían y apagaban con rapidez, a medida que los fluidos entraban a su organismo y modificaban a su paso Molly empezó a convulsionar bombillas explotaban, los muebles se estremecían e incluso grietas se formaban en el suelo y parte de las paredes conectándose entre sí con la amenaza latente de venirse abajo. Un pitido empezó a sonar insistentemente, sus pulsaciones iban en aumento el metal comenzó a crujir.

Molly en su mente, luchaba contra el tiempo, necesitaba demostrar que viviría y que por más líquidos que invadieran su cuerpo ella era fuerte. . . Molly, tenía que despertar. Podía verse a si misma, flotando, aunque pareciera ilógico y confuso. . . —¡Despierta ya!— Se dijo así misma, no quería morir, sabía que había otro tipo de vida aparte de esa tortura.

—¡AHORA!—

Tomó una bocanada de aire y abrió los ojos, el brazo lo tenía entumecido y aunque no veía claramente, divisó una figura masculina en el suelo. ¿Cuándo había pasado eso? El doctor Sakir estaba contra la pared y un hombre lo tenía del cuello.

DONDE ESTÁ EL RESPONSABLE DE ESTO— El hombre de traje exigía, zarandeaba al doctor.

—¡SÁCALA DE AQUÍ STARK!— Volvió a gritar el hombre de traje.

—EN ESO ESTOY CAPIPALETA el hombre llamado Stark era una armadura, mareada y confundida Molly en seguridad extendió la mano y de sus dedos escapó un ligero haz de luz que empujó a Stark contra un aparato.
Qué niña tan maleducada— Reprendió jadeante.
Está modificada, necesitaré algo de ayuda, Natasha— El hombre de traje brindó un único golpe qué dejó al doctor Sakir en el suelo y giró a ver la situación, era extraño que no habían llegado las defensas así que partirían lo más rápido posible.

—Hay algo muy raro en este lugar amigos, tenemos al doctor, vámonos ahora—

Molly aclaró su vista percatándose de que estaba en los brazos de una mujer muy fuerte, la miró con el ceño fruncido y automáticamente extendió el puño hasta su nariz. Acabó en el suelo y corrió hasta el pasillo devuelta a su celda

¿Quién se iría con un grupo de extraños a la primera?

—¡ESPERA!— Y de la nada, un duro golpe fue dado en su espalda, cayendo de bruces al suelo.

Molly estaba inconsciente, debido a la onda expansiva, un jalón la devolvió a la vida. Respiró cómo si hubiese estado bajo el agua y había olvidado salir, tosió sangre y su vista estaba borrosa veía luces y sombras pero nada más. Había demasiado silencio, excepto por el pitido de algún aparato, muy esporádico.

Estarás bien, lo prometo— Su voz era suave, educada, vieja. Molly no lo vio claramente, pero se concentró en su voz y se unió a la oscuridad tan familiar.

★★★★★★★★★★★★★★★★


NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS.

La intensidad de la luz la obligó a abrir los ojos, estaba en una habitación muy blanca y nuevamente tenía agujas dentro de su piel, a diferencia de las antiguas estás no dolían en absoluto. . . Le transmitían calma, e incluso, calmaba la fiebre que había dentro de ella constantemente. Molly miró a su derecha observando un único espejo polarizado ¿La estarían viendo a través?
—¿Qué?— Preguntó acariciando su cabeza con la izquierda, dolía, era raro. La puerta se abrió y una mujer joven apareció ahí, vestía de blanco pero era muy seria. Molly arrugó la nariz con desconfianza —¿Quién eres?— Dudando, enarcó una de sus cejas, la muchacha con bandeja plástica en manos rió ligeramente.

Soy enfermera, vengo a cambiar tu medicamento.

No es verdad, siempre usan el mismo, es para mejorarme. Sakir lo dice— La contraria alzó la vista con cierta. . . Seriedad escalofriante.  —Es suero, estás deshidratada, además de antibióticos para tu infección con suerte mejoraras— Con el silencio presente Molly observó cómo intercambiaba la bolsa vacía por una llena de lo que fuera que fuese aquel ‘antibiótico’

—¿Dónde está el doctor Sakir?

—Los Vengadores se ocuparan de él, te han hecho mucho daño— la enfermera se acercó a ella y acomodó la almohada tras su cabeza, Molly se encogió un poco en su lugar sintiéndose un poco confundida, nadie jamás se había tomado molestias con ella. Aún cuando era niña sólo era un objeto de estudio
¿Quiénes son los Vengadores?

—Oh amiga, ¿Dónde rayos has estado metida?

~WEAPON CODE. [ 1 ]Where stories live. Discover now