HEAVEN||Jin, Jungkook & Tú|| (EDITANDO)

Capítulo 4

Bajaba las escaleras, encontré a Jin haciendo algo con su guitarra... ¿Quizás la limpia?

—Buenos días. ¿Qué haces?

—¡Buenos días, Maddie! Estoy afinando la guitarra—responde—. ¿Vas a desayunar?

—Eh, claro. ¿Y Jungkook?

Se pone de pie.

—Salió esta mañana, no sé a dónde habrá ido.

Miré bien a Jin, tenía un pañuelo en la cabeza, hacía ver todo su rostro con claridad. Es un chico muy guapo.

—¿Por qué llevas ese pañuelo en la cabeza, Jin?

—Pues, verás, esto...—se ríe nervioso—. Es que hoy me siento Naruto—Hace una pose de ninja.

—¿Está bien?—comencé a mirarle raro.

—¡Hoy tengo el poder!—coloca sus manos en la cintura, y se empieza a reír.

—Dios... Él está mal de la cabeza...

La puerta principal se abre, mostrando a Jungkook con una cajita entre sus manos.

—¡Maddie, mira lo que te compré!—extiende la cajita hacia a mí.

La tomé, la miré con curiosidad, está pesada. Al abrirla, me sorprendió y me llenó de ternura lo que había dentro. ¡Es un hermoso Hámster!

—¿Qué es eso? ¿Un pájaro? ¿Un perro? ¿Una cigüeña? ¡No! ¡Es un hámster!

—¿En serio es para mí?—pregunté.

—¿No te gustan? Te iba a regalar un cachorro, pero mi hermano no quiere perros en la casa.

—Tampoco ratones—dice Jin serio.

—No es un ratón.

—¡Pero es familia de los ratones!

Mientras ellos discuten, yo estaba llorando por el regalo. Es tan lindo que pensara en mí.

—¿Cómo se llamará? ¿RJ?

—Oh, no... Maddie—Jungkook me mira, preocupado.

—Vamos, Maddie, no llores.

—Gracias, Jungkook—dije llorando—. Son tan geniales.

Jungkook corrió hacia a mí para abrazarme, y Jin me abrazó por detrás.

—Acabo de ver a RJ, irse corriendo por la rejilla del baño—Jin murmura cerca de mí oído.

—No jodas. Hay que ir a buscarlo—dice Jungkook soltándome.

•••

Estaba con RJ, lo metí en su nueva jaula. Estaba jugando con él, es una cosita muy tierna.

—Menos mal que estaba en el baño—le digo a Jin, mientras juego con el pequeño.

—Hubiera preferido un perro que un ratón—dice, parado detrás de mí.

—¡No es un ratón!

—¡Insisto que es lo mismo!

—RJ, no lo escuches, está loco—dije mirando al pequeño en su rueda.

—¿Qué te parece echarle cerveza al bebedero?

—Ni te acerques a él.

Él camina hacia a mí para mirar más de cerca a RJ.