¿Si tienes amigos?

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Al salir a los pasillos no encontré a mi mejor amiga en ninguna parte. ¿Estaría en la misma clase que yo? Regresé al aula y vi que Trent ya no estaba, y tampoco Dylan. Hannah estaba allí, hablando con otra chica que yo no conocía. Entonces vi las cosas de Becca, a quien estaba buscando,y me puse a saltar de la alegría. ¡Ella estaba conmigo en la clase!

Corrí escaleras abajo, en su busca, y me topé con varios amigos en el camino. No me frené a saludarlos, pero sí agitaba mi mano cada vez que alguien me dirigía la palabra. 

Allí estaba ella, como siempre rodeada de chicos. Nunca conocía a ninguno de ellos, pero sí le encantaba volverlos locos. Ella era linda, y ellos tan estúpidos. 

-¡Becca!-le grité.

-¡Spring! ¿Sabías que estamos en la misma clase?-me preguntó.

-¡Sí! Acabo de ver tus cosas en el aula. Lamento no haberte visto...es que...

-Sí, lo sé. Aquel chico guapo era más importante en ese momento. ¡Está buenísimo!-dijo, emocionada.

Yo reí ante su comentario.

-Su nombre es Trent. Creo que ya somos amigos o algo así. La verdad es que no lo sé.

-¿Sabes quién más está con nosotras?

-Si hablas de Dylan Mirrings, sí, lo he visto. ¡Tenía que ser así! ¡Dios Santo! ¿Nunca puede mantenerse alejado de mí?

-O tal vez tú no puedes mantenerte alejada de él.

La miré con enojo.

-Bien, bien...Es él el que te persigue me queda claro.-dijo, sonriendo.

-Así mejor.

-Oye...¿te sientas conmigo en la próxima hora?

-Oh, no. Lo siento. Le prometí a Trent que lo haría.

-¡Awww! ¿Te pidió que te sientes con él? ¡Ya se huele el amor!-rio ella, mientras se alejaba para volver con el grupo de idiotas.

-¡Eres una idiota!-le dije, carcajeando.

Me di la vuelta para ir a mi casillero y sacar mis cosas. Allí lo vi, caminando con un grupo de amigos. Se reía y no paraba de gritar que alguien estaba loco. Cuando pasó a mi lado, me saludó. A él sí le devolví el gesto.

Siguió de largo luego, pero se detuvo un instante y se dio la vuelta:

-¿Si tienes amigos?-me preguntó, susurrando.

Le golpeé el hombro mientras ambos nos partíamos de la risa.

-Vete, tonto. Y recuerda que nos sentamos juntos...

-Claro, porque no tienes con quien más sentarte. ¡No hay nadie que te deje en la Friend-Zone!

Reímos y él se fue, medio bailando con los pies. Yo recogí mis libros y me dirigí al salón de matemáticas, donde tendría clase con mi grupo normal.

¿Quién lo diría? No sabía que haría un amigo el primer día. Después de todo, tal vez el cambio no era tan malo.

FRIEND-zoneWhere stories live. Discover now