parte única;

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JongDae está tan acostumbrado a que JunMyeon cancele sus citas que para cuando le envía un texto diciendo cuánto lo siente y que se lo compensará después, él ya está en una cafetería del centro esperando a que BaekHyun llegue para irse a ese nuevo karaoke que acaban de inaugurar la semana pasada en el centro de la ciudad. No es que hubiera dejado de afectarle, todavía sentía pinchazos en el pecho, pero después de haber pasado por eso unas tres o cuatro veces se dio cuenta de que con reclamar no conseguía nada más allá de un ramo de flores y a un JunMyeon complaciente por un par de días.

BaekHyun llega a los diez minutos, entrando como un remolino, sonriente y radiante como sólo él sabe serlo, con un color de cabello diferente al de la semana pasada; varios mechones rebeldes escapándose del borde de su gorro de lana.

ㅡ A este paso te vas a quedar calvo antes de los treinta y cinco, ¿sabes?

ㅡ E incluso así seré más guapo que tú. ㅡ Responde guiñándole un ojo al mismo tiempo que toma asiento a su lado, haciéndolo reír. ㅡ ¿Qué fue esta vez? ¿Cena con sus padres, trabajo en la universidad, por fin enfermó de algo tremendamente tóxico y mortal?

ㅡ ¡BaekHyun!

ㅡ No voy a decir que lo lamento si es lo que esperas. — Dice cruzando los brazos sobre el pecho y frunciendo el ceño.

Resulta ser que el ahora pelirrojo le había tomado cierto rencorcillo al novio del menor por todos los malos ratos y plantones que le había hecho al mismo. No se le podía culpar, en realidad ninguno de los amigos de JongDae estaba satisfecho con su relación, pero el único con el coraje para plantársele en la cara y decirle un par de verdades era BaekHyun.

ㅡ Siendo sincero, me arrepiento de haberlos presentado. ¡Ese idiota! Lo último que le falta es que cancele para la cena de año nuevo y ahí sí que lo mato.

JongDae niega sonriendo, aunque por dentro la posibilidad de que eso realmente ocurra le empiece a apretujar el estómago con saña.

—No seas tonto, no creo que sea capaz de tanto, lo prometió.

—Igual que prometió no dejarte plantado de nuevo, y henos aquí.

JongDae frunce los labios y se aferra a la taza de té en sus manos, odiando tanto el hecho de que BaekHyun tenga razón. Aun así, no vuelven a hablar del tema.

Luego de pasar un rato en la cafetería ambos toman el metro en la estación y para antes de las siete de la tarde ya están llegando a Diamond. La fachada es minimalista, pero luce bastante bien con muros de ladrillo, luces que bailan con diferentes colores a lo largo de la cornisa y en el centro sobre la entrada un letrero de neón con el nombre del karaoke al lado de un micrófono. Por dentro es igual, con una iluminación tenue y más personas alrededor. Aun así, no pasa mucho tiempo cuando alguien llega y los acomoda en una mesa a la derecha del escenario, en donde un par de chicos intentan seguir la letra de Bohemian Rhapsody y bailan de una manera que tiene riendo a todo el mundo.

— ¡Chicos, hola! — Los dos voltean, encontrándose con MinSeok. — No sabía que vendrían, les habría conseguido un mejor lugar si me hubieran dicho algo. — Está hablando para ambos, seguro, pero sin ser muy consciente se encuentra lanzándole miradas a JongDae sin dejar de sonreír.

BaekHyun, tan perspicaz como siempre, tarda apenas un segundo en notarlo y picarle la pierna al menor por debajo de la mesa.

— ¡Nunca mencionaste que trabajabas aquí! De ser así, seguro que habríamos venido muchísimo antes, ¿no, Dae?

— Sí, por supuesto.

Eso parece ser suficiente para el mayor de los tres, porque al instante su sonrisa se vuelve más grande y tal vez si las luces fueran más altas, alguno hubiera sido capaz de ver el tenue rosa que se asentó en sus enormes mejillas.

baby, it's cold outside; xiuchenWhere stories live. Discover now