Alina (Elijah /Niklaus Mikaelson)

Capítulo 35: Al final del día...

Fui corriendo hacia mi habitación y me encerré allí, pues no quería volver a encontrarme con Nik. Me quite rápidamente el vestido, las zapatillas, y todo lo que tenía encima, quedándome solo en ropa interior. Iba a dormirme cuando escuche que sonó mi celular.

- ¿hola? -pregunte al contestar-

-Alina soy yo-dijo Elijah al otro lado de la línea- llamo para decirte que no volveré hoy- dijo él, mientras yo no entendía porque-

- ¿Qué ocurre? -Dije rápidamente- ¿Qué va mal? -

-no puedo seguir allí hasta que soluciones las cosas con mi hermano-dijo él un poco molesto, pero yo no entendía de que rayos hablaba, iba a defenderme pero él se me adelantó- no intentes negarlo Alina, lo sé, por favor, cualquiera que los vea lo sabe-dijo mientras mis lágrimas comenzaban a salir, esta vez sí lo había perdido- lo amas-soltó él-

-lo siento-dije llorando- intente no hacerlo-sollocé- pero tienes razón, y no mereces esto, tienes toda la razón de irte-dije aceptando que tenía razón-

-no llores cariño, sabes que es lo mejor- dijo él dulcemente, aunque sabía que también estaba destrozado por dentro- nos vemos Alina-dijo y colgó-

Me lance a la cama, y no sabía si sentirme triste porque Elijah se fue, o feliz porque me dejaba el camino libre con Nik. Poco después me quede dormida.

Desperté sin muchas ganas, pero tenía varias cosas que hacer hoy, antes de que vuelva Elijah, comenzando por hablar con Nik. Pero primero tenía que tomar una ducha para quitarme el mal aspecto de haber llorado toda la noche.

Fui directamente a mi baño, y en pocos minutos había acabado. Iba a salir cuando recordé que no me había llevado nada conmigo, ni siquiera una toalla, parece que otra vez me tocaba salir desnuda hasta mi habitación. La diferencia entre aquí y en casa de los Salvatores, es que aquí hay cientos de vampiros.

Saque la cabeza por la puerta y di un vistazo, no había nadie a la vista. En menos de un segundo con mi velocidad vampírica llegue a mi habitación, y cerré rápidamente la puerta con seguro. Esto de ser vampiro a veces tiene sus ventajas.

Poco después de entrar me di cuenta de que no estaba sola. Nik estaba sentado en mi cama, al parecer me esperaba, pero ahora mismo no podía apartar la vista de mi cuerpo desnudo, por lo que rápidamente tome una toalla y me tape.

- ¿no puedo tener un poco de privacidad aquí? -Le reclamé furiosa, mientras él aun recuperaba el aliento-

-Yo... yo...-sacudió la cabeza volviendo en si- no creí que vinieras desnuda así hasta aquí, tal vez en toalla, pero no desnuda-dijo él disculpándose- espero que nadie te haya visto, porque si no tendré a alguien que matar hoy-dijo él celosamente-

-No te preocupes, nadie me vio, solo tú- dije tranquilamente- y bien, ¿para qué me buscabas? -Dije ya que él aun no decía nada-

-cierto, quería hablar contigo-dijo él acercándose a mi extrañamente- escuche tu conversación con Elijah anoche-puse los ojos en blanco de la sorpresa, y me comencé a poner nerviosa- tenemos que hablar de eso-dijo seriamente-

-Creí que estaba más que claro-dije como si nada, aunque me moría por dentro, él me sonrió, y me acerco por la cintura a él-

-sabes creo que tu imagen de ti desnuda no me la sacare pronto de la cabeza-me dijo al oído coquetamente- casi olvido lo hermosa que eres-dijo esta vez frente a mi rostro, demasiado cerca tal vez- y te prefiero sin esto-tomó la toalla de mi agarre y la dejo caer al suelo, dejándome totalmente expuesta de nuevo, no podía decir nada, estaba bajo su control, era imposible resistirme a él- tan hermosa-puso sus manos en mi cintura desnuda, pasándolas luego por mis nalgas, mi estómago lentamente, me estaba torturando-