03|Intruso

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—¡Presentando a la familia real! ¡Princesa Géminis Geiran, Princesa Escorpio Geiran y Principe Sagitario Geiran! —gritó un hombre viejo bien vestido, mientras por la escalera bajaban los tres hermanos. Todos se veían atentos o eso querían demostrar.

Antes de ellos, los de las grandes y famosas familias pasaron siendo nombrados. Se adentraron y esperaron al resto. En cambio los pueblerinos tuvieron que esperar unos diez minutos antes de entrar y tampoco se les hizo una entrada cortéz.

La música comenzó a sonar y rodeaba el lugar. La hermosa melodía lenta del violín, acompañaba a algunas parejas que bailaban como en los antiguos tiempos de su juventud.

Leo miraba con desprecio a esos sucios que bailaban como si siempre hubieran estado en tal lujoso castillo, Sagitario se acercó riendo.

—¿No qué deberías estar observando a qué chica invitarás a bailar?

—Claro, pero esos estúpidos me arruinan el baile —rodó sus ojos azules arreglando su cabellera negra.

El de cabello cobrizo lanzó una risa entre dientes.

—Vamos, tú eres Leo, sé que no te detendrá esto. Además mira a la Condesa de Riverwest, te ha estado observando hace mucho.

—Lo sé, es obvio que lo hace. Pero no es mi tipo, alguien como ella lo sería —dijo apuntando a una joven duquesa—. Esta bailando en este momento, estaba esperando a la próxima pieza musical —su amigo asintió—. Pero tú por otro lado, ¿no deberías buscar a tu futura esposa?

La sonrisa de Sagitario no decayó, pero se veía un poco opacada por el recordatorio.

—Está presente en mi cabeza, pero hay pocas chicas sin estar bailando, y esas solo son pueblerinas.

—Es cierto, pero ahora que ya termina la canción iré con la duquesa —dijo y se fue a pedir la pieza a la nombrada de hermosos ojos azules claro.

Odió interiormente el momento en que quedó sólo y un montón de personas se le acercaron a hablar sobre el reino y sus prioridades. Se manejaba bien en estos temas y esta vez no era la excepción. Habló tranquilo, respondiendo a cada pregunta propuesta por los cercanos. Muchos le reclamaban el hecho de la gente pobre en el baile, pero supo como abordar el tema y cuando ya no toleraba la situación, pidió permiso e invitó una pieza a la primera joven que se le cruzó. Para su suerte no era una pueblerina cualquiera, sino, la hija de los Western.

Escorpio por su lado iba rechazando a los "estúpidos" que se le acercaban. No soportaba esa clase de hipocresía.

—Queridísima Princesa Escorpio, ¿me haría el honor de bailar esta pieza conmigo? —rodó los ojos internamente. Este parece ser más idiota que los otros. ¿En serio creen que con eso saldré a bailar, para que luego piensen que pueden pedir mi mano? ¡Es una completa idiotez!

—Lo siento, pero espero a alguien —mintió o quizá no. En realidad aguardaba a alguien indicado, no a cualquiera que se le cruzara.

La cara del joven se descompuso, creía tener la oportunidad con ella. Pero se equivocó. Ese fue el momento perfecto para que la princesa saliera de esas cuatro paredes a respirar un poco en uno de sus tantos jardines.

Creyó oír un susurro cercano a ella, se volteó observando rápidamente su alrededor. Nada raro en absoluto. Suspiró un poco aliviada, un mal presentimiento la venía siguiendo hace poco, este la hacía sentir miedo y más por su padre, aunque no lo aceptaba.

Recordó a su hermana pequeña y caminó de vuelta al fastidioso baile. La nombrada bailaba alegremente en los brazos de un amigo de Sagitario. Acuario, si la chica no se equivocaba. Jamás le prestó mucha atención, pero su hermana se veía radiante junto a él, reía y ambos no paraban de hablar, lo que significaba una gran conexión y ella lo sabía.

Lazos del Pasado (Zodiaco) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora