Extra: Una visita inesperada

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Estoy nervioso, claro que lo estoy. Confío en Magnus con mi vida, se que él y Rafa se llevan bien y estarán bien... pero sigue siendo raro para mi dejarlos solos en el loft. Normalmente llamaría a Alexia, la niñera de Rafa desde que vivimos en Nueva York. Siempre que he tenido una urgencia, ella se ha hecho cargo del niño... pero cuando me han llamado esta vez, Magnus estaba ahí.

 -Adelante, vete - había dicho. -Estaremos bien. Rafa y yo somos amigos... además -se había acercado a mi, su voz susurrando con un pequeño ronroneo que me había erizado el cuerpo entero - si esto entre tu y yo sigue adelante... quiero empezar a ser para él el novio de su padre y no solo su maestro... - he asentido, tragando duro, mirando de reojo a Rafa, concentrado en un cuaderno de pegatinas. No he podido evitarlo y he terminado cediendo.

Y ahora estoy aquí, pensando en mis dos chicos solos en casa, haciendo vete a saber qué. No puedo concentrarme en el trabajo porque mi mente está en el loft, imaginando mil situaciones que pueden ir mal, aunque en el fondo se que lo mas seguro es que Magnus y Rafa hayan cocinado algo poco saludable para la cena y estén viendo una película cualquiera.

Y yo me estoy preocupando por nada, pues justo en ese instante una foto llega a mi teléfono, ambos sonrientes frente a la cámara, un trozo enorme de pizza en las manos de mi hijo. No puedo evitar sonreír a la par y me permito relajarme, centrándome en el trabajo. 

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Tomo un largo suspiro una vez Alec me da la oportunidad y tras besar a su hijo en la cabeza y posteriormente a mi, coge su abrigo y sale en dirección a una larga noche de trabajo. 

No voy a mentir, me pone algo nervioso actuar alrededor de Rafa como la pareja de su padre y no como su maestro. Es una fina línea, no dejo de ser la misma persona... pero no es lo mismo un profesor o un amigo que el novio de tu padre, al que quieres mas que a la vida misma. 

Trago saliva y miro al chico, entretenido con sus pegatinas, su lengua atrapada entre sus labios, concentrado en pegarlas perfectamente sobre las siluetas. Sonrío al verlo. Todo en él es un pequeño reflejo de Alec. El niño es educado, ligeramente reservado, muy perseverante, perfeccionista...  pero sobretodo puro y sincero. Justo como su padre.

-¿Magnus? - Salgo de mis pensamientos, acercándome al pequeño. - ¿Podemos pedir pizza para cenar? Hace mucho que no como pizza... -Sé que probablemente Alec no lo aprobaría. Tiene un plan de comidas bastante riguroso para Rafa. Le gusta que el niño coma de todo, sin tener manías a ningún alimento y sé que si abro el refrigerador habrá una amplia variedad de verduras y productos frescos para preparar una cena mas que decente. Pero maldita sea, igual que Rafa tiene todas las buenas cualidades de Alec, también tiene ese adorable puchero que puede hacer de mi un flan que acepta cualquier cosa que le pidan.

Una hora mas tarde la pizza está sobre la mesa del sofá, caliente, deliciosa y con un montón de queso estirándose entre trozo y trozo. Se que Alec no se ha ido tranquilo. No dudo de su confianza en mi, pero no dejamos de ser su hijo y su novio, juntos y solos. -Vamos a enviarle una foto a papá, ¿qué dices, Rafa? Para que vuelva antes a casa. 

Le paso un brazo por los hombros al niño, que todavía estira con su lengua uno de los largos hilos de queso. Ríe levemente cuando pongo el móvil frente a nosotros y su sonrisa pilla queda reflejada en la foto, la primera foto que tenemos juntos, solo Rafa y yo. Hay otras, claro que si, pero siempre salíamos los tres. Se la envío a Alec antes de dejar el teléfono sobre la mesa, achuchando al niño contra mi costado. ¿Cómo he llegado a quererlo tanto en tan poco tiempo? 

-Magnus... eh, Magnus... -siento la pequeña mano de Rafa sacudiendome y centro mi atención en él. Debería dejar de perderme en mis pensamientos si quiero que Rafa sobreviva a esta noche. -Están llamando a la puerta. -¿La puerta? Ahora que lo dice, si que se oye el timbre. ¿Quién demonios llama a la puerta a estas horas? -Quizá sea la vecina... creo que papá le gusta. Siempre viene a pedir cosas para la comida. Es una bruja. -Río ante la actitud celosa del chico y le doy un beso en la frente. -Si es esa bruja, la espantaré para siempre. 

Me levanto, limpiando los restos de harina de mis manos en un trapo de cocina antes de abrir la puerta, alzando las cejas al ver a la chica al otro lado de la puerta. Así que esta es la vecina que intenta ligar con mi novio, ¿eh? Debo admitir que es despampanante, y realmente no es escueta al vestir. Muy descarado para venir a pedir azúcar. 

Veo como su frente se cruza en una arruga que se me hace extrañamente familiar. Sus tacones dan un paso atrás, observando el letrero junto a la puerta antes de volver su mirada hacia mi, la arruga haciéndose mas pronunciada. -¿Donde está Alec?¿Quién eres tu?¿¡Rafa!? - Ah no, mi niño no.

-Alec está trabajando. Y si vas a intentar ligartelo otra vez, puedes ir olvidándote de eso. Alexander no está interesado. -Voy a cerrar la puerta de golpe cuando Rafa aparece bajo mi brazo, agarrado a mi pierna. -¡Tía Izzy! - ¿T-tía? 

Vuelvo a observar a la chica de pies a cabeza, esa arruga en la frente haciéndose mucho mas familiar. Es la jodida hermana de Alec. La mamá de Rafael. Oh Magnus, estás jodido.

Abro la puerta intentando balbucear una disculpa, pero no se exactamente como reaccionar. Rafa parece emocionado y antes de que pueda darme cuenta, la chica, una maleta y el niño están dentro del piso, la puerta abierta de par en par. 

La cierro, apoyándome en ella unos segundos, cerrando los ojos y respirando hondo. Cuando al fin los abro, la chica y Rafa están sentado en el sofá, él rebotando sobre sus rodillas mientras habla por los codos, completamente emocionado. 

Puedo ver la mirada desafiante de ella una vez me acerco de nuevo. Definitivamente, es intimidante. -Soy Izzy, la hermana de Alec. Supongo que no te habrá dicho que venía, tampoco lo he avisado a él. Iba a ser una sorpresa... -achucha al pequeño contra ella. Puedo ver como Rafa está mas feliz de lo que lo he visto nunca, eufórico con su tía allí. 

Yo, por el contrario, estoy en shock. ¿Qué debería decirle?¿Saben acaso la familia de Alec que esta viendo a alguien?¿Le ha hablado a alguien de mi? Es tan reciente todo... 

Puedo ver a Rafa acercándose a su oído, la sonrisa divertida idéntica en los labios de ambos cuando el niño susurra algo. -Así que eres el novio de mi hermano, ¿eh?

Tierra trágame.

-¡Si!¡Y es mi profe también! Es el mejor profe del mundo, tita. - Estoy de pronto tan intimidado que ni siquiera puedo alegrarme porque el niño tenga esa apreciación por mi forma de trabajar.  -¡y me ha enseñado a leer y casi casi a escribir! - Parece de pronto acordarse de algo y sale corriendo por el pasillo, un silencio incómodo inundando la sala. 

Isabelle se pone de pie, mucho mas intimidante ahora que Rafa no está presente. Se acerca los pocos pasos que nos separan, sus tacones haciéndola casi tan alta como yo mismo. -Espero que no estés jugando con mi hermano... o mis tacones perforarán tus pelotas. -Sus ojos oscuros se transforman en rendijas y trago saliva, el sudor frío bajando por mi espalda. -Y-yo... - Respira, Magnus. Respira. - jamás jugaría con Alec. Estoy enamorado de él de la cabeza a los pies. 

Los ojos fieros se relajan cuando la cerradura se escucha, unas llaves titineando desde fuera, los pasos de Rafa sonando de vuelta por el pasillo justo al tiempo en que la cabeza de Alec aparece por la puerta. -¿Iz? - Veo sus ojos sorprendidos viajar de su hermana a mi, y después a Rafa, que justo aparece con su cuaderno de caligrafía en las manos. 

Se acerca a nosotros, dejando su abrigo sobre la isla de la cocina antes de besar la mejilla de su hermana, que sonríe y le pasa los brazos al cuello, estrechándolo en un abrazo. -¿Has estado intimidando a Magnus? En serio, Iz... - La tensión de mis hombros desaparece en el mismo instante en que sus labios encuentran los míos, un beso rápido que apenas es un saludo, pero consigue relajarme. -Hola, cielo...¿lo habéis pasado bien? - Maldito Alec, maldita Izzy, ¡malditos Lightwood! Esa sonrisa divertida idéntica en los dos hermanos me hace ver que no es la primera vez que están en esta situación. 

Como punto positivo, esa noche logro quedarme a dormir con mi querido Alec. La primera noche, después de aquella primera vez en el sofá. Una noche en condiciones, en su cama, en su habitación... como pareja. Izzy comparte la cama con el pequeño Rafa, que está encantado de tener a su tía allí con él. 

Me pongo una de las camisetas de Alec, que queda algo larga sobre mi cuerpo, pero consigo llenarla. Sus pantalones llegan al suelo y arrastran un poco, pero no puede importarme menos. -Siento lo de mi hermana... ha estado intimidando a cada chico que me interesaba incluso antes de que yo mismo supiese que me interesaban... -niega con la cabeza, apoyándose sobre su brazo. Imito su posición, colocando mi brazo entre mi cabeza y la almohada, mirándolo. 

-Enfrentaría a mil Isabelles por tí, Alexander. 

Daddy, love my teacher!Where stories live. Discover now