Capítulo 32

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Capítulo 32 – Se fuerte corazón

✔️8 meses de embarazó

|Haley|

Un mes después.....

Comienzo a sentir un dolor fuerte en mi vientre, trato de calmarme. Respiro hondo repetidas veces. Puede ser una falsa alarma como la vez pasada, solo había asustado Ancel por nada. Otro golpe de dolor, solo que esta vez es más fuerte. Vuelvo a respirar, antes de tomar la decisión de despertar a Ancel.

- Ancel – hablo con dificultad. No logro moverme por el creciente dolor que crece en mi cuerpo. Me limito a sostener mi abultado vientre entre mis manos con la esperanza de que dolor disminuya pero al parecer no es el caso. Comienzo a enojar porque el apenas se mueve – Ancel – agrego más alto – nada no obtengo respuesta. Esta vez tomo el aire suficiente para gritar – ¡¡¡Ancel!!! – en esta ocasión si me escucha ya que se despierta de golpe asustado, pero no lo suficiente hasta que ve mi rosto.

- ¿ya es hora? – su rosto se puso pálido. No sé si me está preguntando o diciendo por lo que me limito a asentir con el rosto. – Tranquila, todo estará bien – dice mientras se levanta y comienza a vestirse – ayuda, mi luna esta por dar luz – grita al abrir la puerta.

Corre ayudarme para levantarme y es cuando me doy cuenta – Se me ha roto la fuente, más te vale que me lleves rápido al hospital, no tendré al bebe aquí – menciono mientras le encajo las uñas en sus brazos. No responde solo veo el dolor reflejado en sus ojos.

Me carga en sus brazos – ya casi llegamos al coche, no te preocupes todo estará bien. Te lo prometo. Solo resiste – besa mi frente y a su vez corre escaleras abajo. Por mi parte comienzo a sentirme mareada y su vez mis ojos comienzan a pesarme, de pronto todo es oscuridad.

........

Escucho murmullos a lo lejos, poco a poco abro los ojos para encontrarme con la casa llena.

- Querida por fin despiertas, Ancel no ha querido decirnos el nombre de la bebe hasta que tu despertaras – sonreír es lo único que puedo hacer. El sostenía una pequeña bolita de carne entre sus brazos.

- No podía excluir a mi hermosa luna de ese momento – agrega mientras me besa. Sus labios son suaves como una pequeña caricia.

- Dinos por favor – insiste Kate.

Guarda silencio unos segundos y me mira para pedirme permiso, a lo cual le sonrió.

- Su nombre será Josephine Olivia – agrego Ancel mientras sonreía y al mismo tiempo miraba a nuestra hija. Su sonrisa es una de las cosas que amo de él, realmente tiene una sonrisa perfecta, al inicio de la curva derecha se le forma un pequeño hoyuelo que a simple vista no se nota, claro a menos de que pongas suficiente atención para poder apreciar ese pequeño detalle que hace parecer adorable.

El parto fue difícil, aunque la mayor parte del tiempo estuve inconsciente, no tenía ni idea de que dolería tanto pero sé que valió la pena porque espere tanto por este momento que me parece irreal estar viviéndolo, no creía que podría ser merecedora a tanta alegría. Al tener a la bebe tan cerca me di cuenta que comienza el verdadero reto, el criarla. Ella debe sentirse amada a todo momento, debo enseñarle que existen personas que poseen maldad en su corazón pero sobre todo que asimismo hay personas con buenos sentimientos y deseos. Creo que ahora comienza la etapa más importante de mi vida. Es decir, no solo soy yo, de ahora en adelante alguien más depende mí, es por eso que necesito ser fuerte.

El hecho de verlo cargar a la pequeña Jo, me llena de alegría el pequeño, jamás creí que lograría sentirme así, aunque anteriormente ya había imaginado lo que sería el tenerla con nosotros, definitivamente mi imaginación se quedó corta. El estar rodeada de las personas que amo, me hace sentir afortunada y sobre todo agradecida porque justo en este momento me doy cuenta que no cambiaría nada de vida y que estaría dispuesta a volver a pasar por todo, solo para poder llegar a este instante. Aunque quiero evitarlo en mí se instala un miedo, miedo de que pudiera pasarle algo a mi bebe y yo no pudiera hacer nada. Las ganas de llorar se acumulan en mi pecho. Malditas hormonas. Tomo un poco de aire para calmarme. Cuando parece que he conseguido estabilizarme, mi madre se acerca hacia mí.

– Hija, te ves agotada, ¿necesitas algo? – me interroga. Estoy segura de que mi cabello debe estar hecho un desastre.

Trato de sonreír – no madre estoy bien, gracias. – ella parece analizar mi expresión antes de volver a hablar.

– Sabes puedo apreciar ese brillo en tus ojos, ese que tu abuela decía que tuve en el instante que te cargue, al principio lo decía para consolarme porque tuvimos que separarnos para que te pudieran hacer estudios, pero hasta ahora comprendo que tenía razón – sus ojos se cristalizan un poco, causando que mis ganas de llorar regresen más fuerte. Ella parece notarlo porque agrega algo más. - No te preocupes todo saldrá bien, ella estará bien. Tiene unos excelentes padres, unos abuelos que la adoraran y consentirán mucho y por supuesto muchos tíos que la protegerán – toma mi mano y la aprieta - yo estaré contigo, nunca lo olvides. – besa mi frente, ocasionando que las lágrimas que se habían acumulado en mis ojos saldrán como un presa desbordada.

- Te amo mama – menciono con un nudo en la garganta. Ella me regala una gran sonrisa, mostrando sus dientes, para después regalarme un abrazo muy fuerte.

- Lo sé, querida y por supuesto que yo también te amo, mi pequeña lucecita – nos abrazamos por unos segundos.

- Amor, creo que tiene hambre – Nos separamos para que pueda voltear con Ancel. Estaba sumida en el abrazo con mi madre que no me di cuenta que mi bebe estaba llorando.

Trato de acomodarme en la mejor posición posible - Claro, pásamela – me limpio rápidamente mi cara y pestañeo varias veces para que mi vista se aclare. La sostengo en mis brazos y Ancel toma asiento en el lugar donde antes se encontraba mi madre.

Leah comienza hablar - Bueno, creo que debemos darles espacio para que puedan alimentar a la bebe.

- Si, vamos a comer muero de hambre – concuerda Kate - Iremos a la cafetería, ¿Quieren que les traigamos algo? – ella hace unos ademanes con las manos.

- Yo estoy bien, tú quieres algo, no lo sé, ¿un jugo de manzana? – me pregunta Ancel.

Su comentario me roba una pequeña sonrisa- Si, un jugo de manzana – Manzana es mi sabor favorito. Sé que para algunas personas esto sería insignificante porque se podría considerar como algo pequeño, pero para mí, las pequeñas cosas son las que hacen que me enamore cada día más de él.

........

Cuando me vi cuenta ya había anochecido por lo que pasaron algunos minutos antes de todos se fueran a descansar ya que habían estado al pendiente de nosotros durante el día. Mi madre se había ofrecido a quedarse para que Ancel pudiera atender los asuntos de la manada, al principio se negó pero al final logre convencerlo. Ahora me encontraba recostada mí mirando a mi madre a mi izquierda dormida, algo torcida por el sillón individual en el que se encontraba. Siempre que estaba enferma ella quedaba conmigo hasta que me dormía, en ocasiones cuando me despertaba la encontraba velando mis sueños. En este momento la admiraba de lejos, feliz de poder tenerla a mi lado en estos momentos.

Si me preguntaran ¿Qué era la felicidad? Resumiría mi respuesta a dos palabras ¨seres queridos¨ porque esta no se limitaba a la familia, ya que contaba con amigos que eran muy especiales para mí. Aunque a ellos ya los considero como mi familia. A lo largo de mi vida he perdido a personas que creía que siempre estarían a mi lado, pero supongo que no se puede tener todo en esta vida, solo me queda agradecer por lo que poseo y no me refiero a lo material....

💜

Disculpe si me tarde en actualizar pero este capítulo en especial me costó muchísimo escribirlo. Mi madre falleció hace casi tres años y al narran estas escenas me causaron sentimientos encontrados ya que me imagine como ella habría reaccionado ante esta situación. Solo me queda agregar que espero que disfrutaran este escrito.

Buenas noches. 🌙

¿Tu Eres Mi Mate? ©Where stories live. Discover now