21- Strong.

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“Narra Kendall”

Era mi imaginación o sólo un mal sueño lo que acababa de escuchar, me encontraba completamente paralizado, jamás había sido una persona que le hirieran las palabras y eso por el estilo pero, con ella todo era diferente. Siempre había sido un chico que se caracterizaba por ocultar sus sentimientos, por jamás mostrar debilidad ante nadie pero, Anne, era mi debilidad, por lo tanto mi problema personal, con ella era capaz de hasta dejar que me vieran llorando, que me vieran devastado, porque sabía que ella siempre estaría para mí y con esa chica mis males desaparecerían con sólo escuchar su hermosa voz aterciopelada y sobre todo con sentir el calor de sus pequeños brazos rodeándome.

No podía creer que había perdido su amistad, y lo que era peor, ella defendía a Carlos como una loca, como si estuviera enamorada de él. No podía pasar ni un día sin verla, sin estar cerca de ella, sin oler su perfume, aunque no lo quisiera admitir estaba enamorado de ella pero, ahora que nuestra amistad estaba arruinada y ella no quería saber nada de mí, ahora que me quedaba.

Por más que la amara eso no significaba que me iba a hacer dejar a Kelly, yo sentía un gran cariño por ella y por esa misma razón no la iba a abandonar.

Después de un rato me encontré a mí mismo parado en medio de la sala al borde de las lágrimas y con una gran debilidad en mí ser que no me permitía moverme, estaba en shock, eso era lo peor que me había pasado en la vida.- ¡KENDALL!, ¡KENDALL!- me llamaba una voz insistente.

-Estas bien hermano- me pregunto Logan poniendo una mano sobre mi hombro como signo consolador. Lo mire.

- Por favor dime que esto es una pesadilla- le conteste en un susurro que solo él fue capaz de escuchar.

- Lo siento tanto, Kendall, pero tú sabes muy bien que te lo buscaste- lo mire con el ceño fruncido y aparte su mano de mi hombro bruscamente.

- ¡Yo no me busque nada, Logan!, todo fue culpa de Carlos, el me saca de mis casillas, el me busco y yo… yo- hice una pausa.- ella me odia.

- Ella no te odia, sólo está molesta porque en lugar de defenderla a ella terminaste defendiendo a la bruja de novia que tienes- lo mire mal al escuchar cómo le había llamado a Kelly. Aunque resultara difícil de creer había existido un tiempo en donde ella había sido la persona más tierna y dulce del planeta.- ¿cómo le pido disculpas?, ¿cómo hago para que todo vuelva a ser como antes?, Logan, yo me estoy enamorando de ella- sentí un gran alivio al por fin haberle confesado a alguien mis verdaderos sentimientos hacia, Anne.- no la quiero perder.

- En primera deja a Kelly, eso podría funcionar perfectamente- dijo riendo.- en segunda, pídele perdón y confiésale tus sentimientos hacia ella- hizo una pausa.- ¡Por dios, kendall, creí que jamás lo ibas a admitir!, se te nota mucho más a ti que a ella.

- ¡Espera!, a ella- le pregunte. Mi corazón estaba punto de estallar por lo nervioso que me sentía, eso significaba que Anne también estaba enamorada de mí. Logan comenzó a reír como todo un loco.

- Amigo, tu eres el hombre más ciego y estúpido del planeta, como nunca te habías dado cuenta- pregunto riendo.- es que enserio no hay alguien más tonto que tú, por qué crees que, Kelly, se comportaba así con ella, y por qué crees que en cuanto ella entraba a una habitación donde estuvieras tú te tragaba.- me quede un tiempo asimilando lo que mi amigo me había dicho, y si , él tenía toda la razón, ahora que lo pensaba bien cómo es que jamás me había dado cuenta de eso, definitivamente si era un verdadero imbécil.

- Tengo que ir por ella- le dije casi gritando.

- Ahora no, es muy tarde y ya está oscuro- dijo Logan señalando la ventana para confirmar lo que había dicho.

- No me importa en absoluto, a veces he tenido que ir a las tres de la madrugada por el miedo que le tiene a las tormentas. Mi hermosa, Anne- susurre.

- Entonces ve pero, te garantizo que por nada del mundo te abrirá la puerta.- agrego Logan.

Sali de la casa más rápido que un rayo, encendí el auto y me puse en marcha, costara lo que costara tenía que hacer que me perdonase.

Las calles estaban solas, y ni un alma rondaba estas. El frio era demasiado notorio que causaba una arrepentimiento en mi por haber traído solo una simple camiseta y unos simples jeans, nada de un abrigo pero, que esperaba si me había lanzado a correr sólo con la esperanza de recuperarla, y era mejor que me dejara entrar para arreglar de una vez las cosas porque si no lo hacía al bajarme del carro y tratar de que me perdonase iba a morir de hipotermia.

Después de un rato ya me encontraba estacionando el auto frente a su casa, salí de este y me encamine para tocar la puerta, al parecer el frio había aumentado un poco más, pues al salir del auto mis dedos inmediatamente se pusieron como témpanos de hielo. Toque.

“Narra Anne”

 Era imposible que yo conciliara el sueño, el dolor en mi pecho se hacía cada vez más notorio y ya no lo soportaba más, tenía que dejar de torturarme y olvidar al amor de mi vida. Yo siempre había pensado que Kendall y yo parecíamos más novios que amigos, siempre había tenido la esperanza de que el me quisiera, y no sólo como una hermana sino como algo más. Había veces en que él se empeñaba a espantar a cualquier chico sé que se acercase, luego ponía la tonta excusa de que me quería proteger de los “chicos malos”, como los llamaba él. Pero a final de cuentas era cierto y no era ninguna excusa. Mis pensamientos fueron interrumpidos por unos fuertes golpes en la puerta; eso provoco que una oleada de miedo recorriera todo mi cuerpo, que tal si era un maniaco secuestra mujeres, o un ladrón. Aparte esos pensamientos de mi cabeza, que loca pensaría que un ladrón o un secuestrador tocarían la puerta en lugar de tirar esta de una patada y hacer su trabajo.

Baje rápidamente las escaleras y corrí hasta llegar a la puerta, mire por el espacio que tenía esta y vi que era Kendall que de seguro veía con la intención de disculparse y arreglar las cosas, lástima que esta vez no le iba a funcionar. Eso me hizo recordar a esa vez en que Carlos y yo tuvimos una cita y el llego a arruinarla, de tonta yo lo había perdonado.

- Anne, sé que estás ahí, por favor abre me estoy congelando, escúchame vine para arreglar todo-hizo una pausa- para disculparme.

- No sabes escuchar, Schmidt, te dije claramente que no quería saber nada más de ti y que me consideraras muerta- mi corazón no podría estar más lastimado que ahora.

- no puedo hacer eso, yo te quiero como no te puedes imaginar y no me gusta que estemos peleados- respuesta incorrecta Schmidt. Pensé.

- lárgate- le dije con un nudo en la garganta.

- perdóname por haber herido tu orgullo de mujer, yo no quise hacerlo- me dijo con la voz entre cortada. Así que él había creído que hirió mi orgullo de mujer, si claro, para empezar ya no existe, yo misma me encargue de matarlo cada vez que lo perdone, al menos me debía autorespeto y era por esa misma razón que no lo perdonaría tan fácil esta vez.

- Anne, perdóname- podía oír tras la puerta que ya se encontraba llorando, y aunque eso me doliera aún más nada iba a cambiar, tal vez este era el final.

Sin decir más, me fui de nuevo a mi habitación. Las suplicas de Kendall resonaban en mi cabeza una y otra vez, así que tome mis audífonos y me los puse tratando de olvidar a todo el mundo, sólo la música y yo. De repente caí en un pesado sueño que ni siquiera me permitió ser consiente de cuando Kendall se había marchado.

Pero mi corazón estaba tan herido, hecho polvo y roto que no me podía dar el lujo de volver a perdonarlo y seguir viviendo en un engaño, tenía que ser fuerte.

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