11-¿Una cita?, ¿Quién te crees tú?

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¡Por fin me dejaron dormir!, me sentía descansada y tan relajada, no había tenido que lidiar con otra llamada que me condujera a mi perdición, como lo había hecho la última.

Me levante para ducharme, tome mi ropa y corrí hacia el cuarto de baño, estando ahí me tome mi tiempo para todo lo que me tenía que hacer, dure aproximadamente una hora, quería aprovechar mi día al máximo, sola en mi casa sin tener que ver el rostro de la novia de mi amor platónico, porque estaba segura que si iba a su casa me la encontraría con ella y no quería ser la causante de un asesinato, eso era lo que me provocaba mirarla, unas ganas inmensas de matarla.

Segundos después mi fastidioso celular se estaba interponiendo entre mi cereal y yo. Rogaba para que no fuera kendall el que estaba llamando para pedirme que fuese a su casa.

- Bueno… - dije esperando la respuesta por parte del otro lado de la línea.

- Hermosa… ¿Cómo estás? ¿Dormiste bien?

- ¡Carlos!- mi rostro se ilumino en con una sonrisa al escuchar su voz.-estoy bien, gracias…

- Anne…me gustaría saber si…

- ¿sí?-pregunte impaciente. Él sonaba demasiado nervioso e inclusive podía oír como pasaba saliva por los nervios.-Carlos, ¿Qué pasa?- volví a preguntar. Suspiro.

- ¿Te gustaría… salir conmigo?-de repente todo quedo en silencio, no sabía que contestarle, carlos era mi amigo y yo no le quería dar falsas ilusiones. Yo estaba enamorada de Kendall. Lo se era estúpido, pero igual yo no dejaba mis sentimientos atrás, ni aunque el tuviera novia.

- Me…encantaría, creo que será divertido además, no tengo nada interesante que hacer hoy- por fin había salido de mi transe, puede oír como suspiraba de alivio por mi respuesta.

- Entonces…paso por ti a las ocho, ¿te parece bien?

- Claro, tratare de darme prisa. Adiós Carlos nos vemos más tarde. Colgué aun sin esperar a su respuesta.

De alguna manera sentía que estaba traicionando a Kendall, me sentía confundida. Estaba empezando a creer que me gustaba solo un poquito carlos, pero igual no estaba segura y me sentía demasiado mal, no quería que saliera lastimado, tal vez fue por eso que acepte salir con el pero, esto es mucho peor, debí ser sincera desde el principio y haberle dicho que no. Yo lo quería pero era como un hermano para mí, muy en el fondo yo sabía que nunca debí haberle dicho que si, debí haberle dicho la verdad, estoy segura que él lo comprendería y no me llegara a odiar tanto como lo va a ser.

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- ¡Chicos!- grito Carlos a su vez que entraba a la cocina, donde se encontraban todos desayunando, su rostro estaba adornado con una hermosa sonrisa de oreja a oreja, que marcaban sus pequeñas y perfectas mejillas haciéndolas ver más grandes de lo que eran.- ¡voy a salir con Anne!- Kendall que apenas se había metido una cucharada de cereal a la boca la escupió empapando todo el piso de su cereal medio masticado y se levantó molesto y le dijo.- seguro que por la cara de estúpido que traes te dijo que si, verdad.

- Mira, Kendall, - comenzó a decir Carlos, ya también molesto.-la verdad no sé qué cara tenga, pero eso no te da ningún derecho de insultarme, y además, nada de lo que hagas o digas va a impedir que yo salga con Anne, ¿entiendes?- antes de que Kendall pudiera contestarle seguramente con otro insulto Logan se puso también de pie y comenzó a hablar mientras los otros dos los miraban boquiabiertos.

- ¡YA BASTA!, ustedes dos ya me hartaron, Kendall, para empezar no tienes nada porque reclamarle a Carlos, tú y Anne solo son amigos y te debería de dar gusto que sea Carlos quien le interese a ella y no ningún drogadicto maltrata mujeres que existen por ahí.

- Sí, claro, ponte de su lado, Logan, como siempre lo haces- le reprocho este.

- no estoy de ningún lado, esto no se trata de qué lado este, se trata de los sentimientos de una persona, y no solo de una persona, sino de Anne, nuestra mejor amiga.

-y Kendall, ¿Por qué? no dejas a Kelly y ya le declaras a Anne que la amas, no sería más sencillo y te evitarías estas ridículas crisis de celos- le dijo fastidiado James.

-no son celos, james.-le contesto frio.

- si claro, no son celos James,-Dustin imito el mismo tono de voz que había usado Kendall hace unos segundos.- claro Kendall y yo no amo el tocino- le dijo sarcástico.

-Aggg… crean lo que quieran, yo me largo- salió de la casa bastante molesto azotando la puerta.

“Narra Kendall”

Definitivamente yo no estaba celoso, todo lo que quería era protegerla de que ningún maleante la fuera a lastimar, yo la quería demasiado como para permitirle salir con alguien sin antes tener mi aprobación. Pensé.

Cuando menos me di cuenta me encontraba frente a la puerta de Anne. Toque fuertemente en busca de una explicación. Me debía una explicación.

“Narra Anne”

Amaba tanto la película de “Angus, tangas y besos pegajosos”, me encantaba como Robbie se enamoraba de Georgia, sin importarle que no fuera la chica perfecta y sobre todo que no fuera la más hermosa del mundo. Que la aceptaba con todas sus imperfecciones y todas las cosas embarazosas que pasaban alrededor de esta chica.

En fin, apenas Robbie le iba a cantar su canción de cumpleaños a Georgia cuando comencé a escuchar que tocaban fuertemente la puerta, de hecho creo que hasta la estaban pateando, me levante molesta y me dirigí a abrirla, claro que sin antes ver quien estaba tocando. Era Kendall. Abrí.

- Pero, ¿Qué demonios te pasa? ¿Se puede saber porque estas golpeando así mi puerta?- le dije al borde de la histeria. Aparte de que me interrumpía en mi parte favorita estaba dañando algo de mi propiedad, como si yo así tocara la suya.

-¡EXPLICA!-había oído mal o me acababa de gritar. Pensé.

- Para empezar no me grites por favor, y que es lo que te tengo que explicar- le pregunte aun sin comprender.

- ¿Cómo? que ¿qué?, lo de ti y el tonto de Carlos.

- Él no es ningún tonto, y que tiene de malo que valla a salir con el- le pregunte aún más molesta.

- ¡TE LO PROHIBO!- genial, volvió a gritarme y ahora se sentía mi padre.

- ¡¿Qué?! Para empezar tú no eres mi padre para prohibirme cosas y para seguirle ¿Quién diablos te crees para prohibirme algo a mí?- ya no estaba molesta, estaba colérica.

Antes de que me pudiera contestar le cerré la puerta en la cara y me subí a mi habitación para buscar algo que ponerme para mi cita con Carlos, si antes me sentía una traidora ese sentimiento se había esfumado, definitivamente iba a salir con carlos y lo iba a disfrutar mucho y a lo grande, no iba a dejar que nadie me dijera que hacer.

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