-Por romper las reglas, por procrear sin permisos divinos -el amante joven grito aun más conforme la voz gruesa y seca del juez acompañaba a la espada y como se inclinaba en dirección al alma del centro-. Tu alma impura, demonio asqueroso. Seras juzgado con las llagas profundas, con la espada sagrada extinguíremos tu asquerosa existencia, a ti demonio impuro y lo que has creado...

Una risa malévola acompañada de un grito se hicieron presentes cuando la espada atravesó el pecho de aquel condenado.

Cuando el cuerpo inerte toco el suelo...

II
-Reita-

-¡¡Akira!! -fue lo primero que grito Takanori cuando despertó del sueño agitado que tenia hasta entonces. Se incorporo de la cama quedando sentado y miró asustado a su alrededor.

-¿Qué sucede? -me senté a su lado y coloque mano en su espalda haciendo que esta se erizara.

Agitado volvió su vista hacia mi y comenzó a derramar gruesas lágrimas.

-Estas vivo... -me abrazo haciendo que sintiera su pecho tan agitado. Acaricie su cabeza y él se acurrucó más en mi.

-Amor, claro que estoy vivo no te dejaría solo por nada de este mundo -le abrace con más fuerza sintiendo como se estabilizaba su pulso.

-No, no te morías -se aferro a mi camisa llorando aún más. Ahora temblaba-. Yo lo vi, te morías, te mataban.

-Que no, estoy aquí -lo aparte de mi sintiendo como sus dedos buscaban aferrarse de nuevo a mi camisa, tome su rostro y lo coloque frente al mío -tranquilizate por favor.

No se tranquilizo, al contrario sus ojos derramaron más lágrimas.

-¡Te castigaban por lo que me habías hecho...! -gritó a mi rostro para volver a abrazarme.

Esta vez le deje llorar sin interrumpirlo hasta que se calmo. Hasta que solo lanzo pequeños hipos.

-Solo fue un mal sueño amor -bese su cabeza y él asintió sin soltarse-. Te amo Ruu

Comencé a besar mas su cabeza y acariciando su espalda le atraje más a mi. En un momento deje de tener al Takanori grande y se vio reemplazado por un niño pequeño.

-Deita -se abrazo a mi y se acurrucó en mi pecho.

-¿Vamos a desayunar? Huele muy bien allá afuera -le abrace y él asintió -pero quedate así pequeño, quiero alzarte

-Esta bien -se aparto de mi poniéndose de pie- Deita... necesito un pijama...

-¿Eh? Oh si -reí al recordar lo que habíamos hecho por la madrugada, tome su camisa y la coloque en su cuerpo casi como si fuera una camisa de su tamaño -te cubrirá todo.

ImmortalsWhere stories live. Discover now