don't say it; vmin

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Jimin amaba el olor de las flores en primavera y odiaba no poder disfrutarlo todo el año.

A veces, cuando estaba en clase y la voz del profesor se volvía tan pausada y grave que amenazaban con hacerlo dormir, pensaba en lo genial que sería poder controlar el clima. Convertirse en un ser mágico o tener súperpoderes, no importaba, con tal de jugar con las estaciones y los cambios de temperatura.

No imaginó que a veces los sueños más raros se podían cumplir con un simple deseo.

🐱

Taehyung lo había notado. Ya había pasado tres veces, la primera fue una curiosa coincidencia, la segunda una broma de la naturaleza y la tercera la confirmación de sus sospechas.

Cada vez que Jimin decía la palabra "gato", comenzaba a llover.

El castaño sentía que su teoría era descabellada, pero esa tarde había ocurrido por tercera vez.

El sol iluminaba cada rincón del salón de clase, las ventanas estaban abiertas, dejando ingresar su luz. El profesor de anatomía repetía los nombres de los músculos una y otra vez, mientras intentaba llamar la atención de los alumnos con datos curiosos.

"¿Saben qué animal posee 32 músculos en cada oreja?"

Jimin alzó una mano y con la otra retiró los mechones rubios que cubrían sus ojos.

"El gato."

De repente el brillo del sol desapareció y pequeñas gotas comezaron a cubrir los vidrios de las ventanas.

"Qué loco está el clima." exclamó alguien en el salón. Taehyung negó con la cabeza, quizá el que se estaba volviendo loco era él.

🐱

Un par de meses pasaron, en los que Taehyung se dedicó a prestar mayor atención de la necesaria a Jimin. La primera razón fue su extraña teoría de que lo que decía el rubio podía influir en el clima, pero luego se encontró mirándolo sin motivo aparente. Simplemente disfrutaba observándolo.

El cumpleaños del más bajo se acercaba, tan solo faltaba un día, por lo que Taehyung decidió prepararle una sorpresa.

Se armó de valor y lo invitó a su casa a hacer la tarea, Jimin, siempre tan amable y sonriente, aceptó sin dudarlo.

Taehyung adornó su patio con flores artificiales, era otoño y su jardín no se encontraba en las mejores condiciones. Recordó que alguna vez Jimin había mencionado en clase que amaba la primavera, por lo que también buscó velas con un suave aroma floral para mejorar el ambiente. Compró algo de comida y un pastel, colocó todo lo necesario para tener un bonito picnic en su patio trasero.

Jimin llegó antes de la hora acordada, por lo que tuvo que hacerlo esperar dentro de su casa mientras él alistaba los últimos detalles, como encender las velas y poner algo de música.

Se dirigió a la sala, en donde el rubio lo esperaba, para llevarlo al lugar de la sorpresa. Jimin estaba sentado en el mueble, con un animal entre sus brazos.

Era el gato de su hermana.

Lo había olvidado por completo.

"No sabía que tenía un ga..."

"NO LO DIGAS"

Aparentemente Jimin no sabía lo que sus palabras provocaban.

"¿Que no diga qué? ¿Gat...?"

"NO"

La lluvia arruinaría la sorpresa y su oportunidad de ver a Jimin sonreír (lo que se había convertido en una de sus cosas favoritas en el mundo).

"¿Taehyung estás bien?"

"Sí, tan solo no lo digas. No digas gato."

"Esto es muy gracioso ¿qué tiene de malo la palabra gat...?"

"NO" Taehyung corrió y colocó la mano sobre la boca de Jimin, callándolo de golpe.

El rubio se estaba asustando y esa no era su intención. Quitó su mano con cuidado y ordenó sus pensamientos antes de explicarle la razón por la cual no debía decir esa palabra.

"No debes decirla porque..."

Jimin sonrió desafiante y lo interrumpió.

"Yo puedo decir lo que quiera cuando quiera, mira: gat..."

Antes que terminara de pronunciar la sílaba, el castaño ya había colocado sus labios sobre los del contrario.

La sorpresa invadió la mirada de ambos, el gato de su hermana se coló entre sus piernas y huyó corriendo. Sus párpados se volvieron pesados y sin realmente pensarlo se dedicaron a disfrutar la calidez de los labios del otro.

La lluvia, los gatos, la magia, todo dejó de importar.

Tan solo importaba esa sensación que Taehyung desconocía hasta ese momento, era lo que faltaba para confirmar su teoría.

Jimin era un ser mágico.

fictober; btsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora