Las misiones

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(Borrador sin corregir errores).


Hagamos un ejercicio de visualización (sí de nuevo, y sí, ya es costumbre). La reconstrucción de la capital del oeste empezó el día del Incidente en las 4E con la supervisión de René e Inna por las mañanas y con Ming y Zara por las noches. La información que podía recabar de lo que sucedía en mi capital era muy poca, las semanas que siguieron preferí mantener un perfil bajo y sumergirme en la lectura encargada por el chico-fantasma, quien por cierto no se había aparecido con los consejeros como lo había prometido, supuse que algo debió atravesársele que impidió su tarea.

Lo común en mi vida dentro del UnSu se convirtió en vagar con Marie por todos los sitios conocidos del lugar. Del comentario soltado por el recuerdo de mi padre me había surgido la idea de crear una pequeña guía para los nuevos en el Universo de los Sueños. Mi actividad errante por doquier se basaba simplemente en crear mapas de las zonas, ubicar lo más precisamente posible las urbes o lugares importantes. Cada vez que me cansaba de montar la espalda de mi enorme águila bajaba a tierra firme para leer y empaparme de todo lo que se suponía debía pasar en La Transición, cosa que no me gustaba en absoluto, lo único para lo que servía mi exilio era para cargar con más información de la que por sí ya me aplastaba.

Aquella tarde-noche, dos semanas y media luego de la elección, volaba sobre las suaves colinas de Primavera, en mi espalda llevaba una mochila atestada de papiros y libros en blanco que debía llenar, además del que guardaba conmigo como una reliquia. Según mi sentido, un poco mejor trabajado de la orientación, y mi experiencia visual, nos hallábamos Marie y yo a nada de las Cuatro Esquinas. Al fondo del paisaje e iluminado por los últimos rayos del sol provenientes de mi derecha se divisaba la silueta del volcán en territorios de Otoño, más allá, se suponía estaba la costa y los portales, y fue precisamente desde la distancia en la que me encontraba que pude notar que las cosas no iban bien en el sur.

A pesar de los que podrían ser en el mundo real más de cien kilómetros de distancia, la luz de un estallido y una especie de chispas bastante luminosas pintó de naranja el firmamento casi oscurecido. Ordené entonces a Marie que redujera nuestra altitud y se dirigiese a las 4E, la única cosa que me preocupaba en realidad era lo que dichas luces pudieran significar, no el hecho de que estuvieran ahí, en el horizonte.

Dejé que el aire entrara en mis oídos silbando mientras descendíamos. Llevaba lentes protectores para cubrir mis ojos del aire, lo que me permitía ver cómo nos acercábamos sin cesar al pasto verde lima del norte. Mi parte favorita de volar con Marie era esa, descender cual pluma y con delicadeza posarnos sobre el suelo.

Al desmontar mi águila pude ver que el suelo seguía ennegrecido, tal cual lo había dejado, lo único que se habían tomado la molestia en reconstruir era el hogar de los cuatro consejeros, quienes sin duda no estaban en su totalidad. La choza descansaba en el lugar menos habitual de todos, el centro, la fogata permanecía encendida y un par de chicos estaban sentados junto a esta, ganando un poco de calor y charlando de algo a lo que no presté atención. Dejé que mis lentes colgaran por la correa de mi cuello, así mi mochila y pertenecías a mi espalda y me dirigí sin detenerme al interior del lugar.

Adentro todo seguía siendo lo mismo, no me pareció extraño ese factor, sin embargo la cosa que chocó con el recuerdo que tenía eran las proporciones del recinto. Los espacios eran más amplios, lo que conocía como la estancia tenía un sillón de más, la zona donde recibían chicos enfermos tenía un par de camas más. No me sorprendía del todo el ligero cambio, de hecho lo entendía, era algo necesario desde hacía muchísimo tiempo.

—¡Oh, vaya! —soltó el consejero de Primavera—. Sigues vivo, digo, con nosotros.

—Es un placer verlo, señor —respondí con educación. No era difícil saber que no le agradaba a este consejero en particular, en los ya nueve meses de mi vuelta al UnSu, habíamos tenido discusiones en las que simplemente no llegábamos a nada y él intentaba hacerme callar porque le apetecía. Sonreí solo de verlo. ¡Vaya tiempos!

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⏰ Last updated: Oct 11, 2017 ⏰

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Malgar. [Universo de los Sueños #2]Where stories live. Discover now