•Capítulo 7: Confesión•

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Vegeta

-¿¡Qué estás diciendo, insecto?! -Pregunto después de incorporarme, ante su inesperada revelación.

¿Intenta tomarme el pelo?

-Lo que escuchó, señor Vegeta -Dice mientras limpia la sangre de sus labios- Yo soy Gohan.

Hace poco luchamos con la transformación, creí que podía ganarme si dijo que derrotó al padre de Freezer, pero está de mi nivel.
Eso significa que he progresado bastante.
Aún así, su revelación, lo que dijo.

-¿¡El hijo de Milk y Kakarotto?! -Vuelvo a preguntar.

Asiente.
Ahora sé por qué me conocía. Pero, ¿Cómo estar seguro de lo que dice es cierto?
Su idea es una estupidez, nadie puede regresar trece años al pasado.
Porque de poder, haría las cosas de diferente forma.

-Sé que no va a creerme tan fácilmente. Mi madre me ha hablado mucho de usted, pese a que nuestro mundo está destruído... -Comenta con una sonrisa casi nostálgica- Gracias a la señora Bulma pude volver, en una máquina que ella diseñó -Sonríe nuevamente.

Aprieto los puños.

-¿Y quién te enseñó a pelear? -Inquiero más como un halago, su forma no es muy distinta a la mía.

Voltea hacia dónde están sus padres -de este tiempo- yo también volteo.
Están mirándonos, intentando descifrar lo que hablamos.

-Todo se lo debo a ella. Mis respetos a mi madre -Dice. Su transformación desaparece y sus ojos cambian al color negro, su cabello adquiere en cierta parte la forma del de Kakarotto. Ahora no hay manera de negar su ascendencia- La forma en la que logró que mi padre cambiara su forma despiadada de ser, por amor hacia ella en aquel viaje fue y es impresionante.

Levanto una ceja.
No me parece que la Milk del futuro le haya contado toda la historia tal cual sucedió.
Supongo que lo hizo a propósito.

-¿Y cómo lograste volverte super saiyajin?

Abre los ojos y se encoje de hombros.

-Un saiyajin se convierte cuando la ira y el coraje vuelven puro su corazón -Se lleva una mano al pecho y mira en dirección a su joven compañero quién está a la distancia- Así como usted se convirtió debido al riesgo de muerte de Bulma y mi madre en Namek, y mi padre se convirtió al ver a mi madre al borde de la muerte, yo me convertí tras observar a mi abuelo fallecer en manos de los androides. Sin embargo soy el único super saiyan de esa época.

-¡¿Y el mocoso que te acompaña?! -Interrumpo.

Niega con la cabeza.

-Él es híbrido, como yo. Pero no ha alcanzado su transformación, me parece que es joven aún.

Baja la vista.

-¿Hijo de quién es? -Pregunto.

Se supone que los únicos saiyajines puros somos Kakarotto y yo.
Ante mi pregunta su cuerpo se tensa.
Evade la conversación sacando del bolsillo de su pantalón un frasco.

-Señor Vegeta. Debido a su entrenamiento en el espacio usted se enfermará del corazón y morirá en aproximadamente tres años. En mi época no había tecnología para crear una medicina, ahora la señora Bulma la creó, esa fue mi misión. Salvarlo a usted en esta época para que su futuro no acabe como el mío.

Me entrega el frasco, aun sigo sin creerle del todo.

-¿Y esperas que con eso tú futuro cambie? -Pregunto al momento que observo el frasco que me dio, parece un jarabe común y corriente.

Cierra el puño derecho y golpea su palma izquierda mientras hace una reverencia.

-De ninguna manera, las líneas del tiempo no funcionan así, lo que pase aquí, no cambiará lo que ya es en mi mundo. Pero por lo pronto, concéntrese en entrenar, por favor, y en vivir. Yo volveré antes de los tres años, antes de que vengan los androides.

Se despide, lanza una última mirada a sus padres de esta época, volteo igual.
Llama al otro mocoso y se coloca a su lado.
Ni siquiera me observa.

-Hasta luego. Y por favor, no les revele mi identidad, o mi existencia podría estar comprometida -Dice antes de que ambos emprendan el vuelo.

Guardo la medicina y volteo hacia el grupo que me estaba esperando.
Vuelo y me acerco a ellos.

Noto a Piccolo con los ojos cerrados.

-¿Lo escuchaste, no es cierto? -Le pregunto.

-¿Qué sucede, Vegeta? -Pregunta Krillin.

Lo observo, y luego a Bulma.
Sus ojos miran fijamente el suelo mientras sujeta uno de sus brazos.

Milk

Pareciera que los saiyajines no cambian nunca en apariencia, Vegeta sigue igual tras estos años que a cuando estábamos niños.

Nos comenta lo que ese sujeto le dijo. Según él nunca mencionó su nombre, así que permanecerá en anónimo, junto con la identidad del chico que lo acompañaba, hasta que regresen en tres años.

Cuando supuestamente unos androides vengan buscando venganza de Vegeta.
No entiendo por con todo esto.
Parece que la paz siempre es temporal.

Vegeta va por Bulma después de que acaba de explicar, ella sonríe débilmente.

Le dice que regresen a CC, ahí hablarán supongo.
Todos prometen entrenar y estar listos para esa gran batalla y se despiden, tras este incidente todos regresan de dónde vinieron.

Kakarotto fue el único que no dijo palabra alguna tras todo este tiempo, estuvo sentado, con los brazos cruzados. Escuchó sobre la predicción, estoy segura, pero no hubo reacción de su parte, ni siquiera cuando me acerqué y saludé a Vegeta con un abrazo.

Quizás esperar a que se ponga celoso por estas cosas me hace ver estúpida.
Pero es lo que quiero.

Me acerco a él cuando todos han desaparecido.
Abro las piernas y me siento en su regazo, coloco las manos en sus anchos hombros.
No se lo esperaba, su cuerpo se tensa.

Acaricio su pecho.

-Kakarotto -Susurro.

No baja los brazos.

Terco.

Rodeo su cuello y comienzo a mover mis caderas.
Intentando provocarle una erección.
Quiero sentirlo.

Cede después de un tiempo.
Coloca sus manos en mi cintura.

-¿Qué quieres mujer? ¿No deberías ir con el crío ya?

¿Qué fue lo que lo molestó?
¿El nombre poder ganarle a Cold?
¿O la llegada de Vegeta?

-Tenemos algo de tiempo -Digo mientras me muerdo los labios, sintiendo su dureza en mi centro.

Lo Que Pudo SerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora