Capítulo 2

1.5K 152 22
                                    

Inconsciente
«Dicen que la verdad duele más que la mentira, pero duele más la mentira que creías que era tu vida».

—¿Conoces a Tony? —preguntó Steve, al ver al castaño comenzar a mirar a todos lados, seguramente en busca de Stark.

—Claro que lo conozco —respondió al regresar su vista a Steve.

—¿Son parientes? —preguntó Steve sinceramente curioso.

Steve en verdad no creía que ese niño tuviera relación alguna, principalmente sanguínea, con Tony pero todo era posible.

—¿Parientes? ¿Qué? —repitió el castaño viendo ahora con confusión a Steve—. Oh, cierto —murmuró—. No me viste sin la máscara —rio levemente al girarse para acercarse a lo que parecía ser una sala. Tomó algo de la mesa de centro y regreso a donde Steve.

Steve observó aún más confundido al niño cuando se puso una extraña máscara de color rojo, y algo de negro, que tenía dos grandes, ¿ojos blancos?

—Soy el chico de Queens —dijo al quitarse de nuevo la máscara, dejando su cabello aún más alborotado que antes.

—Y yo soy de Brooklyn —dijo Steve, pensando que aquel chico estaba tratando de presentarse de una forma extraña.

—Sí, me lo dijiste aquella ve... —El chico acalló repentinamente cuando una masculina voz, que Steve reconocía a la perfección, se hizo oír.

—Steve. —Le nombró Tony, al asomarse detrás de aquel niño castaño que enseguida volteó a verlo— ¿Qué haces aquí? —preguntó con cierto pánico en su voz—. Deberías de estar descansando —recriminó al pasar de largo al chico castaño.

—Sinceramente Tony: ya descanse demasiado y me gustaría saber donde estoy porque es evidente que este no es un hospital o los cuarteles —señaló—, y no sé quién es este joven pero él parece saber quién soy... y no solo por televisión —dijo tratando de sonar lo más autoritario que le fuera posible. Steve necesitaba respuestas, ¡y las necesitaba ya!

—¿Qué? —dijo el chico.

Steve llevó sus ojos hasta el chico castaño que ahora le veía con detenimiento.

—Peter, ve a mi oficina —ordenó Tony.

—Pero...

—Necesito que vayas a mi oficina. Ahora —dijo con más severidad esta vez—. A no ser que quieras que llame a la tía May y le diga que viniste hasta acá sin siquiera consultármelo, te metiste a mi casa sin mi permiso y obviamente le mentiste diciéndole que tenías algún torneo —agregó. El chico castaño no necesito siquiera acabar de escuchar lo que Tony había dicho para salir casi corriendo de allí pidiendo disculpas y rogando que no llamara a la proclamada tía en el proceso—. Ahora... tú —suspiró al apuntar a Steve.

—No me iré corriendo como el chico, no importando lo que digas —señaló Steve, con seriedad al cruzar sus brazos sobre su pecho; acción que le costó un poco realizar. Todo se sentía tan fuera de lugar para él en ese momento, hasta su propio cuerpo.

—Oh, Cap. —Rodó los ojos— Eso lo tengo más que claro —rio Tony, pausadamente al negar con la cabeza—. Pero no responderé ninguna pregunta hasta que no reposes un poco.

—Tony. —Le nombró secamente. Steve no quería reposar más, ya tenía suficiente de eso.

—Al menos siéntate —pidió Tony, dedicándole una mirada a Steve con la cual este no pudo ni siquiera tratar de objetar ante el pedido.

Steve trato de dar un paso en dirección a lo que parecía ser la sala de entretenimiento, que estaba a su derecha frente a una enorme ventana, pero sus piernas parecían tener otro planes.

Consciente | StonyWhere stories live. Discover now