Capítulo 1

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El chico de los tatuajes.

Capítulo 1:

Me vestí con lo primero que encontré en mi closet y salí al centro comercial. Llevaba días necesitando comprar una uña de guitarra porque siempre se me perdían, pero nunca me acordaba que tenía que comprarlas hasta que iba a tocar y ahí notaba su ausencia. Esta vez me prometí a mí misma que no se me olvidaría y que iría a comprar una de una vez por todas.

Llegué al centro comercial y fui a la tienda de música a la que siempre iba. Cuando empujé la puerta para entrar noté que estaba cerrada y había un cartel pegado en ella que decía "Estamos almorzando, volvemos en unos minutos 😊". Maldije y fui al segundo piso del centro comercial para ver si tenía suerte y veía otra tienda de música, no quería volver a mi casa porque sabía que si me iba me olvidaría de la compra. Después de caminar un poco encontré una y entré. Había un montón de guitarras colgando de la pared y muchos otros instrumentos. Le di un vistazo al lugar y me fui a ver unos cd's que estaban puestos en unas repisas.

-Buenas tardes señorita, bienvenida a World of music, ¿desea algo en específico? -escucho una voz masculina a mis espaldas.

-Una uña de guitarra, -hablé mientras aún veía un disco de Radiohead que por alguna razón yo no tenía- la mía se ha vuelto a perder, como cosa rara.

-Sígame, por favor -escuché que la voz volvió a hablar.

El chico estaba de espaldas guiándome hasta la donde imagino que estaban las uñas de guitarra, tenía el cabello oscuro y un poco largo, tapaba casi todo su cuello pero se podían ver algunos tatuajes en él, llevaba un uniforme que consistía en una camisa color vino, una gorra del mismo color y un pantalón negro. La piel que quedaba expuesta de sus brazos estaba repleta de tatuajes de todo tipo y yo no despegaba mi mirada de ellos, preguntándome que significado tendrán o por qué se los habrá hecho.

-Aquí hay un recipiente lleno de uñas de guitarra, puede revisar ahí o puede pedir alguna de un color en específico y yo se la traeré -el chico habló mientras volteaba su rostro hacia mi. Para no parecer acosadora lo observé unos pocos segundos y miré el tarro lleno de uñas de guitarra. Lo poco que pude ver de su rostro me hizo notar lo atractivo que es, pero me dio vergüenza seguir viéndolo.

- ¿Hay uñas moradas? -dije sin ver su cara.

- Por supuesto, ya le busco una -respondió el mientras entraba al mostrador y buscaba.

Yo veía su espalda. No sé por qué no podía despegar mi vista de él. Supongo que son los tatuajes, siempre me han gustado pero nunca me he hecho uno porque me da miedo que duela demasiado, aunque algún día dejaré de ser un cobarde y lo haré.

-Aquí tiene señorita, -dijo el chico mientras volvía a donde yo estaba- su uña morada.

Yo alcé mi mirada, tenía unos ojos verdes muy grandes, un tatuaje de una rosa en su cuello y en su cara del lado derecho había un tatuaje de una pluma. Qué locura, tiene hasta la cara tatuada. Sus ojos eran muy bonitos y su cabello se veía muy suave. Me veía demasiado extraña viéndolo tan fijamente sin siquiera hablar, así que me digné a contestarle.

-Gracias... -respondí en un susurro.

-Aquí tiene su compra, -me extendió una pequeña bolsa y yo la tomé- que tenga un buen día.

Cuando dijo eso, una blanca sonrisa se asomó en su rostro causando que se le formara un pequeño hoyuelo en su mejilla y juro que casi muero de la ternura. Contuve un suspiro y volví a la compostura.

-Igual para ti, hasta luego. -hablé mientras me daba la vuelta y me iba.

Creo que ahora tengo una especie de crush con ese chico de los tatuajes.

El chico de los tatuajes.Where stories live. Discover now