No me presiones

Capítulo 26

Para ser sinceros no había pegado ojo en toda la noche desde lo que Sam me había dicho.

Pero obviamente, tenía que decidir que hacer o no y si Sam me ha dicho que siente por mí...

Podría dar otra oportunidad para ver si realmente puedo llegar a tener a Sam.

Me levantaba de la cama sintiéndome agitada y nerviosa aunque dormí tan poco.

Y me iba hacia la cocina nerviosa de encontrarme a Sam pero no estaba.

Imaginaba que era por que Sam estaba durmiendo.

Suspiré apoyada en la encimera y decidí prepararme algo de desayunar.

Mientras que Sam estaba durmiendo me dediqué a limpiar la casa a fondo y cuando termine decidí hacer el almuerzo.

No sé hacer el almuerzo pero sabía hacer macarrones que era lo más fácil.

Me extrañaba que Sam hubiera dormido tanto.

Mientras que dejaba la pasta de cocer, decidí ir a su habitación, no tenía que hacer esto pero ya mismo tendría que ir a trabajar y era extraño.

A sí que, abría la puerta de su cuarto lentamente y en la cama no había nadie.

La abrí por completo cambiándose mi rostro y Sam no estaba.

¿Donde estaría Sam?

Desde que me levanté Sam no estaba y eso no me gustó.

No podía pensar que Sam se había ido del pueblo por que toda sus cosas seguían aquí.

A sí que imagino que estaría comprando.

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Almorzaba sola sintiéndome sola pues siempre estaba acostumbrada a comer con Sam.

Cuando termine de comer, recogía la mesa y me iba al salón, haría reposo y luego me vestiría para ir a trabajar.

Sam aún no había aparecido.

¿Donde estaría Sam?

Me dirigía a mi trabajo, cuando llegue, abrí la puerta de la tienda con las llaves y entraba.

Me asomaba por la ventana mirando que Sam estaba trabajando en la cafetería.

¿Ha estado en la cafetería toda esta mañana?

Pero si el suele trabajar por las tardes.

Fruncia el ceño sin entender muy bien.

Hoy no estaba atenta a mis clientas, perfectamente me podían robar, pero no, eran buena gentes.

Mi mirada iba hacia su trabajo.

Sam trabajaba y trabajaba.

¿Pero es que acaso ha estado trabajando todo el día?

Sinceramente, no lo entiendo.

Espero que cuando llegue a casa me lo explique.

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Me encontraba en el sofá cenando macarrones del medio día y mirando la televisión.

Sam no llegaría dentro de una hora o dos.

El siempre salía más tarde que yo.

Cuando termine de cenar dejaba el plato sobre la mesa y me tumbaba en el sofá para esperarle.

Pero tenía sueño y mis ojos se cerraban.

Lo estaba impidiendo pero no podía ganarle.

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Había amanecido en mi cama.