Capítulo Veintiuno

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Dejé que mis dedos se deslizaran suavemente sobre la espalda desnuda de Sophie. Su piel era tan suave y blanca. Lucía perfecta. Incluso más perfecta de lo que siempre había creído que era.

Me encontré a mi mismo imaginando su rizado cabello largo, estirado completamente sobre la almohada y cosquilleando mi cuello, como solía hacerlo. Y aquel pensamiento envió un fuerte dolor a través de mi pecho. No pude evitar inclinarme hacia ella, para besar su piel, solo un breve momento, necesitando aquel contacto para calmarme de nuevo, viéndose que había comenzado a entrar en pánico, una vez más.

Ella se movió, entonces. Y me mantuve quieto, mientras sus ojos parpadearon abiertos, para mirarme.

Una pequeña sonrisa jugueteó en sus labios, al mismo tiempo que sus mejillas comenzaban a calentarse, claramente.

-Buenos días, solecito –susurré, inclinándome más cerca para besar su mejilla, pero ella giró su cabeza, de modo que terminé besando sus labios.

Mis ojos se cerraron, cuando la sensación de sus labios se convirtió en lo único que era capaz de sentir. Y recuerdos de la noche anterior inmediatamente regresaron a mí.

El cuerpo de Sophie, moviéndose al mismo ritmo que el mío.

Los labios de Sophie, susurrando mi nombre con cada pequeño movimiento que nuestros cuerpos hacían.

Las manos de Sophie, hundiéndose en mi cabello.

Y así nada más, mi cuerpo comenzó a reaccionar de nuevo, ansioso por sentirla en todos lados, de nuevo.

Y cuando Sophie alzó una ceja, ligeramente avergonzada, pero ligeramente divertida, no pude evitar el calor que llegó a mis mejillas. Y es que, era claro que ella ahora era consciente de que mi cuerpo la quería, de nuevo.

Mi cuerpo entero la deseaba. Simplemente no podía negarlo. Y no podía intentar detenerlo, tampoco.

Una pequeña sonrisa apareció en sus labios y no pude evitar disculparme, de inmediato.

-Lo siento –murmuré, pero no pude decir más, cuando ella repentinamente movió una de sus piernas, de modo que quedó entre las mías.

Mis labios se entreabrieron, con anticipación, mientras ella deslizaba sus labios por mi cuello.

-No lo sientas –la escuché murmurar, antes de que su cuerpo se moviera para finalmente estar completamente sobre el mío.

Y sentirla, contra mí, de nuevo, hizo que mi cabeza comenzara a dar vueltas.

No encontré la fuerza para moverme. Permanecí donde estaba, mi cabeza apoyada sobre la almohada, mi cuerpo completamente apoyado en la cama.

Hasta que ella fácilmente hizo que me deslizara dentro de ella, una vez más.

Suspiró y yo solté un gruñido, cuando la sensación me llenó, haciéndome perder la respiración. Cerré mis ojos, completamente perdido en el placer que sentía al tenerla alrededor de mí.

Entonces, Sophie movió sus caderas dolorosamente lento, contra las mías.

Un suspiro escapó mis labios sin que pudiera evitarlo y me erguí completamente, de modo que nuestros pechos se tocaron y nuestros rostros quedaron uno en frente del otro.

No estábamos hablando, pero no era necesario. Estaba seguro de que ella podía ver en mis ojos todo lo que estaba sintiendo. Y yo podía verlo en los de ella. Y diablos, podía sentirlo, también, por la forma en que su cuerpo reaccionaba ante el mío.

Sus brazos se envolvieron alrededor de mi cuello. Sus rodillas estaban a cada lado de mis piernas.

Y ella, estaba alrededor de .

Enamorado De SophieWhere stories live. Discover now