Era la primera vez que veía a los padres de Ethan y para ser sincera, no era esta la forma en que pensé que iba a conocerlos. Me sorprendió un poco que todavía siguieran en Port Valley. Creí que solo se quedarían por su cumpleaños. Fue fácil identificar a los señores Winnick. Sus facciones se parecían mucho a las de sus hijos. La última persona a saludar fue un chico que no pasaría de los veintitantos. Supuse que era el hermano menor de Ethan.

-Nathan Winnick.- Saludó extendiendo su mano.

-Lucy Evans.- Imité su acción mientras lo inspeccionaba con mayor atención. Sus ojos eran de un celeste mas claro que el agua. Casi podías sumergirte en ellos. Sus facciones estaban bien marcadas, y el contorno de su rostro prácticamente te llamaba a recorrerlo con tus dedos. Su cabello estaba ordenadamente peinado hacia atrás. Todo él desprendía un aire de elegancia pero a la vez de juventud resplandeciente.

Un carraspeo nos hizo volver a ambos a la realidad. Al parecer nos habíamos quedado varios segundos con nuestras manos estrechadas mientras nos examinábamos el uno al otro.

Raro.

Lo se.

-Bien. Supongo que todos los jovenes querrán sentarse juntos.- Mi madre se apresuró a decir. Automáticamente mi hermano, Beth, Nick, Mark y Nathan nos dimos una mirada rápida. Sonreímos porque todos tuvimos la misma idea y comenzamos a sentarnos de un lado de la mesa. Finalmente los adultos tomaron lugar, quedando Adam junto a Beth, seguidos por Mark, mi primo, el hermano de Ethan y yo. Ethan había hecho un rápido movimiento para poder quedar sentado a mi otro costado, cosa que agradecí. Era agradable aunque sea tenerlo cerca.

Automáticamente la charla comenzó. Todos nos sumergimos en conversaciones distintas a lo largo que la noche transcurría. Por mi parte había entablado un gran clima con Nathan. Era agradable y divertido. Sus chistes eran tan malos como los míos asi que podía hacerlos sin sentirme avergonzada y teníamos varios puntos de coincidencia. 

-Pues estaba convencido de que era Superman, asi que me agarré de una de las cortinas del salón principal...- Otra anécdota estaba saliendo de sus labios y yo ya podía sentir otra risa salir de los míos. Era imposible aburrirse con este chico. 

-Oh no...

-Si, me arrojé desde lo alto de un mueble y cuando estaba en el aire me solté.- Mi estomago estaba a punto de doler  de tanto reír.

-¿No te hiciste daño?- Pregunté yo cuando volví a recobrar mi compostura. 

-Mi rostro chocó contra el piso y a eso se debe mi rostro actual.- Se que había sido otro de sus chistes pero solo atiné a sonreír mientras recorría sus rasgos faciales. 

-Pues ha quedado muy bien para mi.- Solté sin pensar antes lo que estaba diciendo. Me sonroje apenas y desvié rápidamente mi mirada.

-Damas y caballeros, los invitamos a acercarse a la pista de baile para la primera tanda de música. Esperamos que lo disfruten.- Una voz sonó por el altoparlante y muchas parejas comenzaron a levantarse de sus mesas para ir al centro del salón. Para mi sorpresa Ed Sheeran comenzó a sonar y mis oídos estaban disfrutándolo. 

-Amo esa canción.- Anuncié hacia la nada, aunque alguien pareció haberme escuchado. 

-¿Me permitiría esta bella dama esta pieza?- Nathan hizo una reverencia a mi lado. Mi mirada se centro en Ethan. No habíamos hablado mucho y es que en realidad para el resto de las personas no debería haber ningún tipo de confianza o conversación entre nosotros. Tan solo era mi profesor, pero viendo sus ojos ahora podía notar que no se encontraba para nada cómodo. Su mirada se cruzo con la mía por un instante.

-Si me disculpan iré al sanitario.- Su voz grave habló para luego levantarse y caminar hacia el lugar mencionado. Recordé que Nathan me había preguntado algo y yo seguía sin contestarle.

-Si no te molesta, ¿podríamos bailar la siguiente? Quiero tomar algo de aire.

-Claro.- Su sonrisa no desapareció de su rostro. Me retiré de la mesa sin querer llamar demasiado la atención. Caminé entre la gente hasta lo que yo creía que era un pequeño patio y me encontré a quien esperaba ver.- Creo que los sanitarios están en otra dirección.- Se volteó sin decir nada. Me dediqué a observarlo unos segundos.- Luces fantástico. Perdón por no haberlo dicho antes. Ya sabes, tu familia, mi familia.- Asintió sin emitir sonido.- ¿Qué ocurre?

-Nathan y tu parecen haber congeniado genial.- Sabía que esto ocurriría. 

-Parece un gran chico. Tiene tu sentido del humor, por eso me ha caído bien.- Sonreí para atenuar el ambiente.- Pero tu eres mucho mas lindo.- Me acerqué dando un paso hacia él.- Mas dulce.- Otro paso.- Mas sexy.- Pude ver como una pequeña risa escapó de sus labios.- Y definitivamente eres el único con el que he deseado hacer esto toda la noche.- Me acerqué hasta unirnos en un cálido beso. Por suerte las puertas de vidrio estaban cubiertas por largas cortinas bordo que impedían la vista hacia afuera. Ethan me siguió el beso aunque sus manos seguían guardadas en sus bolsillo. Profundicé mas el beso pasando mis manos por sus hombros lentamente. Entonces sus brazos se posaron en mi cintura haciendo lentas caricias con sus pulgares. Mordió mi labio delicadamente y se separó un segundo para hablar.

-Eres lo mas resplandeciente que he visto en toda mi vida.- Reí volviendo a besarlo. Amaba todo de este hombre.- Vayámonos de aquí.

-¿Qué?- Dije mirando a ese azul que tanto me gustaba.

-Escapémonos. Ya hemos hecho nuestras donaciones, ya hemos comido. Puedes bailar conmigo si lo deseas.- Propuso y yo trataba de descifrar si estaba bromeando o no.- ¿Qué dices?

-Digo que nos larguemos de aquí en este instante.- Sonreímos y buscamos como escabullirnos por la parte exterior del gran salón. Llegamos a la entrada y Ethan pidió por su auto. Esto era una locura y no se que diría cuando alguien notara que no estábamos allí, pero sinceramente ahora no me preocupaba. Solo estaba concentrada subiéndome en el automóvil que nos condujo a la casa de mi profesor. 

-Hemos llegado.- Bajamos y nos adentramos en la oscuridad del lugar. Ethan encendió una luz y se quitó su elegante saco para dejarlo sobre el sofá. 

-¿Quieres algo de tomar?

-Es curioso pero lo único que quiero en este momento es a ti. 

-Wow.- Caminó hacia mi tomándome entre sus brazos.- ¿Qué ha pasado con mi pequeña inocente?

-Digamos que esta noche no ha podido presentarse.- Reímos.

-Amo ese vestido.- Comentóobservándome de arriba a abajo.

-Yo amo esa camisa, pero ¿sabes qué?- Hablé jugando con su corbata.- Creo que quedaría mucho mejor en el suelo. 

-¿Entonces qué es lo que estás esperando?


ProfessorWhere stories live. Discover now