20. Caída libre

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Me levanto tarareando.

Loving him is like trying to change your mind once you're already in free fall,   se oye por mis audífonos mientras canto al cambiarme.

–Estás muy feliz hoy– observa Andy mientras busco que ponerme. Opto por una blusa azul marino que siento que resaltará mi piel blanca. –¿Sí?–esbozo sin poder evitar una sonrisa.– ¿O sea que nunca estoy feliz?

–No es eso–dice Andy mientras se cuelga a la mochila al hombro. –Estoy segura que...

Mi teléfono suena. –Espérame tantito–le digo mientras contesto.

–¡Hola!–digo entusiasmada esperando oír a Diego.

Un sollozo me contesta al otro lado de la línea. –Lluvia–la voz de mi mamá quebrada hace que mi felicidad se evapore de inmediato, siento un nudo en el estómago. –Má, ¿qué pasó?–temiéndome lo peor porque mi mamá a pesar de todo rara vez pierde la calma.

–Tu papá no está ni tu hermana, estoy seguro que se la llevó.

–¿Cómo que no está?–intento que mi voz no refleje el pánico en mi voz y Andy se me queda viendo preocupada mientras con una seña le digo que le cuento después, ella asiente y cierra la puerta mientras yo me derrumbo en mi cama.

Mi mamá me cuenta con la voz entrecortada que tuvo una discusión con mi papá el día anterior y hoy ya no estaban ni él mi hermana. Es lunes, ni siquiera la pudo llevar a la escuela. ¿La discusión? la misma vieja canción ¿pero qué cambió esta vez?

***

Diego

Le gusta el chocolate. Recuerdo que lo dijo alguna vez, ¿pero que chocolates? Termino comprando un brownie, a todos les gustan. Cuando recuerdo que ni siquiera hemos quedado para vernos. Todos han sido en su mayoría encuentros, aunque sé que tiene clases con Karen. Le mando whatsapp de si tiene clase con Lluvia hoy, la quiero sorprender.

Karen me contesta que tiene guionismo en 10 minutos con ella. Perfecto, yo no tengo clase hasta las 11.  –¿Y bien?–pregunta Karen alzándome las cejas burlona.

–¿De qué?–digo fingiendo no saber de qué habla. 

–Estás sonriendo como menso–.

Inmediatamente intento poner cara seria pero no puedo evitarlo. –No–le digo frunciendo el ceño mientras ella camina a su salón.

–Entonces que me quieras acompañar a clase no tiene nada que ver con Lluvia–suelta con cara pensativa. Karen siempre ha sido directa y no veo por qué negarlo. –Tiene todo que ver con ella–inmediatamente después de decirlo quiero rebobinar las palabras pero Karen solo me mira sorprendida. –Ahora no solo eres un menso, sino un cursi.

–Lo que sea.

–¿Lo que sea? ¡Mundo! Mi mejor amigo está enamorado.

–No lo estoy–digo automáticamente. Porque no lo estoy. Me gusta pasar tiempo con ella nada más. Y besarla, y hablar con ella. Me gusta, pero estar enamorado es algo que no me está pasando.

–Si tú lo dices–Karen se detiene a mirarme fijamente. –Se acostaron.

–¿Qué? ¡No!–respondo porque Lluvia no es así. Incluso se congeló en nuestro primer beso, ahora que lo pienso no parecía acostumbrada a que la tocaran.

–¿Entonces?–pregunta inquisitiva. Por suerte ya estamos afuera de su salón, la ignoro mientras me asomo pero Lluvia no está y el profesor ya ha llegado.

–Nos vemos–Karen me hace la seña de paz mientras entra. El profe me da una mirada molesta mientras cierra la puerta. ¿Dónde está Lluvia?


La chica de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora