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La noche había caído.

Todo estaba calmado y el oscuro cielo se encontraba sin rastros de estrellas, solo podía apreciarse la resblandeciente luna que estaba siendo cubierta por nubes que pasaban.

Un poco mas alejano del pueblo. En un puente de piedra se hallaba Kaname, el cual dió un suspiro de resignación.

Lo había arruinado, de seguro su prometida lo odiaría, sacudió su cabeza para desechar su idea, volvió a suspirar obserbando el lago congelado que se hallaba por bajo del puente.

El sonar de una campana y los gritos del pregonero lo sacaron de sus pensamientos para observar a su dirección.

-El hijo de la familia Kuran arruina el ensayo de ésta tarde!!-gritaba mientras hacía el sonido de la campana una y otra vez.

Ambos hicieron contacto visual, ambos se observaron unos momentos, y el hombre de la campana volvió a gritar nuevamente.

-Nuevas noticias!El joven Kuran planea quitarse la vida!-anunció nuevamente.

Esto hizo cabrear aun más al castaño.

Si, lo había arruinado y ñara colmo ahora todo el pueblo lo sabia y el estupido pregonero se le ocurre gritar como nueva noticia que él, un Kuran se suicidaría por algo tan estúpido como eso.

-ojalá se trague la lengua- murmuró molesto, alejándose del lugar.

Caminó lentamente, adentrándose al bosque que allí había.

Eatuvo largo rato avanzando, no tenia ningun rumbo.

Dio otro largo suspiro, era raro. El nunca se olvidaba lo que estudiaba, ni siquiera se ponía nervioso.

Negó con la cabeza al pensar que podía ser miedo a desposarse.

-Con ésta mano, yo... tomaré tu vino...-dijo para luego sacudir la cabeza en negación.

Su caminar se volvio aun mas lento.

Inconscientemente llevó ambas manos a la altura de su pecho e hizo un movimiento como si estrujara algo.

-Con ésta mano yo tomaré tus...-se sobresaltó al darse cuenta del gesto y puso una cara de horror.
-Ay dios....-se quejó.

Se fue acercando a un viejo roble, de gruesos troncos que había allí.

-Con ésta...con esta...con esta velo yo.. - murmuro sin recordar lo que seguia, agachó la cabeza y dejo caer sus brazos a sus costados-...le prendere fuego a tu madre-suspiró.

Las malditas frases no salían, eso lo molestaba de gran manera.

Todo lo que decia terminaba en incoherencias.

Se sentó en un tronco que se hallaba tirado cerca de el.

Se sentía la peor basura, recordaba como fué las miradas molestas de los presentes por arruinar aquel ensayo.

Por sus nervios no solo había hecho pasar verguenza a sus padres sinó se humilló así mismo.

Su mirada se mostraba decidida.

se puso de pie correctamente lleno de confianza y elegancia como su estricta madre le enseñaba siempre.

-Con ésta mano yo...liviaré tus penas-dijo levantando su mano derecha.-Tu copa nunca estará vacía...porque yo seré tu vino-dijo ya mas entusiasmado simulando agarrar una copa.

Sonrió de medio lado, tomo el anillo, lo arrojó hacia arriba y lo atrapó para así continuar.

-oh!~,Señora Shizuka, está deslumbránte ésta noche-dijo mientras tomaba una rama de un arbol como si fuera a saludar a dicha mujer, luego volteó hacia otra y se dirigió hacia un costado, habia un tronco de arbol delgado y alto que inexplicablemente se parecía al hombre infantil.

-¿cómo dice  Señor Kaien?-dijo acercandose para "escuchar" al árbol

Sonrio y se irguió.

-¿que le llame Papá?- dijo fingiendo sorpresa para luego continuar- si insiste Señor- dijo para seguir con sus votos.

-con ésta vela...-dijo rompiendo una rama-guiaré tus pasos en la oscuridad...- simulando encender otra vela.

-...y con éste anillo- dijo sacando la joya y arrodillandose como si estuviera pidiendo matrimonio -Te pido que seas mi esposa-.

Fue colocando el anillo en una "rama", la cual tenia la forma de una mano que se encontraba a los pies de aquel roble, la cual sobresalía hacia arriba.

De pronto una fría brisa sopló, moviendo las ramas de los demás árboles.

Extrañado fijó su vista hacia arriba, centrandose mas a su alrededor que no notó cuando aquella rama en la cual dejó el anillo se movió.

En los arboles habían muchos cuervos, que hacian sonidos que le llegaba a helar los huesos.

En ese momento aquella rama le atrapó la mano derecha, exaltamdolo y obligado que se volteara asustado.

Kaname pudo ver como era aprisionado.

Trataba de jalarlo hacia adentro de las raíces de aquél viejo arbol, pero Kaname era mas fuerte y jaló para liberarse del agarre.

Logró romper aquella "rama", pero esta aún lo sostenía  de la muñeca.

Kaname comenzó a sacudir su brazo horrorizado por esa cosa, logrando quitársela y arrojandola a un lado suyo.

La observó bien, y fue allí cuando lo notó.

Era el esqueleto de un brazo.

Al escuchar pequeños golpes y sonidos de rajaduras hizo qie volviera su atención en dirección del árbol y pudo ver como el lugar en donde antes sobresalia  aquel brazo comenzó ha agrietarse.

Vio como otro brazo salía del pequeño hueco con brusquedad y clavaba sus manos hacia adelante como ancla para ayudarse a salir.

El castaño pudo ver a un chico que tenía un velo blanco como el de una novia sobre su rostro se ponía de pie.

El extraño vestía un traje completamente blanco y su ropa estaba un poco rasgada en algunas partes así como oscurecidas.

Lentamente aquel desconocido elevó su brazo e hizo aún lado el velo.

El Kuran  pudo apreciar mejor su rostro, era pálido como un...

muerto...

-Acepto...-susurró en una voz dulce pero tambien tétrica.

Kaname lo escuchó perfectamente, sintiendo un escalofrío recorrerle.

El miedo lo invadió por completo, Kaname se levantó lo más rápido que pudo y comenzó a correr.

Aquel misterioso chico lo siguó, levantando su brazo que estaba arrojado ha un lado y colocarse lo nuevamente.

Se habia convertido en una persecución.

La suerte de seguro lo detestaba, pensó Kaname, el cual sin prestar atención en el sendero entró al lago congelado.

Le era difícil avanzar y se resbalaba sobre el hielo al intentar escapar.

Sentía la brisa aún más helada,  se volteó temeroso y notó como aquél pálido muchacho se acercaba a él extendiendo sus brazos para atraparlo. Eso lo asustó aún más y logró salir de aquel resbalizo camino llegando al puente en el que anteriormente se encontraba.

Volteó rápidamente para ver si aún lo seguían, no había nadie, solo la maleza marchita y el suelo cubierto de nieve, suspiró aliviado, pero al darse la vuelta para caminar se topó con el rostro de su perseguidor.

Su corazón comenzó a latir rapidamente por el susto, su respiración se entrecortó y estaba paralizado.

Su mirada estaba fija en aquél que ahora se encontraba avanzando lentamente hacia él.

Sintió como el chico de blanco lo tomó de los hombros suavemente y susurró a solo milímetros de su cara :

-Ya puedes besar al Novio...-

Y acto seguido  selló  sus labios en un beso casto, siendo rodeados por cuervos.

Kaname vio como todo se oscureció a su alrededor, el miedo fué tanto que se había desmayado.

CONTINUARÁ...

EL NOVIO CADÁVERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora