O n e.

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De vuelta a la rutina, cierta parte de mi se sentía feliz, aunque otra parte también deseaba lanzarse de un segundo piso y jamás volver a saber algo de la vida

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De vuelta a la rutina, cierta parte de mi se sentía feliz, aunque otra parte también deseaba lanzarse de un segundo piso y jamás volver a saber algo de la vida.

Mi hermana mayor tarareaba una melodía mientras movía su cabeza al compás del ruido de los parlantes; mi hermano pequeño "cantaba", mejor dicho, gritaba la canción.
En cambio yo, solo los admiraba. Soy la rara de la familia.

El auto paro frente a la institución Gamgak, visualice a KyungSoo charlando con DaHyun. Él sacudió su mano con una pequeña sonrisa al ver la camioneta. Mi hermana comento algo:

—Si es tan tierno, no entiendo porque no sales con el—sonrió al ver a mi amigo.

—Es gay—suspiré, se lo he repetido incontables veces y parece no entenderlo.

—Quizás solo está confundido, como dice mamá: No puedes decir que no te gusta algo si no lo has probado. Así que, hermanita; puedes hacerlo.

Ese dicho no quedaba con KyungSoo. Ya había salido con un par de chicas, al final supo que no era lo suyo y se dio la oportunidad de salir con HyunSik y debo aceptar que eran una hermosa pareja; después todo salió mal y Soo termino con el corazón hecho pedazos.

—¿Qué es gay?—escuche la chillona voz de mi hermano. Supe que era la señal de que debía abandonar la camioneta, tome mi mochila y la colgué en mi hombro.

—Nos vemos en casa, idiotas—me despedí.

—Le diré a mamá que no dijiste idiotas—logre escuchar el irritante grito de MinHyuk, maldito niño.

—¿Una mala mañana?—KyungSoo me preguntó mientras tomaba mi mochila y se la colgaba en sus hombros.

—Horrible y creo que será peor—dije al verlo ahí parado. Su sonrisa era grande, lo que me avisaba que su gran broma estaba lista para recibirme.

—SeHun me pregunto varias veces por ti, creo que estaba algo preocupado.

—Y debería, gracias a él tuve que perderme un mes de clases, ¿sabes qué estoy en riesgo de perder el año?—estaba segura de que mi cara estaba roja, me sentía bastante molesta.

—Yeonie, tú jamás perderías un año—se burló. Claro, como él no está en problemas.— No me mires así, sabes que es verdad.

—Es verdad, pero tuve que usar en molesto yeso en mi tobillo por un mes. No podía rascarme, fue lo más horrible.

No miento, fue el peor mes de toda mi vida y eso que he tenido épocas horribles.

Sweet lies.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora