Capítulo 13 - "Estudiando"

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Era la primera vez que se había despertado así. Ella se había quedado dormida con novios previamente pero siempre parecían acabar en lados opuestos cuando despertaban.

Un rayo de luz naranja brillante del atardecer se desplazó lentamente en el cuarto y sobre de ellos. Su atención se fijó en las partículas en vuelo esparcidas por el rayo. Era una imagen tan pacífica. Mia se acurrucó más profundamente en Leo y se sumergió en su calor. Le encantó. Le asustó.

En verdad no prestando atención sobre lo que estaba haciendo, besó el cuello de Leo. Y luego lo besó otra vez. Pronto estaba arrastrando besitos hacia la línea de su mandíbula.

Eso es cuando Leo se movió. "Debo de estar teniendo el mejor sueño," susurró.

Mia se rió y continuó con su asalto de besos alrededor de su cuello.

"Dios, me encanta ese sonido. Y claro, lo que me estás haciendo." Leo movió su cara para poder mirarla a los ojos. "Hola."

"Hola," Mia contestó tímidamente.

"¿Estás más relajada ahora?"

Mia le sonrió alegremente. "¿No lo notas?"

"No sé por qué no pensé sobre esto antes," dijo besándola en los labios.

Mia no dudó en besarlo de vuelta y luego profundizó el beso.

"Me encanta besarte. Lo podría hacer todo el día," Leo dijo.

"Mmm, igual que yo," Mia respondió entre besos. "No pares."

"No digas eso porque no lo haré. Hubo tantas veces que te he querido besar. Es lo único en que podía pensar," Leo dijo, agarrando su cuello y jalándola más cerca.

"¿Cuándo?"

"En tu sala de estudio, en el baño de la universidad, mi coche, el concierto..." dijo besándola entre palabras. "Segunda sala de estudio, cuando bailamos, mi regadera, mi cama... ¿quieres que siga?"

"Hmm. ¿Así que cual hubieras escogido, si pudieras escoger uno?" ella preguntó, curiosa.

"Mi regadera. Definitivamente mi regadera," respondió de inmediato, asaltando su boca.

La imagen que instaló en su memoria la reventó. El beso pronto se volvió más urgente y Mia se encontró completamente sumergida en él. El sabor y olor de él confundió sus sentidos. Su respiración se hizo cada vez más agitada y todo pensamiento racional se le fue de la mente.

"Mia," escuchó desde algún lugar contra su piel, regresándola a la conciencia.

Se dio cuenta que sus manos se estaban arrastrando por el pecho liso de Leo cuando escuchó un gemido suave escapar por su garganta.

Debería de parar esto, Mia pensó. En vez, se encontró levantándole la camisa sobre su cabeza y sorprendiéndose ante su cuerpo glorioso semi-desnudo.

Los ojos de Leo se agrandaron al principio, pero luego se volvieron ardientes. El hombre mirándola de vuelta estaba lleno de necesidad y anhelo. Era la mirada más sexy que había visto y causó que su interior se derritiera. La hizo sentir querida. Hizo que ella lo quisiera. Ahora.

No, no deberías de sentirte así, Mia pensó.

Asustada que sus sentimientos la traicionaran, se movió a pararse para poder poner distancia entre ellos. El problema era que ahora se encontraba desparramada encima de él y lo podía sentir firme debajo de ella. De esa posición, era dolorosamente obvio cuánto la quería.

Un gemido traidor se le escapó, y Leo inmediatamente se puso derecho y continuó besándola tan apasionadamente como antes.

Justo cuando estaba a punto de empujarlo atrás, él movió sus labios a su cuello y susurró en su oreja.

Enseñando A MiaWhere stories live. Discover now