¿El mito del ramo? (Final)

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—Pues creo que si Micah no llega en 2 minutos tú la sustituirás —habló Jeanne con nerviosismo—. Si te pedí que fueses mi dama.

Gruñó Jeanne cruzándose de brazos.

—Y te dije que aceptaría si Lissa también aceptaba. No se vería bien que fuésemos un número de damas impar. La novia debe quedar en medio de todas en las fotos, y con Mónica, Micah, Ely y Brenda queda perfecto, si hubiese aceptado la fotografía quedaría desequilibrada —respondió Laini insistente.

—¿Y por qué no quiso Lissa? —preguntó Mónica acercándose a la silla de Jeanne para masajearle los hombros pues sus piernas se movían nerviosamente debajo del vestido.

—Creyó que nos haría vestir de amarillo —respondió en lugar de su hermana—. Aunque no tengo problema si hubieses elegido ese color, digo es tú boda, puedes hacer lo que quieras.

—Pues Lissa no estaba dispuesta a vestirse de ese color —resopló Jeanne—. Y Micah sí ¡Pero no llega!

Micah aún no llegaba, Mónica y Ely ya estaban listas, vestidas, maquilladas y peinadas, solo que Ely había bajado por un poco de comida para calmar los nervios de Jeanne, pero Micah aún no se había aparecido ni respondía el celular. Supuestamente ese día fue a que le quitaran la férula del brazo pero eso había sido hace horas. Ella tenía sus sospechas del lugar en donde podría estar pero decidió no decirlo en voz alta a no ser que quisiera dejar viudo a Matt antes de tiempo.

Revisó su maquillaje y asintió, su cabello ya había quedado listo desde el salón así que no se preocupó por ello. Una vez con los aretes puestos sintió que estaba completamente lista.

Volteó a ver a Jeanne. Su hermana estaba hermosa. Como su cabello le llegaba debajo del hombro lo peinaron de lado, con una trenza voluminosa corriendo del lado derecho de su cabeza hasta llegar debajo de su oreja izquierda y esconderse en un moño desordenado de rizos que fueron adornados con algunas piedras plateadas de tamaño decente, para nada exagerado. En su rostro había el maquillaje suficiente, no cargado y eso se debió más que nada a la exigencia de todas con la maquillista del salón al pedirle que no la fuesen a dejar como payaso. Era una boda al aire libre y no necesitaba maquillaje como si fuesen a estar dentro de una cueva. Por eso el rostro de Jeanne estaba con tonos claros y en los ojos un poco más oscuro para dar intensidad a su mirada.

Y luego el vestido. Precioso quedaba corto. Era una mezcla entre sencillo y elegante. Tenía encaje en la parte del pecho y hombros pero sin mangas. El corte marcaba las curvas en el cuerpo de su hermana y en la cintura caía hasta el piso entre diferentes tipos de telas. Definitivamente era el adecuado para Jeanne.

La puerta se abrió y volteó velozmente esperando encontrar a Micah pero fue Ely quien entró con una bandeja pequeña de aperitivos que probablemente eran parte de la comida de la fiesta, pero no importaba en ese momento.

—Micah ya respondió el celular —anunció Ely con una sonrisa—. Dice que viene en el taxi a 2 cuadras de aquí.

La tensión en Jeanne disminuyó notoriamente pero eso no le impidió tomar un bocadillo y comerlo como si no hubiese probado nada de comida en su vida entera. Pronto todas se unieron siempre cuidando de no manchar su vestido o morirían pues no tenían tiempo ya de buscar algo más.

La puerta se abrió lentamente y una cabellera rubia y mojada se asomó temerosamente.

—¿En dónde estabas? —preguntó Jeanne con tono autoritario—. Entra rápido.

Micah entró lentamente encogida de hombros. Al ver la ropa que llevaba le provocó reírse pero Jeanne volvió a entrar en nervios.

—¿Te acabas de bañar? —gritó Mónica dando un paso en frente—. ¿Cómo puedes ser tan descuidada en un momento como este?

¿Quieres ser mía? (JASN Libro #3)Where stories live. Discover now