¿Juzgar por apariencias?

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Capítulo 23

¿Juzgar por apariencias?

—¡Atrápalo! —gritó Brenda y escuchó a Nena correr por la habitación.

Cerró una de las puertas del armario y volteó hacia Brenda que estaba sentada en el suelo buscando en el interior de su maleta más calcetines para jugar con Nena. Había sido mala idea pedirle que le ayudara a desempacar, no había hecho otra cosa más que hacer desorden en su habitación. Ahora tardaría el doble en tener todo acomodado aunque eso le convenía pues así no tendría el tiempo de llevarla a su casa y podría retrasarla un poco.

—Ve por este, Nena, puedes romperlo, este es peor que el anterior —murmuró con desagrado.

—Brenda, deja de arrojarle mi ropa interior a Nena —le pidió.

Ella volteó a verlo con una sonrisa divertida antes de tomar otro par al azar y arrojárselo a su perrita.

—Oye es tu culpa por haber olvidado sus juguetes, ahora se divertirá con esto —tomó otro calcetín—. ¡Ahí va, Nena! En serio tu gusto en calcetines es tan malo como el de Jona al vestir.

—¿Qué tienen de malo? —preguntó inclinándose para quitarle la maleta y empezar a guardar lo poco que quedaba dentro.

—¿En serio? Yo usaba calcetines con bolitas como a los 3 años.

—Pero ahora usas de colores fosforescentes y rayados —se burló y ella abultó sus mejillas. Quería apretarlas.

—Esos son cómodos y con estilo.

—Estos también son cómodos.

—¡Pero no tienen estilo para un hombre de 26 años!

—Entonces vamos a comprar calcetines juntos, yo elijo los tuyos y tú los míos según tu criterio de "estilo para un hombre de 26 años".

Aunque lo había dicho de broma ella pareció analizarlo antes de extenderle la mano para cerrar el trato. Permaneció sosteniendo la mano de Brenda entre la suya hasta que Nena se acercó dejando un calcetín babeado entre los dos. Brenda apartó su mano.

—Y a ti —dijo abrazando a Nena y hablándole con un tono muy agudo—. Te compraremos algunos juguetes para reponer los que tu mal padre olvidó.

—No fue mi culpa —le repitió y ambas voltearon a verlo—. Jona se hizo cargo de parte de mi equipaje y ahí venían sus juguetes ¡A mí también se me quedó una maleta!

—Esa no es excusa —volteó con Nena de nuevo—. ¿Verdad que no? ¿Verdad que no?

Sonrió y siguió acomodando su ropa escuchando de fondo la voz de Brenda. Era increíble como una sola persona en su casa hacía tan gran diferencia.

Terminó con su maleta y empezó a levantar todos los pares que Brenda había aventado para echarlos al cesto de ropa sucia, la mayoría estaban llenos de baba de Nena y los otros con el simple hecho de haber tocado el suelo ya podía darlos por sucios.

—Veamos, ardilla cachetona —dijo saliendo del baño pero Brenda volteó a verlo inflando las mejillas para luego sonrojarse y presionarlas con ambas manos.

—¡Deja de decirme cachetona! —gritó arrojándole un calcetín que esquivó sin dificultad. Detrás de él se escuchó un fuerte ruido y la expresión de Brenda lo obligó a voltearse para ver que había caído—. ¡Lo siento! —exclamó acercándose a él.

Ambos caminaron unos pasos y él se inclinó para levantar el cuadro donde era protegida la fotografía de su mamá y un Julián bebé.

—En serio que lo siento, no creí darle al cuadro. No fue mi intención. ¡Para que te mueves! —Terminó golpeándole el hombro. Él soltó una carcajada y ella lo vio mal—. No te rías, me haces sentir terrible.

¿Quieres ser mía? (JASN Libro #3)Where stories live. Discover now