Capítulo 5

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Bruce llevaba horas analizando la información en el historial médico de Tony, parte de los archivos se hallaban encriptados. Con un programa de su autoría logró evadir unos cuantos segundos a Viernes para poder sustraer dichos archivos sin permiso del omega.

Bruce sabía que algo sucedía con su amigo.

Su olfato era inferior comparado al de un alfa o un omega, siendo beta no podía percibir aromas específicos para las otras castas, pero esta mañana había sido capaz de captar totalmente el aroma cargado de hormonas de Tony, no siendo una mejoría en su olfato, si no que la potencia de ese olor era tanta que hasta el como beta pudo identificarlo de forma natural.

Un olor dulzón característico de un omega fértil, prácticamente un aviso de que estaba dispuesto y listo para procrear. A Bruce por su casta no le afectaba, pero para Tony liberar ese tipo de invitación era anormal.

La fertilidad de omegas tenía una estrecha relación con su edad, desde los cuarenta años comienzan a ser infértiles, dependiendo la forma de vida y genética, la cual finalmente concluye con dejar de entrar en celo.

Los omegas masculinos cuentan con un índice menor de fertilidad durante su juventud, pero un omega de la edad de Tony tenían aún más bajas posibilidades de quedar embarazado, además omegas maduros no realizaban ese distintivo y poco común llamado.

Entre los llamados que tenía una omega además del característico grito para pedir ayuda cuando se encontrarán en peligro o la liberación de un olor especifico durante el celo para atraer alfas, se encontraba el segundo llamado, algo que resultaba raro incluso para algunos omegas jóvenes. Era ese olor que daba a conocer que un omega se encontraba en un periodo fértil.

Según estudios, generalmente y si la situación lo requería, podía ocurrir antes del celo.

Tony no era un omega joven, repasando la conversación que tuvo con él antes de que brotara, se dio cuenta que podría presentarse cuando el omega sabía que había un alfa dispuesto en el que estaba muy interesado, debía suceder de una forma sutil y discreta, no con la fuerza con la que Bruce lo percibió esa mañana.

Bruce no quería creer que el interés del capitán era resultado de lo que pasaba con Tony, simple atracción física y biológica sin sentimientos de por medio.

Si Tony quería quedar embarazado, seguiría a su instinto, dejaría de tomar sus supresores los cuales el mismo había creado combinados con un anticonceptivo, resultando en que desprendería su aroma sin percatarse de que lo hacía, dando aviso de su reciente fertilidad fuera de lo común.

Su amigo tenía cierto interés hacia Steve desde la primera vez que lo vio, Bruce lo recordaba, fue como si una pequeña luz iluminara los ojos de Tony, aquella vez todo había sucedido sin nada aparentemente relevante, una simple chispa, algo que no desapareció con el tiempo, sino que se afianzó de forma casi imperceptible.

Por alguna razón esa atracción había dado un salto enorme en su opinión. La fuerza que presentaba el instinto de Tony sumado al segundo llamado podrían ser la razón por la que el capitán se interesara de forma más notoria en su amigo, prácticamente guiados sin darse cuenta.

No era natural, pero pensar en otra cosa resultaba ilógico por muchas razones.

Bruce continuó con los programas para entender la información con una mala corazonada creciendo a pasos agigantados.

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Natasha observó a los seres que luchaban contra el hombre con capa roja.

Este balanceada su arma, un especie de martillo y cada vez que este tocaba a un de esos seres extraños, este desaparecía.

Jamás había visto algo así en su vida, pero tomando en cuenta su línea de trabajo no perdía el tiempo en sorprenderse.

Instinto omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora