Capítulo 2: Deseo.

628 78 99
                                    

Aquella tarde ambos se miraron pero, no dijeron absolutamente nada. Simplemente se observaron por breves segundos y, como si se hubiesen entendido de forma mutua a través de la mirada, tomaron su respectivo camino directo a sus casas.

Ninguno logró procesar nada de lo que había sucedido hasta que llegaron a sus habitaciones. Osomatsu subió con rapidez sin siquiera tocar alimento alguno y Karamatsu simplemente caminó hasta su habitación sin saludar a ninguno de sus familiares. Ambos cayeron rendidos en sus camas y miraron al techo, casi de forma sincronizada.

Osomatsu, sin embargo, de alguna forma terminó por sentirse completamente extraño y se puso en posición fetal mientras se cuestionaba aquello que había sucedido. ¿Cómo aceptar tan rápidamente que le había gustado ser acariciado de esa forma?, ¿cómo aceptar con naturalidad que había deseado besar aquellos labios desde días atrás? Era demasiado confuso y frustrante. Su estómago parecía encogerse y su pulso estaba volviéndose loco. Simplemente cerró sus ojos y lanzó un suspiro mientras intentaba comprender lo que realmente sentía.

Por otro lado, Karamatsu inhalaba y exhalaba con tranquilidad. Estaba aliviado de expresar lo que sentía. Aunque, no expresó del todo lo que su cuerpo anhelaba. Sin embargo, estaba levemente satisfecho con hacerle saber a Osomatsu lo que realmente parecía sentir. Sí, se había enamorado de forma repentina. No estaba completamente seguro pues, desconocía aquellas sensaciones. Pero, había algo que le hacía pensar de esa forma. Su carácter, su risa, aquella sonrisa enorme e idiota, además de esos ojos carmesí tan penetrantes y seductores...todo, todo lograba estremecer al delegado. Simplemente deseaba conocerle más y quedarse a su lado por un largo tiempo más. No importa que el otro le rechazara de forma romántica; siempre y cuando pudiera quedarse a su lado, estaría bien.

...

El instituto Akatsuka era uno de los mejores en todo Japón. Era prestigiado y bastante elogiado por el mundo entero. Su imagen se mantenía impecable y Karamatsu ponía el ejemplo al alumnado entero. Aquello era motivo de preocupación para Osomatsu, quien no paraba de entrar en controversia al pensar lo que pasaría si la escuela se enterase de aquello. Mordía sus uñas pensando en lo descuidados que fueron al intentar ese tipo de actividades en una de las aulas. ¿Qué hubiese pasado si les hubiesen visto? Además, su imagen como el "rebelde" del instituto se iría directo al suelo. Comenzarían a burlarse de él aquellos a los que él mismo había sometido a burlas. No quería imaginarlo siquiera; sonaba como un futuro aterrador.

Karamatsu era totalmente indiferente a ese tipo de situaciones pero, tenía presente el prestigio del instituto y que debía representar al alumnado de forma ejemplar. Aquello le molestaba más que nada. Tener que cumplir con expectativas por deseos egoístas era su más tremendo odio. Aun así, tendría problemas de no cumplir con ello así que, debía meditar bien las cosas antes de aventurarse en algo. No pensó en ello para nada cuando fue dominado por su impulso estando frente a Osomatsu pero, de cualquier forma, no le daba tanta importancia en esos instantes. Estaba mucho más ocupado pensando en todas las sensaciones que tuvo al acariciar al otro; al besarle y sentir parte de él. Anhelaba más; mucho más.

...

La mañana siguiente, Osomatsu despertó justo a la hora en que las clases comenzaban y al darse cuenta de esto, rápidamente se vistió y corrió fuera de su casa para dirigirse al instituto. Aun corriendo a toda velocidad, estaba claro que llegaría tarde a la primera clase. Se detuvo en la entrada del instituto y respiró hondo mientras recargaba sus manos en sus rodillas para descansar un poco. Luego, se estremeció cuando escuchó la voz del delegado acercándose y levantó con rapidez su mirada para asegurarse de que no estuviese alucinando la voz de aquel que el día anterior le había manoseado.

EL INTELECTUAL Y YOWhere stories live. Discover now